Jesús Rico
Velasco
El 10 de
abril de 1985 a la una y diez de la madrugada fue asesinado el padre Daniel Hubert Gillard, sacerdote
belga, por una patrulla militar y miembros del DAS en el barrio el Vergel de la ciudad de Cali. Se dirigía hacia la parroquia del Señor de los Milagros
en un jeep campero Nissan de color rojo. Sus acompañantes, Nohemí
Arévalo, contadora de Caritas y Rigoberto Cortés, resultaron heridos. El padre
Daniel recibió cinco disparos en la cabeza a pesar de lo cual continuó vivo, permaneció en
estado de coma hasta el 26 de octubre
cuando murió al ser desconectado de
forma intencional por orden militar. Hasta hoy cuando ya
han pasado 38 años de olvido, su muerte sigue en la impunidad. Su recuerdo queda en la memoria de aquellos
que por circunstancias de la vida nos cruzamos en su camino.