Javier Millán
La humanidad siempre ha convivido con lastres que han impedido su
normal desarrollo; pero el más grande y dañino de todos son las iglesias. El
hombre ha tenido que soportar a lo largo de su penosa existencia el fanatismo y
la intolerancia religiosa. Las libertades y los derechos
humanos, entre ellos el amor, el fundamental, han sido estigmatizados y
restringidos a normas crueles y severas, según los dictados de unas religiones
hipócritas y apabullantes que se han abrogado poderes divinos con los cuales
reprimen y asustan a gentes ignorantes y de buena fe.