Rosa Nieto
El tiempo se ha detenido en la destartalada caseta con un
borroso letrero de “Coca-Cola” situado en la calle principal de Charco Azul,
Distrito de Aguablanca en Cali. El calor es sofocante. Ernestina con
ojos cansados y grandes ojeras se
pasea impaciente mirando
hacia la lejanía, en busca de algo que le alegre sus días. Desea servir pronto los mismos frijoles con arroz y
terminar su trabajo. Vive con la certeza
de que un día seguirá al otro y que cualquier grito en la calle es una señal de
violencia.