Rosa Nieto
Seis de la tarde, viernes
21 de agosto de 2015, el tren resopla y disminuye velocidad. Los que nos bajamos
presurosos en la estación Les Olympiades nos abrimos paso. Primer día en Paris
de mi tercer viaje. Tierra que ejerce una fuerte fascinación en mí, tal vez por
la belleza de su idioma que suena tan musical, o porque siempre tengo la
sensación de que a la vuelta de la esquina me voy a topar con una sorpresa, o quizás
sea su particular patrimonio arquitectónico que hace que me sienta en el centro
del mundo.