José David Tenorio
“…ve y dile….”
Se cumplen 60 años de la peor derrota político-militar sufrida por los E .E.U.U. Se le atribuye a Kennedy pero si bien él dio la orden ( o autorizó) quien la planeó y organizó fue su predecesor el general Dwight D. Eisenhower . Kennedy se había posesionado hacia escasos dos meses . Deben haberle presentado el proyecto como algo estudiado a fondo , con un resultado positivo y garantizado por el general que había comandado a los aliados durante el final de la Segunda Guerra Mundial ( aunque para algunos estudiosos el desembarco en Normandía -“el día D”- no fue el mejor de los planes y de no haber sido porque los ingleses había logrado despistar a los alemanes sobre el día y lugar del ataque a causa de lo cual las defensas no estaban completas, habría sido el mayor desastre de la historia y toda Europa estaría hablando alemán). Pero Kennedy o no leyó el libreto completo o no lo entendió y dejó prendidos de la brocha a los invasores que quedaron desprotegidos y aislados.
La invasión fue proyectada, organizada y financiada por los gringos con participación directa de oficiales del ejército norteamericano de origen cubano. Trataron de negarlo pero eso era como intentar ocultar el sol con un dedo. Y los cubanos estaban enterados del día y lugar del desembarco de manera que los esperaban tendiéndoles una emboscada. El resultado fue el fortalecimiento de Castro y el desprestigio de Kennedy que luego supo recuperar y engrandecerse a los ojos de sus compatriotas durante las decisiones que tomó frente a la crisis de los cohetes enfrentando y doblegando a Nikita Jrushchov.
Poco antes del anterior acontecimiento, en Enero de 1961 , en vuelo de San Juan de Puerto Rico a Los Ángeles el avión de Pan Am aterrizó en el aeropuerto de Santiago de Cuba . Íbamos pocos pasajeros. Una escala breve se prolongó bastante. No permitieron que descendiéramos del avión. ¿Por qué se demoró? Porque había una buena cantidad de cubanos que querían ir a los E.E.UU. y la autoridades de migración uno a uno los sometieron a interrogación y requisas minuciosas que para asegurarse de que no llevaran elementos valiosos. Poco a poco fueron subiendo al avión esos pasajeros. Por su aspecto no se podría decir que fueran de la clase adinerada. Asustados, silencioso contrario a ese temperamento bullanguero del cubano, se arrinconaban en sus asientos. No aceptaban conversación; solo respondían con monosílabos. Cuando al fin partimos, cuándo era evidente que nos alejábamos de la isla, se sintió un profundo suspiro y varios emitieron gritos de alegría. Todos desembarcaron en Miami.
El vuelo nuestro debía seguir por el sur , pero a causa de una gran tormenta siguió hasta Nueva York y allí hicimos transbordo con destino a Los Ángeles. Ha sido el vuelo más largo que yo haya hecho en mi vida.
Ya en la Universidad de California los Ángeles (UCLA) nos tocó presencia en vivo y en directo, transmitido por TV , la posesión del presidente Kennedy. Esa transmisión, en ese momento, fue catalogada como una proeza que demostraba el avance logrado por la tecnología de los Estados Unidos ( y pensar que ahora, con un celular, podemos comunicarnos con todo el mundo).
Estando en Paris me enteré del asesinato de Kennedy. Lo lamenté profundamente. Creo que su muerte, su actuación durante la crisis de los cohetes y su desafío a conquistar la luna, lo colocan en sitio privilegiado entre los grandes presidentes de esa nación.
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