Jorge Enrique Villegas
—Perdonen, ¿saben dónde vive el señor Ilian?—preguntó el mensajero—tengo que entregarle este paquete.
—En la cárcel—respondió el sobrino.
—En la cárcel —expresó el hermano—pero a usted no debe importarle.
—En la cárcel—dijo con nostalgia la cuñada.
—Lo siento... ¿Me pueden decir en cuál?
—...no sé—susurró el sobrino.
—Se lo repito: a usted no debe importarle— dijo molesto el hermano.
La cuñada no pudo evitar las lágrimas y volvió la mirada hacia otro lugar.
—Vamos, entremos—dijo el hermano y cerró la puerta del apartamento.