¡Oh vida! ¡Oh vida! ¡pasajero don!
En tu edad de oro libemos placer.
Qué tu frágil paso, no limite ser.
Vivamos plenos de bien y de amor.
Vayamos certeros de frente al sol.
No perturben más, nubes por doquier
ni opacas luces al atardecer.
More en nosotros, fulgor y esplendor.
¡Oh vida! no me anuncies tu final,
ni trunques airosa mi lozanía.
Arriba humilde, prudente y serena.
No dejes mi existencia en la mitad.
No melles mi razón ni mi energía.
Evita que otros vivan mis faenas.
Luz María Gómez Ospina
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