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miércoles, 11 de diciembre de 2024

El espíritu bíblico de Daniel. (Revisitado)

 Jesús Rico Velasco

 Hay que tener mucho discernimiento e imaginación  para comprender los tiempos y sucesos que aparecen en la biblia para  mirar la vida de Daniel en “cautiverio”, como la de un intérprete de Dios en un mundo pagano, donde cumplió funciones participativas en el sistema de gobierno durante  su vida en Babilonia, en donde colaboró con  honor en el  gobierno de  cuatro reyes. Vivió 82 años y aparece  como un joven israelita  de estirpe real y familia noble que participó de la toma de Babilonia.

 


Es una historia   asombrosa  la presencia de Daniel  en las Sagradas Escrituras  con sus componentes históricos y las visiones proféticas y apocalípticas. El libro del profeta  que lleva su nombre es considerado  más como un texto apocalíptico que un trabajo profético, aparece  escrito  entre los años 167 y 164 antes de Cristo. Narra en la primera parte varios hechos históricos que se toman  como centro de la narrativa. Daniel estuvo en Babilonia  sirviendo a varios reyes durante los 70 años “de su cautiverio”.

Perú: el sol ilumina la tierra

 


                                                  

  Jesús Rico Velasco

 De las profundidades de la historia nació una cultura que iluminó la tierra con sus conocimientos, creencias, expresiones y manifestaciones artísticas, religiosas y morales regidas por principios de justicia y de costumbre, que organizan la estructura de la personalidad social del Perú en una etnografía única en el continente suramericano. Parte de esa historia se perdió en los laberintos mentales de unos conquistadores que no entendieron la vida, las aptitudes y hábitos de unos aborígenes admirables  que con una grandeza insuperable se volvieron invisibles frente a la arrogancia imperdonable de unos conquistadores desalmados.  La bella cultura Inca es la historia de un pueblo que unía la geografía  del sur con la cultura maya del norte como dos polos que se juntaban con raíces  basadas en el respeto, la convivencia pacífica y la colaboración. Son siglos perdidos que no están en la mente de nadie, en donde  no se conoce la identidad psíquica de esa  humanidad, y el origen histórico  de  pueblos desconocidos antes de que empezaran a hablar, escribir y que todo existiera.