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miércoles, 11 de diciembre de 2024

Perú: el sol ilumina la tierra

 


                                                  

  Jesús Rico Velasco

 De las profundidades de la historia nació una cultura que iluminó la tierra con sus conocimientos, creencias, expresiones y manifestaciones artísticas, religiosas y morales regidas por principios de justicia y de costumbre, que organizan la estructura de la personalidad social del Perú en una etnografía única en el continente suramericano. Parte de esa historia se perdió en los laberintos mentales de unos conquistadores que no entendieron la vida, las aptitudes y hábitos de unos aborígenes admirables  que con una grandeza insuperable se volvieron invisibles frente a la arrogancia imperdonable de unos conquistadores desalmados.  La bella cultura Inca es la historia de un pueblo que unía la geografía  del sur con la cultura maya del norte como dos polos que se juntaban con raíces  basadas en el respeto, la convivencia pacífica y la colaboración. Son siglos perdidos que no están en la mente de nadie, en donde  no se conoce la identidad psíquica de esa  humanidad, y el origen histórico  de  pueblos desconocidos antes de que empezaran a hablar, escribir y que todo existiera. 

Los historiadores sitúan el imperio Inca entre el siglo XIII y el XVI antes de la llegada de los conquistadores. La cultura Inca tiene evidencia en ciudades como Cusco, en la administración política, la construcción de caminos y puentes  que unían extensos territorios de América del sur y en el manejo de sus economías. Sus períodos   resumidos  en espacios de tiempo  marcan el proceso de creación de la cultural incaica  desde la región andina, con el gobierno de la sociedad  a partir de Pachacútec Inca Yupanqui  entre 1438- 1478.  Su cacicazgo centrado en el Cusco     duró más de 300 años hasta la llegada de los españoles cuando Atahualpa Yupanqui es engañado y derrotado en la conquista por Francisco  Pizarro en 1533. Historias tristes de un manejo difícil de desentrañar en los finales de un trasfondo histórico de adoradores del sol Inti, de mama quilla diosa de la luna, Viracocha el dios creador, y la Pacha mama, la madre tierra.

 Hoy la población peruana proyectada al 2024 alcanza los 34.217.850 habitantes. En el 2017 el 58% vivían en la costa pacífica, el 28.1% en la sierra, y el 13.1 en la selva. La tasa de pobreza se ha reducido en la última década a un 28%, con un descenso en la desnutrición infantil significativo. La esperanza de vida es  alta por encima de los 77 años y la alfabetización es notable con 94.2 % en la población en edad escolar. En un perfil demográfico de la población total se observa una concentración urbana del 79.3% y viviendo en las áreas rurales un 20.7%. Las tasas de fecundidad general muestran una reducción por debajo de 2.2 hijos por mujer en edad fértil produciendo  variaciones en la distribución poblacional por sexo y edad cada vez más constrictiva en la base de la pirámide. La concentración de la población en la ciudad  de Lima alcanza los 10 millones de habitantes jalonando las poblaciones de Callao (1.171.400) y Arequipa (1.157.000) en la costa pacífica, y el Cusco con 484.200 en la sierra. Perú es un país con una religión sincrética entre la religión católica y las creencias incas combinadas con el animismo, antropomorfa, y politeísta.

 Viajamos a Lima  para pasar las vacaciones navideñas de  2017 en familia  y como turismo de aprendizaje de la cultura Inca. Nos hospedamos en las Suites Larco en el sector de Miraflores. Varias páginas habían pasado ya en mi  vida de recorrer  una cultura única:  los Incas. El sector de Miraflores   tiene una ubicación especial por permitir  la cercanía al mar y vecindades   del centro de la ciudad en donde ocurren las cosas, además de facilitar la movilidad a pie y en transporte público.   

 El  recorrido comienza con una visita al centro histórico de Lima. En la Plaza de Armas presenciamos el cambio de guardia de la casa de gobierno.   Un espectáculo recurrente  a la misma hora  con una duración aproximada de 45 minutos de soldados  vestidos de gala  en un acto especial de combinación de movimientos elegantes de hombres y caballos en equilibrio perfecto.  Este evento rutinario cobra un interés especial los días festivos y durante las celebraciones patrias   como  demostración de la fuerza de protección del presidente de la nación y del palacio presidencial.

  El convento de San Francisco, las catacumbas, y la iglesia  lugares indispensables  para ver en el centro de la ciudad de Lima. El convento sigue siendo  lugar de residencia  de los frailes Franciscanos.  Se puede mirar   como una obra de arquitectura de la época colonial así lo demuestran los detalles de arte religioso en sus esculturas, pinturas y los delicados  grabados de altares, columnas y bóvedas. El conjunto fue declarado patrimonio cultural de la humanidad en 1988. Las catacumbas como sitio de disposición de los cadáveres de la población durante muchas décadas tienen su relación intrínseca con la muerte.  La ubicación de los restos  marca diferenciales asociados a la procedencia social, y religiosa. También hay un museo con obras llamativas del arte barroco, pinturas y esculturas, y una biblioteca  que en su momento llegó a tener más de 25.000 volúmenes.

 Al salir del convento una galería de arte al paso de Luis Miró Quesada presentaba de manera gratuita las obras de la artista visual peruana Pattsy Higuchi: “Las preguntas”, una oportunidad única para observar una reflexión  del cuerpo  femenino como experiencia de confrontación y la pintura como un acto público.

 Obras con títulos sugerentes como: ¿Qué cocinarte? ¿Lomo saltado?  ¿Eres tú?  ¿Ni coser ni bordar?  ¿Con esta sí con esta no?

 A la hora del almuerzo ubicamos el restaurante ganador de ese año del concurso de lomo saltado para disfrutar de un plato servido de manera primorosa para nosotros los turistas.

 Al segundo día  salimos a visitar el distrito cultural y artístico de Barranco.  El recorrido inicia  en el parque principal  lugar de reunión y  cultura.  Conocido como el barrio bohemio de Lima cuenta con calles lindas y románticas ocupadas por galerías de arte. Al caminar por las calzadas se descubren  en las paredes grafitis realizados por artistas de arte urbano reconocidos como “Pésimo” y “Entes”, con colores y formas majestuosas, cargados de mensajes que llaman a vivir de manera saludable.  Y por supuesto, los cafecitos que invitan al pasante a  sentarse en una mesa de madera junto al “Gato Tulipán” espécimen gatuno sentado sobre una baranda vieja  cual si fuera una postal blanca con un ojo verde y otro azul como salido de  un cuento de las mil y una noche o Alicia en el país de las maravillas. Almuerzo en “Isolina” taberna peruana en donde los platos son esmaltados a la antigua de un colorido llamativo rojos, amarillos, blancos de gran tamaño y profundidad para resistir unas recetas   como el seviche de  corvina de sabor exquisito, adornado con granos de mazorca  y chicha de maíz rojo como pasante.

 Otro recodo de Lima es el “Puente de los Suspiros”. Un puente de tablas de madera amplio y adornado con románticas enredaderas en sus barandas que incita a las parejas a cruzarlo. Se dice que se debe tomar el aire al iniciar el recorrido  guardarlo  en los pulmones, mezclarlo con el amor en el corazón   y al final del puente  encontrar el  amor de tu vida.  Pasar un 24 de diciembre en la calle en Barranco y el Barrio Dédalo, darle  gusto al paladar gastronómico y artístico fue una maravillosa experiencia, adornada con la música popular  en el parque, y los decorados navideños en los cafecitos, tiendas y galerías.

 Un día festivo calculado en un hermoso espectáculo llamado “El circuito mágico del agua” en el Parque de la Reserva. “Magia color y fantasía” es el lema del recorrido.  En el centro del parque está la “Fuente mágica” en donde comenzamos con un gran abrazo en familia. Caminamos  hasta llegar a la “Fuente túnel de las sorpresas” con una atrevida mojada  con chorros que salen al azar en una forma de arco líquido.  La fuente de las tradiciones  con esculturas indígenas  de color rojo con surtidores de agua iluminados rodeadas de un estanque, es un homenaje al pasado del imperio Inca.  En la noche se da inicio al bello espectáculo en la Fuente de la Fantasía.  El agua se llena de belleza con luces de colores y las formas que proyectan  la historia del Perú Incaico: nacimiento, desarrollo y decadencia con un trasfondo musical peruano.

 La playa del mar sin arena es de canto rodado, montones  de piedras laboriosamente redondeadas con el ir y venir de las olas  producen un susurro acogedor mientras se disfruta de la brisa marina. Como el centro comercial Larcomar queda a tiro de piedra del hotel una caminata matutina es ideal para  visitar  las orillas del mar de aguas heladas a pesar de estar en la estación de verano.  La Rosa Náutica un restaurante   estilo victoriano de paso obligado para turistas ofrece una experiencia de adentrarse en el mar al estar ubicado en un espigón de la costa.    Al mismo tiempo que se puede degustar  un pisco sour, cóctel de pisco (tipo de aguardiente) y zumo de limón    y disfrutar de la gastronomía peruana de mucho gusto y exquisitez. 

 Sobre un costado de la avenida Miraflores  frente al mar  se encuentra el monumento “El beso” una obra  apasionada construida en concreto por el artista peruano Víctor Delfín en 1993. Inicialmente las mentes vigilantes de la conciencia social lo señalaron como una escultura erótica. Pero, al final triunfó   la fuerza inspiradora del amor que  la mantuvo para conquistar el paisaje marino de  un hombre y una mujer.  El hombre amoroso  dobla su cintura, abraza a su mujer completa  acostada rosando su cuerpo   para darle un beso en la boca, el viento  sopla suavemente por debajo de las rodillas del joven galán y la mujer recostada sobre  un pedestal de concreto con un fondo lejano de las olas  del mar tranquilas. Es un parque lleno de flores y letreros amorosos grabados como mosaicos  por artistas  con letreros amorosos en las paredes: “Eva y Germán, Alicia y Arturo, Raquel y Luis, Peter y Andrea, unidos para siempre”. Es un sitio alegre de encuentro de la gente para: caminar, mirar el mar, volar con los parapentes, tirarse sobre el césped o rodar por una suave pendiente que se desliza hacia el mar.

 Cusco es reconocida como la capital histórica de Perú, antigua capital del imperio Inca y patrimonio de la humanidad. Lugar infaltable en una visita al país. Nos hospedamos en el Hotel Koyllur   situado en la calle Puma Paccha. Es lindo y acogedor a pocas cuadras de la Plaza Central.  La altura de la ciudad de Cusco  de 3.399 metros sobre el nivel del mar hace que caminar lento sea necesario.  Hay que evitar el “soroche” o mal de las alturas.  Té caliente con hojas de coca tomado con alguna frecuencia y ofrecido por el hotel es una  manera natural de prevenir congestiones, dolor de cabeza, fatiga al caminar y problemas respiratorios. El mal de las alturas es real y se debe manejar con cuidado  el proceso de acomodo  del organismo puede tardar unas horas o  un poco más de un día. De igual manera para las noches frías ofrecen bolsas de agua caliente en un foro en forma de borreguito  útiles para colocar en los pies y mejorar la temperatura nocturna.

 Ahora el turno era para Machu Picchu Patrimonio de la humanidad sitio imperdible en este recorrido.  La fortuna nos dio la oportunidad de conocer en el tren a una mexicana amorosa, que en medio de la angustia por el olvido de nuestros pasaportes nos animó   y acompañó durante las tres horas del trayecto, se sentó  en nuestra mesa   desde la estación de salida del tren en Poroy hasta la estación de Aguas calientes. La suerte de tener unas fotocopias de nuestros documentos de identificación fueron el boleto de salvación de la visita. Para subir a la montaña de Machu Picchu se hace en buses  por una carretera zigzagueante destapada hasta las alturas de unos 700 metros más por encima del nivel de la ciudad de Cusco. Las nubes celosas de un día frío y lluvioso se negaban a irse para  despejar el panorama bello y majestuoso  de  un monumento que dejaron los Incas  en la punta del cerro  de la cordillera de los Andes.  Se logró divisar un poco las montañas bajas de Machu Picchu, pero    las más altas, se cubrieron con la neblina.  La energía mágica del lugar la sentimos en nuestros cuerpos y en nuestras almas una especie de regocijo nos invadía por estar pisando las mismas tierras y observar el mismo paisaje de civilizaciones tan  grandiosas.

 El complejo arquitectónico también llamado “Monte Viejo” muestra murallas en piedra ajustadas al milímetro  unas contra otras, terrazas y rampas  dibujadas en la tierra como terraplenes para sostener construcciones de templos, y distribuir el paisaje a la vista de los observadores. Canales de conducción del agua proveniente de los montes cercanos para el uso doméstico y algunas decoraciones ambientales, para   animales como las llamas y las alpacas, y riego de plantas de uso cotidiano. Algunos puentes con sostenimiento en rocas para pasar libremente de un sitio a otro. Zonas para el encuentro de sus habitantes, plazas, templos, escaleras.  La magia astronómica representada con precisión ubicando los astros y las estrellas y el maravilloso sol que alumbra todos los días cuyas líneas de ubicación espacial se asocian con la presencia de celebraciones y fiestas. Un complejo urbano reducido en las alturas al borde de un abismo divisando un valle  cruzado por el rio Urubamba.

 Pachacútec Inca Yupanqui  se considera como el probable fundador de Machu Picchu  cuyos propósitos de su existencia no se conocen con precisión y se deja a la imaginación como un centro ceremonial, una fortaleza con propósitos de defensa, una casa de retiro en donde podrían vivir unas 1000 personas en habitaciones familiares o conjuntos de grupos de adoradores, sacerdotes, y pensadores. El lugar fue abandonado por los Incas poco antes de que el conquistador Pizarro llegara a esas tierras que permanecieron ocultas en el borde la montaña hasta su redescubrimiento en 1911 por un explorador americano Hiram Bingham y otros muchos que ya habían estado desde las primeras  décadas del siglo XX. A partir de su descubrimiento y señalamiento en la geografía, la etnografía, y la antropología su categoría histórica sacudió al mundo científico y puso su presencia para los visitantes, que, como yo, ya hemos completado cuatro visitas que podrían repartirse buscando un punto a través del cual se pueda mirar la existencia de una humanidad Inca que existió y merece ser  propósito de estudio  de la comunidad científica y de la curiosidad   turística. Los rumores surgidos hace poco de que Machu Picchu sería cerrado al turismo por circunstancias desconocidas motivaron a la gente a  visitarla   antes de que la cerraran. Es una de las siete maravillas del mundo moderno que merece ser conocida.  

 La conquista del Perú por Francisco Pizarro y  seguidores forman una trama histórica impresionante al percatarse de que la vida de los Incas era  próspera, con sistemas de administración pública avanzada, riquezas existentes en metales  como el oro, plata, y piedras preciosas. Control de la población con orden y sumisión, censos demográficos con distribución según el sexo y la edad y  lugar de residencia. Datos que se llevaban  en un sistema denominado “Quipu” (Khipu) fabricado con hilos de lana enrollados  para el registro de información con nodos y espacios  entre los puntos de separación como un primer nivel de organización de escritura.

 Conocer el Valle Sagrado del imperio Inca resulta ineludible.  En algún momento de su desarrollo histórico   tuvo una población por encima de los siete millones de habitantes dedicados a la agricultura, prácticas religiosas, y construcción de templos, sin embargo, de manera misteriosa  desapareció antes de la llegada de los conquistadores. Dejaron todo y se dirigieron  hacia las cimas de los andes peruanos cruzando la cordillera, para ocultarse de la vida en las profundidades de la selva amazónica. Aún hoy se  avanza sobre conjeturas, e hipótesis sobre su desaparición.

 La ciudad abandonada de Pisac a 30 kilómetros de la ciudad de Cusco, es un complejo arqueológico situado en la parte alta que contrasta con la población actual de origen incaica combinada con la arquitectura colonial española. La parte antigua abandonada antes de la llegada de  los españoles muestra el Palacio Imperial en el sector religioso Incaico y las andenerías usadas para la agricultura. Andenes espaciosos de más de tres metros de ancho sostenidos por murallas en piedra  permitían el cultivo de productos agrícolas en las pendientes de las colinas. Son obras de alto conocimiento de ingeniería, construcciones hidráulicas con un manejo del agua calculado para la producción de alimentos. Espacios para actividades religiosas y  de astronomía para la observación del movimiento del sol, la luna, y las estrellas en el universo y su relación con la vida de la gente. Viviendas para las familias, gobernantes, sitios de encuentro, para un conglomerado de habitantes interrelacionados con los otros pueblos distribuidos  en el Valle sagrado de los Incas. En pequeñas colinas se observa un cementerio  con cavidades o agujeros    con huesos de cráneos humanos.

  Visitamos otros pueblos como Chinchero con una residencia palaciega del Inca Tupac Yupanqui en un medio campestre. Un pueblo con una gran riqueza en productos artesanales. Fabrican hermosas prendas tejidas de lana de alpaca teñida con colores que se obtienen de la naturaleza vegetal e insectos como la Cochinilla un animalito que parasita en las hojas de la tuna y es fuente natural del color rojo carmesí y que las mujeres usaban para pintarse los labios y mejillas.

 Observamos la producción de sal en la población de Maray y tejidos de lana. El recorrido finaliza en  Ollantaytambo,  punto de acceso al valle sagrado de los Incas entre áridas montañas y tierras coloradas.  El sitio más cercano a las ruinas de Machu Picchu  por donde se sigue el camino del Inca a las orillas del río Urubamba.

 Las ruinas arqueológicas muestran una arquitectura basada  en el manejo  de la piedra pulida labrada una por una. Los muros y escaleras   en las ruinas fueron cortadas con gran destreza  y finura con herramientas desconocidas  frente a las tecnologías modernas. Las calles son rectas y estrechas con cientos de escaleras que llevan a lugares  sorprendentes. En la parte alta después de subir  cientos de escaleras en piedras talladas se encuentra el  Templo del sol construido durante el reinado del primer gobernante histórico Inca Pachacuti Yupanqui (1438-1471). El granito rosa fue traído de una cantera de piedra que se encuentra a unos 4 km de distancia en donde se tallaron parcialmente las piedras para ser  llevadas hacia el fondo del Valle y encajadas  con  precisión en la construcción  del templo. Una de las paredes en la parte alta muestra el muro de los seis monolitos unidos y erguidos con láminas de piedra que se sostienen entre ellas por su propio peso como  gigantescas piezas de un rompecabezas.

 La ciudad de Cusco  centro del imperio Inca fue repartida entre los conquistadores durante la toma de la ciudad por Pizarro y sus colaboradores.  Destruyeron   los   templos y construcciones para  dar cabida a  iglesias y conventos religiosos entre ellos el convento de los Jesuitas  Santo Domingo y la catedral del Cusco. En la plaza central hay una fuente  con una escultura del Inca rebelde Tupac Amaru II ejecutado por los españoles en 1781. Algunos restaurantes y cafecitos típicos del lugar adornan la zona circundante   y por sus calles  estrechas hechas con adoquines  transitan ahora los vehículos con mucha dificultad.

 A dos cuadras de la Plaza de Armas en una esquina se encuentra el museo  Máximo Laura. Artista peruano merecedor del premio “Tesoros Humanos vivientes de la Nación” en 2010 por la Unesco tejedor de tapices de iconografías andinas de una   belleza extraordinaria.  Sus trabajos esparcidos por todo el mundo en los grandes museos  se presentan como obras de arte contemporánea. Las figuras en los tapetes combinan con elegancia y majestuosidad   el colorido de los Incas del pasado con la destreza del telar moderno. Máximo Laura  escogió  a Cusco como  su lugar de residencia permanente.

 Al retornar a  Lima  cambiamos de hotel para estar cerca del Malecón. A media cuadra estaba el parque Kennedy un lugar bonito con jardines llenos de flores, árboles de gran tamaño y muchos gatos dormilones.    En  los andenes se hacen artistas para vender sus cuadros, hacer dibujos a lápiz  de los turistas  y   ofrecer sus artesanías. En horas de la tarde se reúnen grupos de personas  para bailar al son de la música peruana  alegre y festiva.

 En Lima hay mucho para visitar y conocer.  La Huaca Pucllana, un templo ceremonial de adoradores del mar cercano en el sector de Miraflores es uno de ellos.  La divinidad principal fue el mar representado a través del tiburón. Estuvo mucho tiempo abandonado hasta su recuperación hace algunos años en donde se adelantan trabajos de arqueología en un espacio  de  siete hectáreas. La Huaca es una pirámide  de 25 metros de altura construida con adobes en barro y rellenos con cantos rodados y arena. Su recorrido es amplio al caminar por patios, plazas y recintos.   Se han encontrado obras en cerámica y pequeñas esculturas. Se presume de su utilización en ceremonias de rompimiento de vasijas y sacrificios  de mujeres  jóvenes, acompañadas de música. Algunos muros se conservan  construidos con la técnica del “librero o adobitos en barro”, otros en tapiales de adobe en forma de “ladrillos” rectangulares. En algún lugar cercano por casualidad encontramos un sitio de crianza de perros “el viringo peruano”. Es reconocido como patrimonio del Perú, tienen la piel arrugada, desprovista de pelos y algunos mechones  en la cabeza que le dan un aspecto gracioso.

 Un atardecer precioso en Larcomar para esperar en familia las celebraciones de fin de año 2017 acompañadas con pisco sour.  Al llegar la media noche fuegos artificiales  provenientes de varios barcos anclados en la bahía iluminaron el cielo:  multitud de luces de colores y cohetes de pólvora animaron aún más el ambiente de alegría, besos, abrazos y gritos de feliz año se escuchaban por todas partes.  acompañado de un brindis con una copa de champaña para iniciar el nuevo año de una familia colombiana en Perú

 Iniciamos el año con una visita al barrio Pueblo Libre para conocer el Museo Larco de arte precolombino  un poco retirado del ambiente turístico  y del centro histórico de la ciudad de Lima. Fue fundado en 1926 por el arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle.  Cuenta con una excelente colección de arte precolombino con “obras maestras” identificadas en las salas de exposición:   de las “culturas” con obras en cerámica; el salón del sincretismo; de los textiles; de las ceremonias y sacrificios; vestidos ceremoniales, y  la galería de los objetos de oro, plata y otros minerales.

 En un primer nivel aislada del resto de la casa y en frente de un hermoso jardín con tapetes para  recostarse sobre la hierba, se encuentra la “galería erótica”. Es una sala que   genera fuertes expectativas en los visitantes, obras de arte precolombino, muestra la importancia de las relaciones sexuales en la vida de las comunidades Incas precolombinas, aún después de la muerte en “el mundo de abajo”, la relación con los ancestros y dioses especialmente   con la Pacha mama o madre tierra.

 Al atardecer regresamos al centro de Lima para pasear por la plaza de San Martín rodeada de edificios históricos como el teatro Colón y Hotel Bolívar. En el centro  se levanta la estatua en honor al general  San Martin gestor de la independencia de Perú. Una caminada desprevenida  nos condujo hasta la “Alameda de los Descalzos” un paseo antiguo  que los enamorados  acostumbraban hacer  tomados de la mano.  Los signos del zodiaco de la mitología griega como  estatuas de mármol se levantan en pedestales a lo ancho y largo de la Alameda. Ya un poco olvidada refleja la grandeza de los tiempos en que  Chabuca Granda cantante y compositora hace mención a la Alameda  en su famosa canción: La flor de la canela:

 Déjame que te cuente, limeño 

Déjame que te diga la gloria 
Del ensueño que evoca la memoria 
Del viejo puente, del río y la alameda 
Déjame que te cuente, limeño 
Ahora que aún perfuma el recuerdo 
Ahora que aún mece en su sueño 
El viejo puente el río y la alameda 

Jazmines en el pelo y rosas en la cara 
Airosa caminaba la flor de la canela 
Derramaba lisura y a su paso dejaba 
Aroma de mixtura que en el pecho llevaba 

Del puente a la alameda 
Menudo pie la lleva 
Por la vereda que se estremece 
Al ritmo de su cadera 
Recogía la risa de la brisa del río 
Y al viento la lanzaba del puente a la alameda 

Déjame que te cuente, limeño ¡ay! 
Deja que te diga moreno mi pensamiento 
A ver si así despiertas del sueño 
Del sueño que entretiene, moreno 
Tus sentimientos 

Aspiras de la lisura 
Que da la flor de canela 
Adornada con jazmines 
Matizando tu hermosura 

Alfombras de nuevo el puente 
Y engalanas la alameda 
que el río acompasara tu paso por la vereda 

Y recuerda que, jazmines en el pelo y rosas en la cara 
Airosa caminaba la flor de la canela 
Derramaba lisura y a su paso dejaba 
Aroma de mixtura que en el pecho llevaba 

Del puente a la alameda 
Menudo pie la lleva 
Por la vereda que se estremece 
Al ritmo de su cadera 
Recogía la risa de la brisa del río 
Y al viento la lanzaba del puente a la alameda

 

Fuente: LyricFind

Compositores: Isabel Chabuca Granda Larco

Letra de La flor de la canela © Warner Chappell Music, Inc

 Obligada visita al Museo de Arte de la ciudad de Lima (MALI). Ubicado en el centro de la ciudad en una estructura arquitectónica construida exclusivamente con intenciones expositivas: “Palacio  de la Exposición” en 1870 y 1871, con hermosos jardines adornado con estatuas y muy bien mantenido. Fue declarado monumento histórico  por su arquitectura y patrimonio cultural  de la nación en 1973. Tiene más de 18.000 piezas en la colección  permanente distribuidas en salas  numeradas para facilitar la visita en grandes categorías marcadas en la estructura de las paredes   como Arte precolombino, Colonial  , Republicano, Arte moderno, Textiles, Dibujo y costumbrismo, platería, fotografía y salón de muebles de acceso restringido. Una visita de las salas  puede durar como mínimo unas dos horas y mucho más para los interesados en las artes especializadas. Es realmente extraordinario.

 Dispone  de  tres salas “interactivas” con exposiciones de artistas locales e internacionales y en donde paralelamente   los visitantes pueden realizar actividades de su interés con mesas de trabajo y tableros de expresión, escultura y manualidades.

 Después de almorzar en la tarde completamos el día con la visita al Museo Amano de textiles precolombinos. Una iniciativa privada del exitoso empresario Yoshitaro Amano quien desde 1930 estuvo vinculado al Perú y otros países latinoamericanos. En 1951 regresó al país después de la segunda guerra mundial. Siempre demostró gran preocupación por las obras de arte precolombino que eran destruidas y saqueadas en diferentes sitios del Perú. Coleccionó muchas obras en su propia casa de Miraflores antes de decidir  en 1964 la construcción de un edificio “diseñado y construido para desempeñarse como museo” con una exposición permanente de obras precolombinas de textiles de las culturas Chavín, Chancay, Paracas, Chimú, Sari entre otras.

 Tiene cuatro salas de acceso libre o deliberado con guía. En una de  las salas se muestra una cronología de los textiles precolombinos hallados en el Perú y en otra  se exhiben materias primas y herramientas utilizadas en la elaboración de textiles. En estas dos salas se encuentran más de 120 obras de textiles de las diferentes culturas  incaicas. Hay una sala denominada en honor  de su fundador en donde se recogen y guardan en gavetas obras de textiles precolombinos para su estudio e investigación.

 Como actividad final del viaje al Perú   decidimos tomar  un tour a Paracas punto de partida hacia las islas Ballestas a cuatro horas de la ciudad de Lima. Al llegar recorrimos en  lancha  la isla en donde habitan animales como los lobos marinos, pelicanos, y pingüinos y los piqueros guarayes. Los excrementos de las aves conocido como guano, es un abono orgánico muy apreciado en el mercado y es comercializado por los lugareños. Otro atractivo turístico es el enorme geoglifo prehistórico con la figura de un “Candelabro” grabado en la ladera de una colina  de  arena  que a pesar de los fuertes vientos no se borra. Existen hipótesis sobre posibles “extraterrestres” que habitaron la tierra y dejaron huellas de su paso  en las costas peruanas  de figuras sin ninguna explicación.

 Fuimos  al departamento de ICA  en donde se fabrica el Pisco bebida  de gran aceptación. Varias   haciendas y viñedos se dedican al cultivo de la uva  para el consumo de mesa y muy especialmente para la producción de pisco  reconocido en el ámbito mundial. Una de las haciendas “El Catador” ofrece una visita turística del trabajo de tres generaciones de una misma familia. Fabrican un producto que proviene de uvas específicas clasificadas de acuerdo a la región de origen de tipo: Mollar, uva Italia, Moscatel, Albilla, Torontel y Ubinas entre otras cepas.  El grado de alcohol fluctúa entre los 38º y 48º grados  en su mayoría exportado a mercados internacionales.

 Un día apretado para ir a conocer como actividad final  el oasis de Huacachina con una laguna de aguas sulfurosas a 5 kilómetros al oeste del departamento  de ICA en medio del desierto costero del océano pacifico. La laguna es de color verde  y en sus orillas se contornean hermosas palmeras, grandes eucaliptos, y huarangos en un cielo más que azul.    Los limites estrechos del oasis muestran  las extensas dunas de arena amarilla. En unos vehículos Buggys acondicionados para andar por la arena  recorrimos con ayuda de un conductor la extensión del desierto y de las dunas con el uso de  gafas protectoras para proteger los ojos del viento y la arena. Sobre la cima de una alta duna vivimos la  experiencia del “Sandboarding”. Una   explosión de arrojo y adrenalina al acostarse sobre una especie de tabla de surfear  y dejarse ir cuesta abajo en una larga extensión  a  velocidades increíbles que sólo se controlan elevando un poco las piernas. La oportunidad de ver un atardecer en la cima de las dunas con una vista preciosa del Oasis sentados relajados para ver la caída del  día y cerrar con broche de oro un viaje inolvidable al Perú en donde el sol ilumina la tierra..

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