Jesús Rico Velasco
De las profundidades de la historia nació una cultura que iluminó la tierra
con sus conocimientos, creencias, expresiones y manifestaciones artísticas, religiosas y morales regidas por principios de justicia y de costumbre, que organizan la estructura de la
personalidad social del Perú en una etnografía única en el continente
suramericano. Parte de esa historia se perdió en los laberintos mentales de
unos conquistadores que no entendieron la vida, las aptitudes y hábitos de unos
aborígenes admirables que con una
grandeza insuperable se volvieron invisibles frente a la arrogancia imperdonable
de unos conquistadores desalmados. La bella
cultura Inca es la historia de un pueblo que unía la geografía del sur con la cultura maya del norte como
dos polos que se juntaban con raíces
basadas en el respeto, la convivencia pacífica y la colaboración. Son
siglos perdidos que no están en la mente de nadie, en donde no se conoce la identidad psíquica de esa humanidad, y el origen histórico de
pueblos desconocidos antes de que empezaran a hablar, escribir y que todo
existiera.
Los historiadores sitúan el imperio Inca entre el siglo XIII y el XVI antes
de la llegada de los conquistadores. La cultura Inca tiene evidencia en
ciudades como Cusco, en la administración política, la construcción de caminos
y puentes que unían extensos territorios
de América del sur y en el manejo de sus economías. Sus períodos resumidos en espacios de tiempo marcan el proceso de creación de la cultural
incaica desde la región andina, con el
gobierno de la sociedad a partir de Pachacútec
Inca Yupanqui entre 1438- 1478. Su cacicazgo centrado en el Cusco duró más de 300 años hasta la llegada de
los españoles cuando Atahualpa Yupanqui es engañado y derrotado en la conquista
por Francisco Pizarro en 1533. Historias
tristes de un manejo difícil de desentrañar en los finales de un trasfondo
histórico de adoradores del sol Inti, de mama quilla diosa de la luna, Viracocha
el dios creador, y la Pacha mama, la madre tierra.
Hoy la población peruana proyectada al 2024 alcanza los 34.217.850
habitantes. En el 2017 el 58% vivían en la costa pacífica, el 28.1% en la
sierra, y el 13.1 en la selva. La tasa de pobreza se ha reducido en la última
década a un 28%, con un descenso en la desnutrición infantil significativo. La
esperanza de vida es alta por encima de
los 77 años y la alfabetización es notable con 94.2 % en la población en edad
escolar. En un perfil demográfico de la población total se observa una
concentración urbana del 79.3% y viviendo en las áreas rurales un 20.7%. Las
tasas de fecundidad general muestran una reducción por debajo de 2.2 hijos por
mujer en edad fértil produciendo
variaciones en la distribución poblacional por sexo y edad cada vez más
constrictiva en la base de la pirámide. La concentración de la población en la
ciudad de Lima alcanza los 10 millones
de habitantes jalonando las poblaciones de Callao (1.171.400) y Arequipa
(1.157.000) en la costa pacífica, y el Cusco con 484.200 en la sierra. Perú es
un país con una religión sincrética entre la religión católica y las creencias
incas combinadas con el animismo, antropomorfa, y politeísta.
Viajamos a Lima para pasar las
vacaciones navideñas de 2017 en
familia y como turismo de aprendizaje de
la cultura Inca. Nos hospedamos en las Suites Larco en el sector de Miraflores.
Varias páginas habían pasado ya en mi vida de recorrer una cultura única: los Incas. El sector de Miraflores tiene una ubicación especial por
permitir la cercanía al mar y vecindades
del centro de la ciudad en donde
ocurren las cosas, además de facilitar la movilidad a pie y en transporte
público.
El recorrido comienza con una visita
al centro histórico de Lima. En la Plaza de Armas presenciamos el cambio de
guardia de la casa de gobierno. Un
espectáculo recurrente a la misma hora con una duración aproximada de 45 minutos de
soldados vestidos de gala en un acto especial de combinación de movimientos
elegantes de hombres y caballos en equilibrio perfecto. Este evento rutinario cobra un interés
especial los días festivos y durante las celebraciones patrias como
demostración de la fuerza de protección del presidente de la nación y
del palacio presidencial.
El convento de San Francisco, las
catacumbas, y la iglesia lugares indispensables para ver en el centro de la ciudad de Lima.
El convento sigue siendo lugar de
residencia de los frailes
Franciscanos. Se puede mirar como una obra de arquitectura de la época
colonial así lo demuestran los detalles de arte religioso en sus esculturas,
pinturas y los delicados grabados de
altares, columnas y bóvedas. El conjunto fue declarado patrimonio cultural de
la humanidad en 1988. Las catacumbas como sitio de disposición de los cadáveres
de la población durante muchas décadas tienen su relación intrínseca con la
muerte. La ubicación de los restos marca diferenciales asociados a la procedencia
social, y religiosa. También hay un museo con obras llamativas del arte
barroco, pinturas y esculturas, y una biblioteca que en su momento llegó a tener más de 25.000
volúmenes.
Al salir del convento una galería de arte al paso de Luis Miró Quesada
presentaba de manera gratuita las obras de la artista visual peruana Pattsy
Higuchi: “Las preguntas”, una oportunidad única para observar una reflexión del cuerpo femenino como experiencia de confrontación y
la pintura como un acto público.
Obras con títulos sugerentes como: ¿Qué cocinarte? ¿Lomo saltado? ¿Eres tú?
¿Ni coser ni bordar? ¿Con esta sí
con esta no?
A la hora del almuerzo ubicamos el restaurante ganador de ese año del
concurso de lomo saltado para disfrutar de un plato servido de manera primorosa
para nosotros los turistas.
Al segundo día salimos a visitar el
distrito cultural y artístico de Barranco. El recorrido inicia en el parque principal lugar de reunión y cultura.
Conocido como el barrio bohemio de Lima cuenta con calles lindas y
románticas ocupadas por galerías de arte. Al caminar por las calzadas se
descubren en las paredes grafitis
realizados por artistas de arte urbano reconocidos como “Pésimo” y “Entes”, con
colores y formas majestuosas, cargados de mensajes que llaman a vivir de manera
saludable. Y por supuesto, los cafecitos
que invitan al pasante a sentarse en una
mesa de madera junto al “Gato Tulipán” espécimen gatuno sentado sobre una
baranda vieja cual si fuera una postal
blanca con un ojo verde y otro azul como salido de un cuento de las mil y una noche o Alicia en
el país de las maravillas. Almuerzo en “Isolina” taberna peruana en donde los
platos son esmaltados a la antigua de un colorido llamativo rojos, amarillos,
blancos de gran tamaño y profundidad para resistir unas recetas como el seviche de corvina de sabor exquisito, adornado con
granos de mazorca y chicha de maíz rojo como
pasante.
Otro recodo de Lima es el “Puente de los Suspiros”. Un puente de tablas de
madera amplio y adornado con románticas enredaderas en sus barandas que incita
a las parejas a cruzarlo. Se dice que se debe tomar el aire al iniciar el
recorrido guardarlo en los pulmones, mezclarlo con el amor en el
corazón y al final del puente encontrar el
amor de tu vida. Pasar un 24 de
diciembre en la calle en Barranco y el Barrio Dédalo, darle gusto al paladar gastronómico y artístico fue
una maravillosa experiencia, adornada con la música popular en el parque, y los decorados navideños en los
cafecitos, tiendas y galerías.
Un día festivo calculado en un hermoso espectáculo llamado “El circuito
mágico del agua” en el Parque de la Reserva. “Magia color y fantasía” es el
lema del recorrido. En el centro del
parque está la “Fuente mágica” en donde comenzamos con un gran abrazo en
familia. Caminamos hasta llegar a la
“Fuente túnel de las sorpresas” con una atrevida mojada con chorros que salen al azar en una forma de
arco líquido. La fuente de las
tradiciones con esculturas
indígenas de color rojo con surtidores
de agua iluminados rodeadas de un estanque, es un homenaje al pasado del
imperio Inca. En la noche se da inicio
al bello espectáculo en la Fuente de la Fantasía. El agua se llena de belleza con luces de
colores y las formas que proyectan la
historia del Perú Incaico: nacimiento, desarrollo y decadencia con un trasfondo
musical peruano.
La playa del mar sin arena es de canto rodado, montones de piedras laboriosamente redondeadas con el
ir y venir de las olas producen un
susurro acogedor mientras se disfruta de la brisa marina. Como el centro
comercial Larcomar queda a tiro de piedra del hotel una caminata matutina es
ideal para visitar las orillas del mar de aguas heladas a pesar
de estar en la estación de verano. La
Rosa Náutica un restaurante estilo
victoriano de paso obligado para turistas ofrece una experiencia de adentrarse
en el mar al estar ubicado en un espigón de la costa. Al
mismo tiempo que se puede degustar un
pisco sour, cóctel de pisco (tipo de aguardiente) y zumo de limón y
disfrutar de la gastronomía peruana de mucho gusto y exquisitez.
Sobre un costado de la avenida Miraflores frente al mar
se encuentra el monumento “El beso” una obra apasionada construida en concreto por el
artista peruano Víctor Delfín en 1993. Inicialmente las mentes vigilantes de la
conciencia social lo señalaron como una escultura erótica. Pero, al final triunfó la
fuerza inspiradora del amor que la mantuvo
para conquistar el paisaje marino de un
hombre y una mujer. El hombre
amoroso dobla su cintura, abraza a su
mujer completa acostada rosando su
cuerpo para darle un beso en la boca, el
viento sopla suavemente por debajo de
las rodillas del joven galán y la mujer recostada sobre un pedestal de concreto con un fondo lejano
de las olas del mar tranquilas. Es un
parque lleno de flores y letreros amorosos grabados como mosaicos por artistas con letreros amorosos en las paredes: “Eva y
Germán, Alicia y Arturo, Raquel y Luis, Peter y Andrea, unidos para siempre”.
Es un sitio alegre de encuentro de la gente para: caminar, mirar el mar, volar
con los parapentes, tirarse sobre el césped o rodar por una suave pendiente que
se desliza hacia el mar.
Cusco es reconocida como la capital histórica de Perú, antigua capital del
imperio Inca y patrimonio de la humanidad. Lugar infaltable en una visita al
país. Nos hospedamos en el Hotel Koyllur
situado en la calle Puma Paccha. Es lindo y acogedor a pocas cuadras de
la Plaza Central. La altura de la ciudad
de Cusco de 3.399 metros sobre el nivel
del mar hace que caminar lento sea necesario.
Hay que evitar el “soroche” o mal de las alturas. Té caliente con hojas de coca tomado con
alguna frecuencia y ofrecido por el hotel es una manera natural de prevenir congestiones,
dolor de cabeza, fatiga al caminar y problemas respiratorios. El mal de las
alturas es real y se debe manejar con cuidado
el proceso de acomodo del
organismo puede tardar unas horas o un
poco más de un día. De igual manera para las noches frías ofrecen bolsas de
agua caliente en un foro en forma de borreguito
útiles para colocar en los pies y mejorar la temperatura nocturna.
Ahora el turno era para Machu Picchu Patrimonio de la humanidad sitio
imperdible en este recorrido. La fortuna
nos dio la oportunidad de conocer en el tren a una mexicana amorosa, que en
medio de la angustia por el olvido de nuestros pasaportes nos animó y acompañó
durante las tres horas del trayecto, se sentó
en nuestra mesa desde la
estación de salida del tren en Poroy hasta la estación de Aguas calientes. La
suerte de tener unas fotocopias de nuestros documentos de identificación fueron
el boleto de salvación de la visita. Para subir a la montaña de Machu Picchu se
hace en buses por una carretera zigzagueante
destapada hasta las alturas de unos 700 metros más por encima del nivel de la
ciudad de Cusco. Las nubes celosas de un día frío y lluvioso se negaban a irse
para despejar el panorama bello y
majestuoso de un monumento que dejaron los Incas en la punta del cerro de la cordillera de los Andes. Se logró divisar un poco las montañas bajas
de Machu Picchu, pero las más altas, se
cubrieron con la neblina. La energía
mágica del lugar la sentimos en nuestros cuerpos y en nuestras almas una
especie de regocijo nos invadía por estar pisando las mismas tierras y observar
el mismo paisaje de civilizaciones tan
grandiosas.
El complejo arquitectónico también llamado “Monte Viejo” muestra murallas
en piedra ajustadas al milímetro unas
contra otras, terrazas y rampas
dibujadas en la tierra como terraplenes para sostener construcciones de
templos, y distribuir el paisaje a la vista de los observadores. Canales de conducción
del agua proveniente de los montes cercanos para el uso doméstico y algunas
decoraciones ambientales, para animales
como las llamas y las alpacas, y riego de plantas de uso cotidiano. Algunos
puentes con sostenimiento en rocas para pasar libremente de un sitio a otro.
Zonas para el encuentro de sus habitantes, plazas, templos, escaleras. La magia astronómica representada con
precisión ubicando los astros y las estrellas y el maravilloso sol que alumbra
todos los días cuyas líneas de ubicación espacial se asocian con la presencia
de celebraciones y fiestas. Un complejo urbano reducido en las alturas al borde
de un abismo divisando un valle cruzado
por el rio Urubamba.
Pachacútec Inca Yupanqui se considera
como el probable fundador de Machu Picchu
cuyos propósitos de su existencia no se conocen con precisión y se deja
a la imaginación como un centro ceremonial, una fortaleza con propósitos de
defensa, una casa de retiro en donde podrían vivir unas 1000 personas en
habitaciones familiares o conjuntos de grupos de adoradores, sacerdotes, y
pensadores. El lugar fue abandonado por los Incas poco antes de que el
conquistador Pizarro llegara a esas tierras que permanecieron ocultas en el
borde la montaña hasta su redescubrimiento en 1911 por un explorador americano
Hiram Bingham y otros muchos que ya habían estado desde las primeras décadas del siglo XX. A partir de su
descubrimiento y señalamiento en la geografía, la etnografía, y la antropología
su categoría histórica sacudió al mundo científico y puso su presencia para los
visitantes, que, como yo, ya hemos completado cuatro visitas que podrían
repartirse buscando un punto a través del cual se pueda mirar la existencia de
una humanidad Inca que existió y merece ser propósito de estudio de la comunidad científica y de la curiosidad
turística. Los rumores surgidos hace poco de
que Machu Picchu sería cerrado al turismo por circunstancias desconocidas
motivaron a la gente a visitarla antes de que la cerraran. Es una de las siete
maravillas del mundo moderno que merece ser conocida.
La conquista del Perú por Francisco Pizarro y seguidores forman una trama histórica
impresionante al percatarse de que la vida de los Incas era próspera, con sistemas de administración
pública avanzada, riquezas existentes en metales como el oro, plata, y piedras preciosas. Control
de la población con orden y sumisión, censos demográficos con distribución
según el sexo y la edad y lugar de
residencia. Datos que se llevaban en un
sistema denominado “Quipu” (Khipu) fabricado con hilos de lana enrollados para el registro de información con nodos y
espacios entre los puntos de separación
como un primer nivel de organización de escritura.
Conocer el Valle Sagrado del imperio Inca resulta ineludible. En algún momento de su desarrollo histórico tuvo
una población por encima de los siete millones de habitantes dedicados a la
agricultura, prácticas religiosas, y construcción de templos, sin embargo, de
manera misteriosa desapareció antes de
la llegada de los conquistadores. Dejaron todo y se dirigieron hacia las cimas de los andes peruanos cruzando
la cordillera, para ocultarse de la vida en las profundidades de la selva
amazónica. Aún hoy se avanza sobre conjeturas,
e hipótesis sobre su desaparición.
La ciudad abandonada de Pisac a 30 kilómetros de la ciudad de Cusco, es un complejo arqueológico situado en la parte alta que contrasta con la
población actual de origen incaica combinada con la arquitectura colonial
española. La parte antigua abandonada antes de la llegada de los españoles muestra el Palacio Imperial en
el sector religioso Incaico y las andenerías usadas para la agricultura.
Andenes espaciosos de más de tres metros de ancho sostenidos por murallas en
piedra permitían el cultivo de productos
agrícolas en las pendientes de las colinas. Son obras de alto conocimiento de ingeniería,
construcciones hidráulicas con un manejo del agua calculado para la producción
de alimentos. Espacios para actividades religiosas y de astronomía para la observación del
movimiento del sol, la luna, y las estrellas en el universo y su relación con
la vida de la gente. Viviendas para las familias, gobernantes, sitios de
encuentro, para un conglomerado de habitantes interrelacionados con los otros
pueblos distribuidos en el Valle sagrado
de los Incas. En pequeñas colinas se observa un cementerio con cavidades o agujeros con huesos de cráneos humanos.
Visitamos otros pueblos como
Chinchero con una residencia palaciega del Inca Tupac Yupanqui en un medio
campestre. Un pueblo con una gran riqueza en productos artesanales. Fabrican
hermosas prendas tejidas de lana de alpaca teñida con colores que se obtienen
de la naturaleza vegetal e insectos como la Cochinilla un animalito que
parasita en las hojas de la tuna y es fuente natural del color rojo carmesí y
que las mujeres usaban para pintarse los labios y mejillas.
Observamos la producción de sal en la población de Maray y tejidos de lana.
El recorrido finaliza en Ollantaytambo, punto de acceso al valle sagrado de los Incas
entre áridas montañas y tierras coloradas.
El sitio más cercano a las ruinas de Machu Picchu por donde se sigue el camino del Inca a las
orillas del río Urubamba.
Las ruinas arqueológicas muestran una arquitectura basada en el manejo de la piedra pulida labrada una por una. Los
muros y escaleras en las ruinas fueron cortadas
con gran destreza y finura con
herramientas desconocidas frente a las
tecnologías modernas. Las calles son rectas y estrechas con cientos de
escaleras que llevan a lugares
sorprendentes. En la parte alta después de subir cientos de escaleras en piedras talladas se
encuentra el Templo del sol construido
durante el reinado del primer gobernante histórico Inca Pachacuti Yupanqui
(1438-1471). El granito rosa fue traído
de una cantera de piedra que se encuentra a unos 4 km de distancia en donde se
tallaron parcialmente las piedras para ser
llevadas hacia el fondo del Valle y encajadas con precisión
en la construcción del templo. Una de
las paredes en la parte alta muestra el muro de los seis monolitos unidos y
erguidos con láminas de piedra que se sostienen entre ellas por su propio peso
como gigantescas piezas de un rompecabezas.
La ciudad de Cusco centro del
imperio Inca fue repartida entre los conquistadores durante la toma de la
ciudad por Pizarro y sus colaboradores. Destruyeron los templos
y construcciones para dar cabida a iglesias y conventos religiosos entre ellos
el convento de los Jesuitas Santo
Domingo y la catedral del Cusco. En la plaza central hay una fuente con una escultura del Inca rebelde Tupac
Amaru II ejecutado por los españoles en 1781. Algunos restaurantes y cafecitos
típicos del lugar adornan la zona circundante y por sus
calles estrechas hechas con adoquines transitan ahora los vehículos con mucha
dificultad.
A dos cuadras de la Plaza de Armas en una esquina se encuentra el
museo Máximo Laura. Artista peruano
merecedor del premio “Tesoros Humanos vivientes de la Nación” en 2010 por la Unesco
tejedor de tapices de iconografías andinas de una belleza extraordinaria. Sus trabajos esparcidos por todo el mundo en
los grandes museos se presentan como
obras de arte contemporánea. Las figuras en los tapetes combinan con elegancia
y majestuosidad el colorido de los Incas del pasado con la
destreza del telar moderno. Máximo Laura
escogió a Cusco como su lugar de residencia permanente.
Al retornar a Lima cambiamos de hotel para estar cerca del
Malecón. A media cuadra estaba el parque Kennedy un lugar bonito con jardines
llenos de flores, árboles de gran tamaño y muchos gatos dormilones. En los
andenes se hacen artistas para vender sus cuadros, hacer dibujos a lápiz de los turistas y ofrecer
sus artesanías. En horas de la tarde se reúnen grupos de personas para bailar al son de la música peruana alegre y festiva.
En Lima hay mucho para visitar y conocer. La Huaca Pucllana, un templo ceremonial de
adoradores del mar cercano en el sector de Miraflores es uno de ellos. La divinidad principal fue el mar representado
a través del tiburón. Estuvo mucho tiempo abandonado hasta su recuperación hace
algunos años en donde se adelantan trabajos de arqueología en un espacio de siete hectáreas. La Huaca es una pirámide de 25 metros de altura construida con adobes
en barro y rellenos con cantos rodados y arena. Su recorrido es amplio al
caminar por patios, plazas y recintos. Se
han encontrado obras en cerámica y pequeñas esculturas. Se presume de su
utilización en ceremonias de rompimiento de vasijas y sacrificios de mujeres
jóvenes, acompañadas de música. Algunos muros se conservan construidos con la técnica del “librero o
adobitos en barro”, otros en tapiales de adobe en forma de “ladrillos”
rectangulares. En algún lugar cercano por casualidad encontramos un sitio de
crianza de perros “el viringo peruano”. Es reconocido como patrimonio del Perú,
tienen la piel arrugada, desprovista de pelos y algunos mechones en la cabeza que le dan un aspecto gracioso.
Un atardecer precioso en Larcomar para esperar en familia las celebraciones
de fin de año 2017 acompañadas con pisco sour.
Al llegar la media noche fuegos artificiales provenientes de varios barcos anclados en la
bahía iluminaron el cielo: multitud de luces
de colores y cohetes de pólvora animaron aún más el ambiente de alegría, besos,
abrazos y gritos de feliz año se escuchaban por todas partes. acompañado de un brindis con una copa de
champaña para iniciar el nuevo año de una familia colombiana en Perú
Iniciamos el año con una visita al barrio Pueblo Libre para conocer el
Museo Larco de arte precolombino un poco
retirado del ambiente turístico y del
centro histórico de la ciudad de Lima. Fue fundado en 1926 por el arqueólogo
peruano Rafael Larco Hoyle. Cuenta con una
excelente colección de arte precolombino con “obras maestras” identificadas en
las salas de exposición: de las
“culturas” con obras en cerámica; el salón del sincretismo; de los textiles; de
las ceremonias y sacrificios; vestidos ceremoniales, y la galería de los objetos de oro, plata y
otros minerales.
En un primer nivel aislada del resto
de la casa y en frente de un hermoso jardín con tapetes para recostarse sobre la hierba, se encuentra la
“galería erótica”. Es una sala que genera fuertes expectativas en los visitantes,
obras de arte precolombino, muestra la importancia de las relaciones sexuales
en la vida de las comunidades Incas precolombinas, aún después de la muerte en
“el mundo de abajo”, la relación con los ancestros y dioses especialmente con la Pacha mama o madre tierra.
Al atardecer regresamos al centro de Lima para pasear por la plaza de San
Martín rodeada de edificios históricos como el teatro Colón y Hotel Bolívar. En
el centro se levanta la estatua en honor
al general San Martin gestor de la
independencia de Perú. Una caminada desprevenida nos condujo hasta la “Alameda de los
Descalzos” un paseo antiguo que los enamorados
acostumbraban hacer tomados de la mano. Los signos del zodiaco de la mitología griega
como estatuas de mármol se levantan en
pedestales a lo ancho y largo de la Alameda. Ya un poco olvidada refleja la
grandeza de los tiempos en que Chabuca
Granda cantante y compositora hace mención a la Alameda en su famosa canción: La flor de la canela:
Déjame que te cuente, limeño
Déjame que te diga la gloria
Del ensueño que evoca la memoria
Del viejo puente, del río y la alameda
Déjame que te cuente, limeño
Ahora que aún perfuma el recuerdo
Ahora que aún mece en su sueño
El viejo puente el río y la alameda
Jazmines en el pelo y rosas en la
cara
Airosa caminaba la flor de la canela
Derramaba lisura y a su paso dejaba
Aroma de mixtura que en el pecho llevaba
Del puente a la alameda
Menudo pie la lleva
Por la vereda que se estremece
Al ritmo de su cadera
Recogía la risa de la brisa del río
Y al viento la lanzaba del puente a la alameda
Déjame que te cuente, limeño ¡ay!
Deja que te diga moreno mi pensamiento
A ver si así despiertas del sueño
Del sueño que entretiene, moreno
Tus sentimientos
Aspiras de la lisura
Que da la flor de canela
Adornada con jazmines
Matizando tu hermosura
Alfombras de nuevo el puente
Y engalanas la alameda
que el río acompasara tu paso por la vereda
Y recuerda que, jazmines en el
pelo y rosas en la cara
Airosa caminaba la flor de la canela
Derramaba lisura y a su paso dejaba
Aroma de mixtura que en el pecho llevaba
Del puente a la alameda
Menudo pie la lleva
Por la vereda que se estremece
Al ritmo de su cadera
Recogía la risa de la brisa del río
Y al viento la lanzaba del puente a la alameda
Fuente: LyricFind
Compositores: Isabel Chabuca
Granda Larco
Letra de La flor de la canela ©
Warner Chappell Music, Inc
Obligada visita al Museo de Arte de la ciudad de Lima (MALI). Ubicado en el centro de la
ciudad en una estructura arquitectónica construida exclusivamente con
intenciones expositivas: “Palacio de la
Exposición” en 1870 y 1871, con hermosos jardines adornado con estatuas y muy
bien mantenido. Fue declarado monumento histórico por su arquitectura y patrimonio
cultural de la nación en 1973. Tiene más
de 18.000 piezas en la colección
permanente distribuidas en salas
numeradas para facilitar la visita en grandes categorías marcadas en la
estructura de las paredes como Arte
precolombino, Colonial , Republicano,
Arte moderno, Textiles, Dibujo y costumbrismo, platería, fotografía y salón de
muebles de acceso restringido. Una visita de las salas puede durar como mínimo unas dos horas y
mucho más para los interesados en las artes especializadas. Es realmente
extraordinario.
Dispone de tres salas “interactivas” con exposiciones de
artistas locales e internacionales y en donde paralelamente los visitantes pueden realizar actividades
de su interés con mesas de trabajo y tableros de expresión, escultura y manualidades.
Después de almorzar en la tarde completamos el día con la visita al Museo
Amano de textiles precolombinos. Una iniciativa privada del exitoso empresario
Yoshitaro Amano quien desde 1930 estuvo vinculado al Perú y otros países
latinoamericanos. En 1951 regresó al país después de la segunda guerra mundial.
Siempre demostró gran preocupación por las obras de arte precolombino que eran
destruidas y saqueadas en diferentes sitios del Perú. Coleccionó muchas obras
en su propia casa de Miraflores antes de decidir en 1964 la construcción de un edificio
“diseñado y construido para desempeñarse como museo” con una exposición
permanente de obras precolombinas de textiles de las culturas Chavín, Chancay,
Paracas, Chimú, Sari entre otras.
Tiene cuatro salas de acceso libre o deliberado con guía. En una de las salas se muestra una cronología de los
textiles precolombinos hallados en el Perú y en otra se exhiben materias primas y herramientas
utilizadas en la elaboración de textiles. En estas dos salas se encuentran más
de 120 obras de textiles de las diferentes culturas incaicas. Hay una sala denominada en
honor de su fundador en donde se recogen
y guardan en gavetas obras de textiles precolombinos para su estudio e
investigación.
Como actividad final del viaje al Perú
decidimos tomar un tour a Paracas
punto de partida hacia las islas Ballestas a cuatro horas de la ciudad de Lima.
Al llegar recorrimos en lancha la isla en donde habitan animales como los lobos
marinos, pelicanos, y pingüinos y los piqueros guarayes. Los excrementos de las
aves conocido como guano, es un abono orgánico muy apreciado en el mercado y es
comercializado por los lugareños. Otro atractivo turístico es el enorme
geoglifo prehistórico con la figura de un “Candelabro” grabado en la ladera de
una colina de arena que
a pesar de los fuertes vientos no se borra. Existen hipótesis sobre posibles
“extraterrestres” que habitaron la tierra y dejaron huellas de su paso en las costas peruanas de figuras sin ninguna explicación.
Fuimos al departamento de ICA en donde se fabrica el Pisco bebida de gran aceptación. Varias haciendas y viñedos se dedican al cultivo de
la uva para el consumo de mesa y muy
especialmente para la producción de pisco reconocido en el ámbito mundial. Una de las
haciendas “El Catador” ofrece una visita turística del trabajo de tres
generaciones de una misma familia. Fabrican un producto que proviene de uvas
específicas clasificadas de acuerdo a la región de origen de tipo: Mollar, uva
Italia, Moscatel, Albilla, Torontel y Ubinas entre otras cepas. El grado de alcohol fluctúa entre los 38º y
48º grados en su mayoría exportado a
mercados internacionales.
Un día apretado para ir a conocer como actividad final el oasis de Huacachina con una laguna de aguas
sulfurosas a 5 kilómetros al oeste del departamento de ICA en medio del desierto costero del
océano pacifico. La laguna es de color verde
y en sus orillas se contornean hermosas palmeras, grandes eucaliptos, y
huarangos en un cielo más que azul. Los limites estrechos del oasis muestran las extensas dunas de arena amarilla. En unos
vehículos Buggys acondicionados para andar por la arena recorrimos con ayuda de un conductor la extensión
del desierto y de las dunas con el uso de gafas protectoras para proteger los ojos del viento
y la arena. Sobre la cima de una alta duna vivimos la experiencia del “Sandboarding”. Una explosión de arrojo y adrenalina al acostarse
sobre una especie de tabla de surfear y
dejarse ir cuesta abajo en una larga extensión
a velocidades increíbles que sólo
se controlan elevando un poco las piernas. La oportunidad de ver un atardecer en
la cima de las dunas con una vista preciosa del Oasis sentados relajados para
ver la caída del día y cerrar con broche
de oro un viaje inolvidable al Perú en donde el sol ilumina la tierra..
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