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viernes, 10 de agosto de 2012

Una casa


 Nubia Amparo Ramirez
                                   Una casa… ¿Nuestra casa? Nunca hubo una casa nuestra, una   casa propia.  Hubo si, muchas casas, que nos dieron cobijo, que nos albergaron, que nos cautivaron, con su fascinante entorno, con maravilloso hechizo y nos dejaron imperecederos recuerdos,  de aromas, de flores, de fragancias y de calor de hogar.

   No hubo una casa exclusivamente nuestra, tal vez no fue necesario…porque hubo sí, un hogar, un fogón, una lumbre, donde reinaron el amor, el respeto, los valores, la paz.

   Y aunque en nuestros recuerdos no exista la imperecedera imagen de una casa material, con gozo construimos nuestra unión familiar: la presencia de un padre diligente y asiduo, la guía de una madre laboriosa y solícita, y nuestro siempre presente amor fraternal.
   Y es que fuimos una familia, tal vez trashumante, que de cada casa arrastró los recuerdos, envueltos en su inconfundible y propia esencia, conformando con ellos nuestro propio patrimonio invaluable, nuestra pertenencia, nuestra posesión, nuestra hacienda, nuestro capital, sin inscripciones ni títulos…
   Nuestra casa, nuestro hogar, intangible e inmaterial. Sin paredes, sin techo, sin patios ni jardines, un acervo imborrable de memorias, de luchas, de mudanzas, de cambios y de ires, de sinsabores, de angustias y de desazones. Así que también de ventura, de éxitos, de prosperidad.
   Una casa…Nuestra casa…No existió una sola casa, existieron muchas casas, nos albergaron muchas casas y cada una marcó nuestras vidas para bien o para mal. Unas casas, muchas casas, sin el rótulo de propiedad, solo con la bendición de proteger a una familia que provino del respeto, de la aceptación, del amor…
   Pero la carencia de una casa propia, no nos privó de la existencia de un hogar feliz, que cuando lo evocamos nos lleva a muchos sitios, nos llena la memoria de emociones infinitas, porque de todas esas casas  que un día nos acogieron, quedaron imborrables recuerdos y añoranzas, que nunca, nunca, nunca, se podrían olvidar…

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