Hugo León Zapata
Se dice que el alma es como el pájaro soñero
que roto el nido en el ruinoso alero, en otro alero reconstruye el suyo.
Hay
días en los cuales no amanecemos lúgubres y hemos dejado el pasado amargo, un día diáfano cuando se
van difumando las estrellas y
disipando la oscuridad, un día cuando se
va transformando la vida, cuando la luz afanosamente va
penetrando por puertas y ventanas, iluminando el interior de nuestros aposentos, llenándonos de alegría, dándole vida a las flores que exhalan alegremente sus
aromas que nos dan calor y amor a nuestros sentidos.
Hay
días en los cuales en mañana tempranera, música y canciones y se le apareces el
cuacua de las guacharacas, el dulce cantar del turpial, la hermosa melodía de
la alondra, el trinar de suirirí, el
suave aleteo del colibrí gozando de delicioso almíbar de las flores, hasta el
angustioso silbido del bendito zancudo madrugador. Es el alma que despierta del
letargo, el del alma que nuevamente nos brinda alegría y libertad para ejercer
nuestro libre albedrío, esa alma nuestra que solo a nosotros pertenece y a
nadie más.
El
alma según Platón es el principio
divino inmortal que nos da vida y movilidad. Nos vincula con el mundo divino y está dotada de un principio inmortal. Es parte natural
del alma responsable de las pasiones y deseos sensibles. Para
Platón la inmortalidad del alma le está reservada a una sola parte del alma al
elemento del razonamiento. Para
Sócrates el alma es una combinación de la inteligencia y el carácter. Considera el alma como principio
fundamental de vida de todo ser viviente. El alma no puede subsistir sin un
cuerpo.
Los
atomistas consideran el alma como un compuesto de átomos más perfectos que el
resto de materiales. Para
Aristóteles el alma no es más que la armonía y el equilibrio entre las dos funciones del organismo. “El
ama es una potencia".
Cuántas
veces el amanecer es amargo y el lugríbismo invade los sentidos en donde todo
es dolor, malos recuerdos, desesperación
y cansancio, días en los cuales el alma se encuentra triste, amargada, cansada,
cuando los problemas son problemas de imperturbable solución, días en los
cuales no quisiéramos hacer nada porque nos levantamos con el pie izquierdeo. Pero
hay otros días alegres y placenteros con un alma abierta a nuevas ambiciones, cuando todo es claro y se ha
disipado de lo desagradable del pasado, días cuando la musa se vislumbra en
nuestra mente con la llave abierta de la inspiración, días para cantar, bailar y gozar de todo aquello
digno que nos proporciona la hermana y sabía naturaleza.
Donde
esté tu alma,
allí estarás vivo recordando.
Amar, vivir, desear.
Despierta tus bellos apetitos
sin ser un apóstata.
El
alma está en tu mente, está en tu cuerpo. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios que está en tu mente, un Dios liberal, no un tirano. Sin
alma no tendrías Dios, tu alma
es tu Dios.
Querido Hugo: Buen escrito.
ResponderEliminarQuerido Hugo: Buen escrito.
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