Centros de la palabra en Armenia, Cali, Bogotá, Medellín y Valledupar. Red de talleres de escritura creativa y tertulias literarias para adultos mayores. Fundación Casa de la Lectura, Relata- Red nacional de talleres de escritura creativa apoyada por el Ministerio de Cultura, Comfandi y Coomeva.
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viernes, 19 de octubre de 2018
Cosas que pasan
Rose Mary Guzmán
Fue en 1974 cuando comencé a trabajar como docente, con un grupo de 28 alumnos de tercero de bachillerato en la asignatura de español, con la única experiencia de la practica pedagógica de tres meses realizada en una escuela nocturna, también con el grado tercero de bachillerato, en el área de inglés.
La puerta falsa
Hernán Arrieta Von Seca
Pasacorriendo es un pueblo olvidado en las montañas del Caribe colombiano, donde solían pasar cosas insólitas. Un día sus habitantes se propusieron por primera vez recolectar fondos para mejorar la iglesia y los dos pozos de agua salobre que consumía la población. La propuesta se hizo viable con un reinado aunque nadie sabía cómo hacerlo. La incertidumbre desapareció cuando un grupo de personas prestantes se reunió con el inspector de policía. Reconocieron que un solo policía, la ausencia de médico y sacerdote, la falta de energía eléctrica y agua permanente, no generaban seguridad para hacer un reinado de un mes de duración.
Emily Elizabeth Dickinson
Rose Mary Guzman
La poeta norteamericana Emily Elizabeth Dickinson nace en Estados Unidos en 1830 y muere en 1886, tiene una educación en un colegio de jóvenes de alta sociedad donde se destacó en varias materias académicas, menos en matemáticas. Tuvo gran facilidad para escribir y le hacía las tareas a algunos compañeros a cambio de que trabajaran para ella en matemáticas. Fue criada muy en el estilo religioso, leyó la Biblia, pero no mostró haber sido religiosamente influenciada.
lunes, 8 de octubre de 2018
Alma en pena
Hernán Arrieta
A
los veinticinco años ganó el concurso para ser sepulturero en su pueblo,
Pasacorriendo. Lo apodaban Regular. Trabajó hasta su muerte en el cementerio.
Era un pueblo de gente saludable, pocos morían aún sin médico, que hacía una
visita anual.
Regular
hizo un censo para saber cuántos enfermos había. Anotó veinte de esos, diez
graves, incluyendo a Jesusita, la bruja que vivía barrio abajo. Los visitaba
los domingos y a los que tenía como graves los encontró rozagantes, risueños y
conversadores.
Más allá de la lealtad
Amparo Quintero D.
La
complejidad de la novela “Los restos del día” de Kazuo Ishiguro se esconde detrás de un velo de sutilezas tejido por
paisajes bucólicos que arrancan deseos
de contemplar y respirar el aire del suroeste inglés. De igual manera, la
narración rítmica, pausada, libre de drama y con toques de humor, semeja el hilo que se va deslizando del huso,
sin nudos ni enredos que compliquen la lectura que reclama un buen sillón, una
copa de vino, melodía suave en un entorno de recogimiento, casi de meditación.
Fuegos y juegos amorosos
Casimiro Cienfuegos había sido un
estudiante regular aunque melindroso en las aulas universitarias. Al graduarse
de abogado su familia con influencias políticas le facilitó apropiarse del notariado de una pequeña ciudad. Desde entonces sus traviesos ojitos
dejaron de brillar con la legalidad de los códigos para hacerlo con los pesos
que caían por montones a sus arcas cada vez más repletas de billetes y
cheques.
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