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viernes, 13 de septiembre de 2024

¿Por qué escribo cuando leo?

 “Cuando lees un libro abres la puerta de tu mente a lo infinito”

 Alexandra Correa 

Desde épocas remotas el ser humano se ha hecho entender mediante gráficos, jeroglíficos, arabescos y letras. Pensando cómo llegar a otros.

 

Los libros son compañía, conocimiento, diversión, brindan lo mejor sin pedir nada a cambio, son una invitación a lo desconocido, ideas plasmadas en el papel, historias narradas por el autor tratando de envolvernos, sintiéndonos identificados con los personajes y las tramas. Sus hojas despiden olor a conocimiento. Años de investigaciones de los autores que han desembocado en descubrimientos. 

Los libros nos enseñan a conocer el pasado, vivir el presente y visualizar el futuro. Nos acercan a la historia, comprendemos de dónde venimos y por qué somos como somos. La narrativa nos da otras formas de ver el mundo, desde otras mentes y visiones. 

Lectura y escritura van de la mano.  Hay que leer para tener que escribir, solo así fluyen las palabras, reflexiones, formas de pensar y vivencias.

 Entiendo que por diversas ocupaciones el ser humano prioriza sus necesidades como trabajar, hacer ejercicio, atender los hijos y la vida social, antes de ocupar su tiempo en lectura, aún más en tiempos donde la televisión y el celular han ocupado el dominio de las masas.

 A veces creo excederme en la compra de libros, sintiendo que la vida no me alcanzará para leerlos y cuando lo hago me cuestiono ¿Tal vez haya otra pandemia o quizás una guerra?  Los libros han sido la salvación, han liberado las mentes cuando el cuerpo ha estado encadenado, han acompañado a las personas en el peor momento de sus vidas.

 Durante años los libros han sido una piedra en el zapato para algunos gobiernos y para todas las religiones, lo que los ha llevado a censurarlos, manteniendo a las poblaciones en una ceguera colectiva permanente.

 La verdad siempre ha estado allí, mucho antes que yo naciera, lo que muchos tardaron milenios tratando de defender, sacrificando sus vidas, dándoles a otros lo que no quisieron ver, prendidos a un dogma y a la terquedad.

 A veces no es fácil que llegue la inspiración cuando escribo, la mente se queda en blanco, los pensamientos se aquietan como en una meditación y otras tantas vuelan los conocimientos, sentimientos y vivencias, permitiendo mostrar mi mundo a otras personas, dejando el miedo y la vergüenza, para que alguien pueda identificarse con mi relato.

 La escritura es el medio para verter lo que llevo dentro, dejando plasmado en el papel sentimientos de tristeza, rabia y amor. Cuando escribo libero el alma, el papel es la memoria externa donde voy depositando los avatares de la vida, donde crítico, juzgo y lloro. Los sentimientos afloran en el papel, palabras escritas con el corazón. Escribir sana mis heridas y con el pasar del tiempo las hojas reflejan las cicatrices. ¿Me critican porque se me ha vuelto una adicción? Un libro me hace libre y autónoma, tomo de él lo que me interesa.

 Espero no preguntarme ¿Cuántos años me quedan de vida? Prefiero cuestionarme ¿Cuántos libros me quedan por leer?

 

 

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