Eduardo Toro Gutíerrez
Era una tarde de l.959
y una placa de bronce, entre muchas otras, puestas en un sitio emblemático del
aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, llamó mi atención por su belleza y su
profundo mensaje. Recuerda que Carlos Gardel ocupa un lugar especial en el corazón milonguero de los paisas y en
el espíritu tanguero del mundo. Mostraba
un pequeño pájaro que cae muerto sobre las cuerdas rotas de una bandola y un
letrero en bronce que rezaba: “Cayó el Zorzal y se rompió la lira”,
firmado por la inolvidable cantante de
tangos y actriz de cine Libertad
Lamarque, también conocida como La Novia de América.