Martha Eugenia Uribe
Miró su reloj, el tiempo corría
de prisa, no le alcanzaba. Tomó su maletín y echó a correr pensando en disminuir algunos
minutos su retraso. Por fin había
llegado a su Facultad, le faltaba el aliento, subió las gradas que la separaban
de su aula de clase, pero a pesar del
esfuerzo, llegó tarde una vez más; ya había empezado la actividad académica.
El joven profesor volvió la mirada a la recién
llegada cuando escuchó aquel “buenas tardes profesor, disculpe la demora”
y ella caminó buscando donde poder acomodarse sin dar tiempo a responder al maestro.
El cansancio la dominaba venía de realizar un turno de más de doce horas en el servicio de urgencias del hospital.
Cuánto hubiera deseado ir a la
casa a descansar, pero su compromiso académico no se lo permitía, una ausencia
podía ser fatal y más con un docente
nuevo. El cansancio la venció y las palabras del maestro llegaban como un arrullo que la fue profundizando. Sus
compañeros de clase formaron con sus
cuerpos un cerco a su alrededor, tratando de cubrirla, aunque no pasó
desapercibida para el maestro quien la observaba a cada movimiento mientras seguía exponiendo
a sus alumnos el marco económico y político de los servicios de salud .
Antes de finalizar la clase, sus
compañeros más cercanos la despertaron y
cuando se disponía a salir el profesor
la abordó para decirle que no la había retirado del aula porque le causaba pena su
inmadurez. Las marcas del maletín que le
había servido de almohada quedaron dibujadas en su rostro.
Salieron del salón, ella se
sentía avergonzada y le manifestó a su
maestro que su comportamiento no tenia disculpa y le invitó a
tomarse un café en la cafetería de Marcos, sitio de encuentro, tertulias
de la comunidad universitaria sanfernandina. Él, se mostró un poco
desconcertado ante la propuesta pero no
dudó en aceptarla, sentía curiosidad de aquella joven que en forma tan
espontánea y natural le invitara,tal vez buscando mejorar la primera
impresión .
Cupido hizo bien su trabajo. El director del programa
de salud les manifestó la agradable
sorpresa. Ellos se limitaron a decirle que había sido el destino que les brindó un sueño, acto seguido le extendieron la invitación al matrimonio.
Martha Eugenia me gusto la publicación felicitaciones que sigas escribiendo y enviando las publicaciones para disfrutarlas.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, me alegra mucho que haya sido de tu agrado yo también espero seguir escribiendo y mejorando en ello.
ResponderEliminar