Camus,
el artista de las palabras e imágenes absurdas: muerte, suicidio, nada, héroe
absurdo, angustia, asesino, rebelión y otras más, nos arriesga en una reflexión
existencial absurda porque recoge nociones que viajan desde Esquilo, Kierkegaard,
Nietzsche, Dostoievski, Kafka hasta Ibsen, para que nosotros como espectadores
del teatro de la vida, reconozcamos nuestra situación un tanto miserable de ser
“nada”.
A la pregunta Quién soy yo?; Camus responde:
soy carne que siente y que camina hacia la muerte, sin pasado ni futuro, sin
dioses ni valores, preguntándose, si la vida merece vivirse. En sus primeras
obras:” La muerte feliz “, “El extranjero”,” El mito de Sísifo” y “Calígula”;
diseña la categoría de absurdo y mundo. Los escritos nos remiten a sensaciones
violentas producidas por el sol, el mar, la playa, el sentir y el amor, porque
lo que importa en la vida es tener la mayor cantidad de experiencias posibles
sin importar la calidad. Camus, nos presenta entonces, una ética de la cantidad.
La
descripción de la muerte le obsesiona, en “El extranjero”, señala las
diferentes clases de muerte absurda, porque somos una cosa entre otras cosas condenadas
a desaparecer: Meursault, asume la muerte de la madre, el homicidio y la
propia. En la obra, La muerte feliz, antecedente de la anterior, Mersault, de forma ingenua o ignorante se
presta para matar a Zagreus, personaje suicida, que deseaba la muerte como una
solución para salir del sufrimiento, en” La peste”, presenta la muerte por
enfermedad. Sus escritos son entonces un manual de muertes violentas pues
descarta la natural.
Después,
Camus parece salir de su letargo y confronta la vida, descarta el héroe trágico, la noción de lo
sublime del romanticismo y crea el héroe absurdo, Sísifo, que carga la miseria humana, "durante ese regreso, hace una pausa, se interroga sobre sí mismo y tiene conciencia
de su condición miserable. Un rostro que sufre tan cerca de las piedras es ya
él mismo piedra... Si este mito es trágico lo es porque su
protagonista tiene conciencia". (Mito de Sísifo, pág., 159).
Sísifo, percibe la sensación de desasosiego o contradicción
y en silencio tiene conciencia de su destino, al mismo tiempo surge en él, el
deseo de rebelión absurda que es la negación que invoca un valor confuso. El
héroe absurdo, ser de sentimientos sin conceptualizar y de rebeldía trágica,
empieza la percepción de lo que es la vida del eterno preguntar, confrontar con
el absurdo y su aceptación como única alternativa posible.
EL escenario y el teatro ayudan a Camus a
canalizar sus emociones, en “Calígula”; personaje que es la encarnación del mal con
poder y a quien todo le está permitido incluso destruir la vida de los demás:
decretar hambrunas, destrozar la economía, humillar a su pueblo, asesinar a sus
súbditos y poetas, por todo esto, muchos piensan que debe ser aniquilado. Calígula
se enfrenta al mundo, a sí mismo y a la soledad, se subleva como otro héroe
absurdo, se rebela igualándose a los dioses en los que no cree, busca la salida
sin garantías de lo necesario e imposible que le proporciona una razón de obrar
dando sentido a su existencia.
Camus,
en sus obras presenta el desgarramiento o percepción lúcida del conflicto, el sentimiento
y la conciencia que reflexiona con el
deseo de desentrañar el ser absurdo del hombre frente al mundo como confrontación
desesperada de rebeldía sentida con pasión porque la contradicción debe ser
vivida entre el deseo de la razón y el mundo irrazonable.
El yo, debe luchar contra los sentimientos
profundos de envidia, ambición, egoísmo, el odio o el despertar aterrador de la
conciencia en inquietud pero como consecuencia viene el malestar, la náusea,
ante la imagen de los que somos; como tarea se debe encontrar los valores
existentes para negarlos y destruirlos y luego construir otros como
reivindicación de otro orden humano.
Finalmente,
la forma de superación sería para Camus, la expresión del arte absurdo como
esperanza o forma de rebelión y desafío que consiste en la descripción de las
diversas experiencias del mundo porque si todo fuera trasparente no existiría
el arte; es la confusión y el caos lo que permite la creación, así como la rebelión
movida por la acción solidaria ante la injusticia y el sufrimiento del mundo,
también expresar la manifestación de la conciencia en
crisis entre interrogación y razonamiento absurdo que lucha asidua para salir
de la opresión social, religiosa, la mentira y el oscurantismo. La lucha por
los derechos a través del arte dependerá de cada cultura.
La
creatividad del artista rechaza los valores corruptos e implanta una nueva
realidad para que toda forma de opresión desaparezca, de la misma manera el
compromiso que es consigo mismo y con
los marginados que luchan contra la explotación para crear con sentido de
solidaridad y cambiar la dinámica de la historia. Camus, como los artistas de
su época busca expresar el naufragio o tragedia de la vida humana que los
acerca a la muerte. Para él, la novela es la más elevada forma de rebeldía
contra la crueldad, crea mundos mejores a través del arte, el mundo novelesco
no es sino la corrección de este. En “La peste”, una crónica, demuestra como la
rebeldía lleva a la lucha, a escudriñar la existencia, y en ese preguntarse se
descubre el mal como enfermedad, por eso hay que luchar unidos para erradicarlo
y también contra el totalitarismo que nos aniquila.
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