José
David Tenorio Garcés
Mi padre (José David Tenorio) murió a la una de la tarde del 18 de abril de 1969, en Cali, a la edad de 75 años. Víctima de la ELA. Ere era de gran fortaleza física, apuesto, caminaba
firme y derecho y su voz era recia. Hasta cuando le empezó la enfermedad nadie (excepto los que le conocían) acertaba con su edad, calculaban que estaría entre 50 y 55 años.
ELA (esclerosis lateral amiotrofia ) es un enfermedad
incurable y rara. He oído decir que históricamente en Cali están documentados
14 casos. Todavía es uno de los grandes misterios que tiene por resolver la
medicina. Algo que se sabe es que afecta el bulbo raquídeo. Es una enfermedad
paralizante que si llega hasta el final ( como
fue el caso de mi padre) el paciente queda totalmente inmovilizado.
Mi padre soportó le enfermedad durante cuatro ( 4) años. Fue
muy triste y doloroso ver cómo iba declinando progresivamente. El primer
síntoma que presentó al caminar no podía
marchar derecho, se iba hacia los lados, como si estuviera ligeramente embriagado;
luego fue dificultades para hablar : la
lengua se le enredaba, no podía pronunciar la palabra ; la conversación se fue
volviendo entre cortada, hasta quedar prácticamente muerta. Enmudeció. De por
si siempre tuvo dificultades para deglutir (
algo muy especial es que tenía la lengua muy corta. Cuando se le pedía que
sacara la lengua no iba más allá de los dientes ) esto generó un problema
porque las pastas de los remedios que empezó a tomar fueron un tormento , las
tragaba con mucha dificultad. Por esta razón y para que no se le atorara la
comida (
papillas) hubo que colocarle una sonda naso-gástrica que tuvo hasta el
final de sus días.Al poco tiempo empezaron las dificultades respiratorias por
lo que hubo que hacerle una traqueotomía (por
ese conducto, varias veces al día se aspiraba a la flema que se acumulaba en los
pulmones). Y finalmente tuvo sonda uretral.
Desde cuando perdió el habla
para comunicarse utilizaba trozos de papel, luego le conseguimos una pizarra
china pero la paralización de sus manos hacia que cada vez fuera más
ininteligible lo que escribía ; ya eran garabatos de un niño de cortísima edad
.Años de tortura que mi padre soportó
con estoicismo y mucha fe en Dios. No se quejó ni una sola vez. Como si fuera poco todo lo anterior había en todo momento un
riesgo latente: que la parálisis llegara a los pulmones y morir asfixiado y en
plena conciencia.
La enfermedad se manejó en nuestra casa, bajo el amoroso y
atento cuidado de mi madre y de una hermana y la permanente vigilancia de mi
hermano médico y tuvimos la fortuna de
encontrar un indígena que venía de ser enfermero en el ejército. Pequeño de estura
pero con gran fortaleza y, sobre todo, muy hábil en el manejo del paciente. Le
tomó un gran cariño a mi padre y no lo dejaba solo. Dormía en una cama al lado y solo hacía
salidas ocasionales para ir a misa o realizar alguna pequeña compra. Mi padre
nunca tuvo llagas o escaras. He olvidado su nombre pero lo recuerdo con inmensa
gratitud y le deseo el bien.
Mandaba colaboraciones que le publicaban en las páginas
editoriales de EL PAIS de Cali o en los suplementos literarios. No era
mecanógrafo sino “chusofrago” . De manera que cuando la enfermedad avanzaba
cada vez se le hacía más difícil escribir. Hubo un artículo en particular que
llamó mucho la atención y que él escribió ( con
no poco gracejo) relatando cómo había
empezado su enfermedad, los síntomas y las limitaciones que tenía ( lo que si no supieron sus lectores es que escribir
el artículo le tomó como seis meses, por lo de chusografo y la parálisis:
se sentaba en la máquina de escribir -todavía no existían los
PC- y con gran esfuerzo, sujetando un dedo con la otra mano, iba, poco a poco, presionando
la respectiva tecla.
Y llegamos a lo que he querido contar en esta remembranza:
mi padre fue un buen lector y le atraía
enterarse de los avances de la ciencia y de lo que estaba a sucediendo
en el mundo .
El 18 de Abril de 1969 ya era evidente que mi padre había
entrado en agonía. Lo único que le quedaba a para comunicarse con el mundo exterior eran sus ojos : por la
expresión de ellos se percibía que se encontraba consciente. Entonces yo
estaba terminado de leer el libro, “El Desafío Americano” de Jean-Jacques Servan-Schreiber. Para distraerlo le leí el capítulo anexo. Con el pestañeo me daba a entender que le causaba admiración.
¿Qué tiene de especial ese
libro? ¿Por qué le llamó tanto la atención?. He mencionado que a mi padre le
atraían las cosas futuras y este libro,
concretamente en ese capítulo ( escrito en 1967 cuando apenas despegaba la informática)
es una visión muy acertada del futuro de esa tecnología . Invito a que cada uno
lea y saque sus propias conclusiones. Se precipitó un poco en cuándo y cómo
llegarían esos avances que sitúa para
el año de 1980 , pero en otros muchos se quedó corto ante la realidad actual .
Algo que predijo ( y que me llamó sobre manera la atención) eran las maquinas
con las cuales se podía sostener una conversación de viva voz. Ya hay
prototipos pero en lenguaje cifrado ; quien sabe cuándo tendremos las de voces
comunes y corrientes que cubran todos los temas. Ni Julio Verne imaginó algo
parecido.
La tesis central del libro es que
ante el avance arrollador de la tecnología en E.E.U.U era un desafío para
Europa que se estaba quedando rezagada. Que si querían ser protagonistas, o, el
menos partícipes de esos desarrollos deberían hacer un esfuerzo extraordinario porque
ya le habían tomado mucha ventaja. Que el que controlara ese sistema controlaría
del mundo. Le dio vida al “Gran Hermano”
En 1961 tuve la oportunidad de
visitar en UCLA el centro de cálculo para uso del Laboratorio
de Los Álamos y la NASA. Era un edificio aislado del resto, hermético y con un
área de unos 200 mts12. Solamente se podía ingresar con autorización especial y
no más de cinco personas pues decían que la temperatura estaba cuidadosamente
regulada y que del calor humano podría desequilibrar equipos tan sensibles. Era
un grupo grande de computadores tamaño nevera de buena capacidad. ( Creo que en la actualidad algunos
computadores de escritorio superan a ese conjunto).
Quién se imaginaría el
crecimiento exponencial de esta tecnología a partir de la propuesta de Ada
Lovelace, la hija de Lord Byron o los contribuciones de Alan Turing cuya aporte fue decisivo para
derrotar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, pero que a causa de su
orientación sexual fue castrado químicamente , para terminar suicidándose.
¿Qué pasará con esa ciencia? ¿Seguirán desapareciendo
puestos que no requieren mucho conocimiento o habilidades? Tal el caso de las
telefonistas de conmutador: ¿quién no ha sufrido el desgaste y disgusto de enfrentar
esas máquinas contestadoras que nos atiborran con mensajes comerciales y luego empiezan con la seguidilla de “ su
llamada es muy importante para nosotros. Por favor permanezca en la línea que
pronto uno de nuestros asesores lo atenderá?” Por experiencia creo que esa “rápida
respuesta” puede durar minutos. Hasta que se canse de esperar y cuelga.
El problema va más allá: así se trate de una persona que
haya hecho su carrera conociendo las tecnologías más avanzadas, se considera
que con una periodicidad mínima debe
volver a hacer cursos de actualización porque lo que aprendió está aout. (En
derecho diríamos que “le derogaron el conocimiento”)
Hoy presenciamos lo que podría llamarse “ la guerra de los
ordenadores o de sistemas” entre las dos potencias tecnológicas que están
dominando al mundo :¿cuál ganará?.¿Cuál se quedará con el mercado?.
Cómo le habría gustado a mi padre enterarse de todos estos
inventos e innovaciones, por eso, cuando conozco algo de interés me “comunico” con
él y le informo.
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