Jesús Rico Velasco
“Sin amigos nadie escogería vivir, aunque tuviese todos los bienes restantes” sostenía Aristóteles en su libro sobre la Ética Nicomaquea. La amistad se construye en el proceso de socialización universal en todas las culturas humanas. Desde las primeras interacciones después de nacer los seres humanos construyen los componentes iniciales de su personalidad entrelazados con los aportes inmediatos de la cultura de sus progenitores. Es un proceso trenzado entre personalidad y cultura que fluye de maneara progresiva en el ser durante el resto de su vida. Los pares inmediatos de la infancia trasladan de la cultura símbolos, señas, palabras, frases contextuales que van definiendo paso a paso lo que en su ambiente físico, biológico y social se entiende por relaciones de amistad. Es una “relación social” que implica la existencia de una “interacción” voluntaria entre dos o más personas sin relaciones de parentesco. Las personas tienen en cuenta el comportamiento de los demás y la presencia o existencia de ellos mismos; la interacción tiene un significado afincado , o un símbolo para los demás y para el sujeto de la acción. El comportamiento de ambos esta condicionado por la percepción y conciencia del significado de la acción. Es parte de la formación del carácter social en las sociedades humanas.
El concepto viene del latín “amicus, amicita” relación de sentimientos abiertos y positivos próximos al significado de amor o de cariño que aumenta la sinergia social, algo así como un potenciador de las relaciones humanas. Existen evidencias teóricas para identificar los componentes que forman el mundo analítico del afecto. Para este acercamiento literario basta con identificar la presencia de la interacción social comentada por grandes pensadores de las ciencias sociales. Forma parte de la estructura social identificado como un valor volitivo que surge entre dos o más personas. La sociedad en su definición establece normas de comportamiento que regulan la interacción correlativa con la intimidad, la solidaridad, el desinterés, la reciprocidad y las relaciones mutuas . Es un comportamiento aprendido y adquirido por los miembros de un grupo social, alejado del concepto hereditario y puramente biológico. Al final la amistad es una institución social que ayuda en la satisfacción de las necesidades fundamentales de la sociedad de la misma manera como opera la familia, la religión, la economía y otras organizaciones.
Cuando alcanzaba los primeros 7 años las relaciones de amistad en el barrio del Peñón en donde habitaba en la ciudad de Cali, nacieron en la calle en pequeños grupos de juegos infantiles y amiguitos vecinos que con la edad y los comportamientos de genero ampliamos nuestras afinidades. En pocos años el mundo inmediato se abrió hacia las relaciones de “barras de amigos” marcados por espacios en el barrio con puntos referenciales como el parque que marcaba la unión como la “banca en la esquina ”. Los focos ecológicos ayudan a la cohesión y la existencia del grupo en correlación diferencial con los grupos de otros barrios. Hay un espacio ecológico de calles identificadas por los miembros con una identidad , jerarquía y componentes culturales populares metidos en la cabeza como la musica, el baile, y juegos infantiles. La idea de la ciudad empezó a ocupar un espacio con bailes comunitarios en las celebraciones decembrinas que ayudaron a ampliar el ámbitos social con la aparición de subculturas.
« Me gustaría que fuéramos amigos. »
Frases sencillas que se barajaban en las relaciones entre los muchachos en la adolescencia temprana. Las primeras caricias hicieron brotar los sentimientos en palabras hermosas como,
« Me gustaría que fuéramos novios. »
Ventanas con rejas dieron origen a los amores de una juventud respetuosas para suspirar y decir,
« Me gustas mucho.»
Un bolero, una canción, llevaba el mensaje a los oídos de la mujer soñada , un pañuelo, un poema copiado, una señal de ojo, una mano acariciada. Había un romanticismo aprendido en la cultura para enamorar.
Vivía en un barrio de clase media con familias identificadas por su procedencia, su religiosidad, sus abolengos, que iban disminuyendo en importancia con la aparición de una sociedad cada vez más moderna. En un proceso continuo las calles se pavimentaron empezando por la avenida Colombia, y hacia el interior del barrio con calles despavimentada, polvorientas, y bulliciosas con niños jugando al trompo, bolas de cristal, saltando laso y brincando que nos hacían felices en los ratos que quedaban en el proceso escolar o en las vacaciones dándole vuelta a la rueda con un palito, jugando a la rayuela, coqli coqli él que está detrás de mi no juega, que pase el rey que ha de pasar, policías y bandidos, y por supuesto en agosto elevando las cometas que eran fabricadas en una empresa que tuve con otros amiguitos. Las vendíamos de diferentes tamaños y modelos, con coto, en forma de estrellas, rombos, y variados colores, adornadas con coloridas colas con arcos de guadua tallada y pulida. Vendíamos todas las que fabricábamos puestas a la venta en la casa o en una banca en el parque.
Por temporadas los juegos cambiaban y aparecían ideas de entretención con carritos de madera con balineras que empujamos a velocidades increíbles dando la vuelta por Benalcázar, descendiendo hacia la portada al mar pasando el n el `Puente de Sta. Rita para regresar al Peñón por el puente que llevada al parque.
Al llegara a loa 14 años en la adolescencia empujada por las relaciones de amistad y manejo de misterios escondidos en las orillas del genero se mezcla el amor bonito con las intenciones satánicas del sexo oscuro para realizar la masturbación solo o acompañado, para las competencias de unos pocos y determinar el avance que van alcanzando los espermatozoides en el aire cuando golpean los hojas de los arbustos que ocultan las figuras escondidas de unos muchachos felices haciéndose la paja. La estupidez mas grande de una primera relación sexual con la empleada que le tocó soportar ese machito que se la quería comer a todas horas, y pescar su primera gonorrea asustado sin sabe que hacer con virulencias saliendo por el órgano de color blanco amarillento, olores nauseabundos, testículos inflamados, con un susto caminando por todas partes, ocupando un mundo interior de dolor y casi muerte.
Agradecer a la existencia del colegio de Santa Librada en donde un médico milagroso te ayudaba a salir del espanto con un servicio medico que te salvaba la vida. Desde la siete de la mañana en las escaleras del servicio esperando que apareciera alguien.
« Joven en que le podemos ayudar? »
Con una cara a de yo no fui, la mirada al medico resbalada se balbucea, « Doctor es que me acosté a la empelada de la casa el viernes pasado y creo que me pegó una gonorrea.»
« Déjame ver. Por supuesto que tienes una gonorrea de varios pisos, se te va a caer el miembro.»
El susto era enorme, la conciencia brincaba por dentro diciendo que no lo volvería hacer.
«Te salvaste por la existencia de estas inyecciones que te vamos a poner estos días de penicilina fuerte. Ya estabas un poco severo pero viniste a tiempo. La enfermera te pondrá la primera inyección, tienes que regresar durante los próximos siete días.»
El trauma duraba un periodo largo hasta sentirse curado nuevamente varonil y con el miembro nuevamente parado lejos de lo que realmente pensara con la cabeza o la inteligencia . Aprendí a respetar la vida muy temprano, alejarme del sexo peligroso y de los posibles contagios sin que eso quiera decir que me alejé de las relaciones amorosas.
El amor bonito se destraba en las ventanas del barrio. Pacho un amigo que nació en las celebraciones de navidad entre los vecinos, cantando villancicos en las casas y con algo súper especial cinco hermanas mujeres bellas en su familia que inicialmente empezamos a vernos a través de la ventana y mirarnos a la salida del bus cuando las lleva al colegio. Empecé a asistir nuevamente a la iglesia con frecuencia a misa de las seis de la mañana para mirar a Beatricita que me fascinaba. Sentía algo muy especial, un cosquilleo en el pecho y un respirar profundo de solo mirarla. Las ocasiones buscadas, la pasada por la cuadra buscando el perro , los cumpleaños de cada una, la ida al rio en Santa Rita, acontecimiento esperado por los muchachos. Giovanni un amigo de la calle segunda oeste, hijo único de un artista italiano Alideo Tazziolly de reconocido calibre entre los constructores de templos y obras como el monumento a Cristo Rey, y trabajos sobre mármol en la capilla de la Hermita, orfebre de vajillas maravillosas de porcelana revestidas de oro que quedaron en las casa de las familias ricas de la ciudad y una mamá adorada que le decíamos Pitú. Juntos pasamos horas de adolescencia encerrados entre paredes conversando de un mundo que no dominamos y tampoco queríamos conocer. Pasamos varios veranos en La Cumbre él en la casa del director de rentas su tío, y yo con los Muñoz ( Otto y Juan) hijos de Don Juan dueño de la bicicleteria que quedaba a aun costado del parque. Dos veranos seguidos antes de terminar el bachillerato. Tal vez unos pocos años de cercanía mientras fuimos pasando el bachillerato hacia julio de 1960. Pasaron años sin vernos hasta encontramos visitando el Editorial Colombia que manejaba Pacho con la ayuda de algunas de las hermanas. La salud lo tenía agobiado por falla renal con diálisis muy frecuentes que finalmente lo empujaron hacia la muerte cuando estaba en sus 65 años.
Tres amiguitos hermanos de extrema pobreza Álvaro, Miguel y el más pequeño Darío mompa frecuentes en el parque. Ellos vivían en un rancho de bahareque con su mama Emilia, y un viejito minusválido semisuelto que le decíamos el abuelo. Crecimos juntos menos Darío que murió de un ataque de lombrices mientras veíamos como salían por las narices mientras tratábamos sin saber que hacer de jalarlas para evitar que se ahogara. Lamentable espectáculo que nos tocó llorar en medio de la tristeza de ver a nuestro amiguito caer al suelo sin poder hacer algo. Se lo llevaron al hospital medio muerto y despues nos dijeron que había fallecido.
La vida de la niñez y la adolescencia la pasamos en la calle en un grupo cerrado de amigos unidos por cariño de vernos todos los días al ir y regresar del colegio para continuar jugando, tocando en los puertas de los vecinos o colocando candados en las aldabas que cerraban algunas casas. Correr, gritar, y ayudar a nuestra vecina doña Maria hermana del padre Romero a guardar el tarro de la basura para ganarse una invitación a un pedazo de torta, un banano, o cualquier otra fruta. Jugar futbol en las calles y algunas tardes frente al Obelisco un monumento al cemento piramidal y agudo de dos o tres metros de alto con un cajón de cementerio al borde formando un jardín con matas pequeñas desconocidas que pasó a la historia olvidada con la trasformación de la avenida Colombia y la desaparición del charco para darle paso al Arte en la Tertulia. Nadar en el charco del burro, en los Pedrones, tirarse del puente al rio, en el charco del puente de la estaca, saltando de piedra en piedra sin caerse al río. Protegidos los domingos de gran asistencia popular al charco con la enorme figura del negro Eliazar que vivía en la casa de los Rojas con la presencia de tres bellezas Estela, Miriam y la pequeña Clemencia con Fernando y Humberto que nos vimos parte de la vida hasta los últimos años en que la muerte le recortó el proceso de envejecer.
Nos atropello la televisión mirando por la ventana en la casa de los Dussán justo al frente de nuestra casa. Diego ( 7 años), Hernán (9) y Joaquín (12) con una mujercita mayor Nancy , hermosa quinceañera que flirteaba en la avenida Colombia luciendo sus piernas en las primeras minifaldas que se vieron en la ciudad. El gordo Bonilla hijo único de Don Bernardo jugador apasionado del fútbol en Santa Rita todos los fines de semana, funcionario del banco Popular uno de los pocos que habían en el centro de la ciudad y al cual iba y regresaba todos los días a pie. En la mitad del bachillerato en Santa Librada me regalo una bicicleta Excélsior de llanta ancha y borde blancos contra pedal que utilicé algunas temporadas para ir al colegio. La verdad no mucho, porque siempre me fascinó el ir y venir a pie por el parque de la Cruz, el barrio Libertadores y San Antonio. Es algo que todavía siento en el recuerdo del paisaje del caminar y ver salir a la gente a las calles y deambular por los caminos sin pavimentar, con mucho polvo en las tardes cuando sopla el viento. Había algo en las pequeñas tiendas, en la gente que subía y bajaba por San Antonio, en las visitas a la iglesia que sentía en mi interior con picardía, caminar y caminar desprevenido en compañía de los compañeros del colegio, que alegría que siento todavía.
Un pequeño ramillete de amigos referenciados por la cultura del parque del peñón y que se aumenta con mucho cariño entre los compañeros de Santa Librada en donde puedo mencionar a Freddy, Álvaro , Enrique , y Jaime. Especial relación con Iván nos junto la vida de la concentración de quintos, estuvimos en Santa Librada, luego en la Universidad Nacional y ocasionalmente en las fiestas de amigos que nos unió en el conocido grupo de Mulaló. Aparece en el “aquí y el ahora” cuando ambos ya tenemos mas de 82 años en medio de sus tragedias viviendo en un geriátrico mientras avanza la vida.
Siempre existieron personajes corrompidos que alteraron las vivencias de unos niños creciendo en un ambiente libre pero vigilado por las costumbres y los valores morales. De tiempo en tiempo en la relaciones de barra aparecían elementos perturbadores que a través de unos pocos centavos nos invitaban a participar en actividades consideradas perversas en alguna parte en los cerros hacia la Tres Cruces o en Sebastián de Balcázar escondidos entre los arbustos. Un pervertido nos invitaba a chupar nuestros pequeñas pollitas hasta lograr una serie de masturbaciones por unos pocos centavos, lo conocíamos como “mamapiti” que se acerba a la banca cuidadosamente para invitar a las actividades sexuales. También en la primaria parte de la secundaria apareció un maestro de escuela que vivía en el Peñón en la parte alta y rondaba por los teatros del centro de Cine Colombia y el teatro Jorge Isaac. Pagaba la entrada al cine de dos o tres muchachos y se sentaba en el centro para masturbarlos cuidadosamente mientras pasaban la cinta. Acumulaba el semen en un pañuelo, nos daba las monedas y salía desprevenido del teatro. Fueron pocas las ocasiones pero muy incomodas para todos nosotros los participantes que empezamos a señalarlo en el barrio con desprecio castigado con la lejanía y el rechazo.
La Universidad Nacional me dio un ramo de amigos especiales en dos planos uno de compañeros de estudio con un amor de por medio Elsita que fue mi compañera de clase por cinco años y despues mi esposa con nuestro matrimonio en Ohio. Humberto, Gilberto , Rodrigo con sus novias y compañeras. Carlos, Estela, Elenita, Maria, y de pronto una docena más en el tiempo que pasé en la Nacional. Un primer acercamiento amoroso con una compañera Anita con un beso chupón en la nuca que demandó el uso acalorado de una pañoleta al cuello por dos semanas.
En el plano profesional, unos profesores amigos entre ellos el padre Camilo , Orlando , Maria Cristina , Eduardo Umaña , Tomas Ducay, y Carlos Escalante, entre otros. Es bueno recordar a Virginia y su esposo Roberto Pineda antropólogos amigos acogedores paternales que nos invitaron a sus casas para compartir saberes, la alegría de vivir, el apoyo incondicional para empujarnos hacia el logro de nuestros deseos profesionales.
La línea de la amistad crece o se disminuye en la medida en que suceden cosas, pasa la edad , ocurren eventos, se presentan ritos y ceremonias de pasaje, grados y cambios de movilidad, domicilio y direcciones que te señala la vida. Un grado de Licenciado en Sociología en medio de la oscuridad de una noche con ausencia de la electricidad en la ciudad universitaria. Presencia del decano, el secretario del departamento y la visita de una amiga trashumante recién conocida hacia dos semanas que se invitó y celebró el momento y desapareció con el ultimo adiós al regresar la luz.
Un amor extranjero entre los becarios, Amelia morena brasileña de buen porte, coqueta al oído y calmada, que antes de salir para el fin de semana te dice, « Puedo pasar por tu apartamento el sábado hacia el medio día para enseñarte como se hace el arroz a la brasilera?»
« Por supuesto, te espero a los 12:00. »
Era el último mes de la beca con corazones inquietos desacomodados con ganas de que sucediera algo. Discusiones por celos con Elsita producían alejamiento al ir terminando nuestra pasantía en el CINVA. Rozamientos de pieles cercanas, voces que te dicen cosas, suspiros y esperanzas de una conversación amorosa. La espera de ese sábado fue larga, miraba por el balcón de nuestro apartamento a la calle. De tres alcobas independientes en un segundo piso compartido con Gilberto y Mario un argentino bien parecido que estaba enamorando a Oliviña una compañera también Brasileña que estaba en el curso.
Soledad absoluta requerida, prohibida la entrada antes de las seis por si se daban las cosas. Subió por las escaleras, la espere en la puerta con un abrazo fuerte, le dije,
« Que bueno que viniste, pensé que de pronto no asistirías , te estaba esperando.»
Me abrazó con mucha ternura y sentí el latir de su corazón con fortaleza. Nos sentamos y la invité a una copa de vino tinto que ya tenía bien ubicada en mi cabeza para traer de la cocina y poner en la mesa de la sala. Las cosas ocurren sin darse uno cuenta. Un par de besos sobre la bocas ansiosas de cariño, un me gustas mucho, que bueno que estas conmigo, unos coqueteos por la nuca y una leve invitación para alejarse hacia la alcoba con la certeza de la soledad premeditada. Ropa que cae al suelo cuerpos que se tocan y se sienten sobre una cama sencilla haciendo el amor por la primera vez. El amor se desliza por todas partes, besos quietos y largos, una penetración profunda hasta el otro lado del mundo, palmaditas tiernas y una cabalgata amazónica hasta completar el maridaje.
El tiempo voló cuando sentimos que alguien estaba timbrando, era Mario que olvidó la solicitud y se apareció con Oliviña. Nos levantamos con rapidez casi ya vestidos para salir de la alcoba, saludar a nuestros amigos y empezar a hacer el almuerzo. Aprendí a hacer el arroz a la brasilera sofreído primero en una sartén con aceite y unos pocos condimentos, unas tiritas de pimentón rojo, una cucharada de sal, un poquito de pimienta, un ajo bien picado, hervir hasta que empiece a secar, cubrir con tapa por unos 15 minutos para después acompañar la carne de res dorada al color rosado adobada con sal y pimienta. Una tarde en compañía para el recuerdo.
Los círculos de amistad se fueron cerrando al alejarse de las vivencias de la Universidad Nacional y tomar nuevos rumbos marcados por la disponibilidad de las becas ganadas para el entrenamiento en el exterior. Estuve en Wisconsin y luego en la Universidad del estado de Ohio. El matrimonio cambia todo, nuevas amistadas, proyecciones diferentes, horizontes calculados, y un poco de encerramiento. Un circulo pequeño de amigos compartidos con eslabones cortos de relaciones aisladas, con poca profundidad en el tiempo. Las relaciones tienen fines más utilitarios en función de las aptitudes concordantes en la formación del posgrado.
Un circulo de compañeros se abrió ante las posibilidades de compartir el conocimiento a través del desarrollo de las computadoras que empezaban a conocerse en las ciencias sociales. El manejo de paquetes biomédicos, procesamiento de datos en la epidemiología, métodos cuantitativos de análisis estadísticos de varianza (ANOVA), correlación y regresión y análisis interactivo de rutas causales. El jefe del departamento, Hans Zetterberg un mentor oportuno me designó para dirigir la formación de los compañeros de doctorado. Una ocasión que me puso en contacto con unas amigas libidinosas que al termino del doctorado me alegraron la vida. Le ayude a Ailleen a procesar los datos de su disertación con los dedos de mis manos y un cachondeo aparente aceptado por el marido, un ejecutivo joven saturado en la ocupación , que se murmuró en los salones hasta la clausura. Un circulo de amistad que parecía amplio desaparece ante la terminación de la utilidad en las relaciones de la amistad.
La soledad de amistad es un enigma producido por los cambios de residencia, transformaciones ocupacionales, el abandono matrimonial, la incertidumbre de un toque de queda todos los días por un periodo de tres años en la dictadura de Pinochet. Relaciones peligrosas, inciertas, con amores de fin de semana. Las intimidades de trabajo aumentan la solidaridad con actitudes concordantes y positivas pero no se aproximan al significado aristotélico, apuntaciones bíblicas, o de las relaciones de amistad en las filosofías orientales como el budismo en donde la amistad es un compromiso personal y comunitario de seres humanos que han despertado a la conciencia capaces de hacer el bien para ellos y para los demás.
Varios años en el Congo africano incrementaron las relaciones de familia y una hermosa presencia religiosa entre los padres jesuitas de la parroquia de Kimuenza y las misiones de las Lauritas en Lukula, Kinsundu y Kionzo con religiosas profundas como la hermana Libia, Blanca, y Magnolia, que nos enseñaron la amistad en el amor por las comunidades negras, la oportunidad de ayudar a que las cosas ocurran en desastres desgarradores como la sequía de mas de un año y la presencia del cólera en el Bajo Zaire en donde trabajé para ayudar a los refugiados de poblaciones del Congo, Angola, y del bajo Sahara. En medio del dolor surge una amistad diferente, solidaria, y humanitaria, que entrega mucho sin exigir correspondencia.
El tiempo en las relaciones de un grupo de amigos en la Universidad de Valle por más de 20 años amplía el circulo y profundiza hasta convertirse en una amistad duradera con algunos. Las amistades suben y bajan hasta que llega un punto de quiebre que se presenta con la jubilación. La edad es un determinante en las relaciones laborales que define los años para jubilarse en la sociedad. Las comunicaciones se decantan y son cada vez más reducidas. La existencia es pasar más tiempo con los amigos pero los arreglos de citas para cumplir para siempre las derrite el tiempo y las circunstancias. Se aprende que el pasado no se puede transformar, las esperanzas de lo que pueda ocurrir son inciertas, y se vive solamente en el presente.
Los círculos de amistad se contraen con el paso de los año. Las cohortes por edades se diluyen por las probabilidades de continuar en los espacios sociales por la mortalidad piramidal en las poblaciones de amigos. El paso de la edad muestra con certeza los que van quedando y las proporciones de posibles relaciones disminuidas. Las personas se juntan de acurdo con los valores de su cultura definidos en una rutina esperada que define el sentido de las reuniones . Las personas se juntan para jugar, conversar, comer o beber, reunirse en lugares señalados por la costumbre para hacer cosas que le dan sentido a la convivencia como lo pensaba Aristóteles.
Otros pensamientos abren el abanico de la mistad para dar cabida a las ideas del compromiso personal y comunitario de usar la amistad como un valor de acercamiento de ayuda espiritual personal y de conciencia colectiva de mejorar las relaciones con los demás. Se argumenta en casi todas las filosofías orientales como el budismo en la india, los pensamientos de Confucio en la china y países vecinos, y del Tao en la ética del Ying y el Yang.
El circulo se va cerrando, el número de amigos se reduce por el mismo comportamiento de la conducta a los 82 años. La movilidad se limita y queda el contacto a través de medios de comunicación celular, escrito y por correos. La vida se correlaciona principalmente con lo que ocurre en el día a día en un presente vivencial de la existencia . Levantarse a las 5 de la mañana despacio con movimientos leves de pies y cabeza , sacudirse los achaques y los dolores, preparar el café por costumbre, buen habito, mirar el comienzo de la mañana y respirar el aire que rodea el área de mi presencia en el mundo, tomar pastillas para controlar las dificultades de vivir con un marca pasos, y temores de fallas cardiacas o mortalidad súbita. Ante las perspectivas de un buen vivir, hacer ejercicios por una hora todos los días que se convierten en mecanismos inevitables de la existencia , 15 minutos de bicicleta estática, 15 de caminadora, y 15 de elíptica por el lado aérobico. Completar con algunos alzamientos de pesas , unos 10 minutos de actividades anaeróbicas sobre una colchoneta con alzamiento de piernas para mejorar los movimientos de la cadera , estiramientos cortos, y finalizar la hora de ejercidos diarios con unas respiraciones de Taichí. Una preparación para confrontar la vida frente a un desayuno casero acostumbrado de un huevo, una arepa y una taza de café con leche con una porción de queso blanco. “Descansar, descansar, utilizar la mente, sentarse, pensar, usar la cabeza y escribir, con la conciencia de que no eres escritor , un aficionado, es un juego nada mas, hasta que se siente un pequeño deseo de terminar.
Algo de pasar antes del almuerzo, una fruta, un poco de musica New Age, esperar a los noticieros cada vez en el menor numero posible que se eliminan por el abuso indoctrinado de la voluntad ante tantas atrocidades que comunican sin sentido de ayudar a nadie. Almuerzo algunas veces con sopa, o el siguiente plato con una proteína (pollo, carne, cerdo, no pescado por alergias) y por supuesto un poquito de arroz blanco, una ensalada de tres productos y un baso pequeño de jugo. Terminado el almuerzo la alternativa indiscutible es reducir toda actividad por un espacio mínimo de 60 minutos para levantare de la siesta a confrontarse con el mundo de una tarde apresurada por una película de Netflix, con aire acondicionado o ventiladores en el techo. Algunas tardes con paseo por el parque de la Flora por unos 60 minutos con retorno a la casa hacia las 6:00 de tarde.
La vida se agota en este proceso de existir en el día, que es un presente aproximado bien participativo de 16 horas. Es el presente real que se siente desde las 5 de la mañana hasta las 9 de la noche de cada día. En este realismo mágico del tiempo figurativo para cada uno se vive un presente sin saber con certeza en donde comienza y en donde termina. El presente no es ayer ni tampoco es el mañana, donde empieza y en donde termina esta condicionado por los estilos de vida de cada ser humano, nada más y nada menos.
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