Jesús Rico
Velasco
Grandes mentes de
galenos preocupados por la salud comunitaria empezaron a cambiar la organización
de la formación de médicos en la Universidad del Valle. En 1954 se creó el
Departamento de Medicina Preventiva y Salud Publica en la Facultad de Medicina
encargada inicialmente del componente comunitario en la formación de los
médicos y enfermeras a través de visitas domiciliarias a las
familias en el barrio Siloé de la ciudad de Cali permitían conocer la realidad social de niños,
mujeres embarazadas, y otros grupos poblacionales expuestos
a enfermedades que iban mas allá de la atención personalizada. Las prácticas
de salud rural en el corregimiento de Candelaria en el municipio de Palmira mostraron la importancia de las intervenciones
en áreas como el saneamiento ambiental :disponibilidad de agua potable,
alcantarillado, manejo de basuras, programas de inmunización, y planificación familiar, desnutrición infantil
y madres embarazadas. Los programas de
salud publica sirvieron para organizar a la comunidad en torno a proyectos que lograron reducciones significativas en las tasas de mortalidad materna
e infantil, enfermedades infectocontagiosas en niños y mejoramiento en el bienestar general. Los
programas de la universidad del Valle en el Departamento de Medicina Social
alcanzaron renombre en el nivel mundial y fueron referentes en los foros
internacionales en salud publica.
Los estudiantes orientados por las ideas de la importancia de la salud publica en la mente notable de
Santiago Rengifo, las ideas innovadoras de
Oscar Echeverry, los postulados de Alfredo Aguirre, la práctica comunitaria de Jaime Rodríguez, la participación de Ramiro Delgado de la Universidad de Tulane y
la colaboración de la AID realizaron
intervenciones en salud pública en los primeros barrios de invasión en Unión de
Vivienda popular ( Mariano Ramos, Republica de Israel, y el Diamante) . Estas
experiencias clásicas de la década de
1960 y 1970 orientaron los postulados y estrategias expuestas en la
“Declaración de Alma-Ata 1978 Salud para
todos” que debería lograrse hacia el año 2000.
Los esfuerzos
importantes desde el punto de vista práctico y teórico de la promoción y prevención en salud publica se habían logrado
gracias a los trabajos de salud comunitaria
realizados en Costa Rica en salud materno infantil con disminuciones importantes en la mortalidad. En
Chile prácticas saludables en las comunidades urbanas y rurales lograron éxitos en planificación familiar con el uso de la “T de cobre” . La experiencia de la Revolución Cubana con
sus agentes de salud trabajando en los
barrios de las ciudades principales lograron caracterizar la salud de la población
con un registro de salud casa por casa.
Nuevos paradigmas en la formación de los médicos y de los profesionales de
la salud en general se discutían en los
foros académicos a nivel mundial. Fallas en la aplicación de nuevos
acercamientos tecnológicos y avances en los sistemas de aprendizaje eran
una preocupación en la academia. El informe del Dr. Abraham Flexner que ya completó mas de 100 años (presentado en 1910)
para las escuelas de medicina , y enfermería de los Estados Unidos y Canadá sigue marcando los paradigma de enseñanza también
para muchas escuelas en Latinoamérica. Los protocolos de manejo medico en
dos grandes bloques uno fundamentado en las ciencias básicas y seguido de las experiencias clínicas enfoque
que se mantiene todavía en muchos centros
educativos. El nuevo decano de medicina
de la Universidad del Valle Dr. Héctor Raúl
abrió la discusión sobre los nuevos paradigmas en la formación de los
médicos y de los profesionales de la salud en las escuelas de medicina y enfermería
y otras especializaciones de salud. Con
ayuda de organismo internacionales realizó
varias reuniones participativas para discutir
los programas.
De igual manera el Departamento de Medicina Social con cuatro posgrados reconocidos en el país:
salud pública, epidemiología, administración en salud y salud
ocupacional tomó la decisión transformar el pensum centrado
hacia un currículo integrado, flexible, formativo con posibilidad de auto aprendizaje y auto
desarrollo permanente, interdisciplinario, proyectado a diferentes escenarios
para buscar respuestas a los problemas
de salud de la comunidad.
En la reunión de expertos
realizada en Nueva Orleans en 1990 se reconoció la existencia de una crisis en
salud pública en la mayoría de los países de la región de las Américas. El resurgimiento de enfermedades como la malaria, el cólera, el
dengue, la aparición el SIDA y otras
enfermedades infecciosas mostraban el descontrol que existía. Al igual que un
aumento considerable en los problemas cardiovasculares,
el cáncer, y enfermedades psicosociales como la depresión, suicidio, y la violencia
política. La desintegración progresiva
de la familia extensa hacia una vida conyugal en espacios reducidos incrementaban la violencia intrafamiliar. El deterioro del medio ambiente por los
procesos de deforestación y la migración
de los campesinos a las grandes ciudades
en busca de mejores oportunidades de salud y trabajo.
El cuerpo docente
consolidó la creación de una “Escuela de
Salud Pública” con un campo filosófico
de formación académica, investigación y
programas de extensión. Una escuela abierta con proyectos de desarrollo social y una
metodología basada en “aprender a aprender, aprender haciendo y el aprendizaje basado en problemas ( PBL “Problem based learning”). En 1993 fui elegido como director de la nueva escuela que acogía una cohorte de estudiantes
alentados por la transformaciones de la reforma académica.
El nombramiento como
director de la Escuela y afianzamiento del cuerpo docente fueron grandes retos. Llegaba temprano a la oficina para poder
tener un estacionamiento cercano y vigilado pues los carros se dejaban sobre la
vía. El portero del edificio me acogía con un saludo afectuoso. Ercilia, la
señora encargada de los tintos, me recibía siempre con un café recién colado. Las
situaciones y problemas por resolver eran el pan de cada día en la escuela. Mi
temperamento fuerte y manera de hablar con vehemencia hacía que algunas veces
se sintiera cierta tensión en el ambiente.
Así que una de las secretarias se confabuló con Ercilia para darme
agüitas tranquilizadoras o como ella le decía, “amansa machos”, terminé por aceptarlas con cierta jocosidad,
pues la verdad si servían.
La formación de
la escuela se basaba en el humanismo, la
ética ciudadana y la participación democrática. El humanismo centrado en el desarrollo intelectual, artístico
y moral de los estudiantes en su formación como salubristas. Rechazo definitivo
a la presencia de la corrupción que galopaba
en las instituciones de gobierno en los
sistemas de contratación y los principios de la democracia participativa alejados
de la persecución, señalamientos y
manejo de los bienes del estado en los sistemas de salud.
El ambiente
pedagógico se desarrollaba en una
demostración de tolerancia , solidaridad y respeto. Aprender a respetar las diferencias
en los grupos de estudiantes y ser tolerantes con sus compañeros y respetar los
comportamientos, maneras de conversas hablar y procedencias regionales que se
prestaban a los comentarios chocantes en la comunicación verbal en las discusiones de clases o por fuera de los escenarios educativos.
Con la reforma se
creó un nuevo perfil profesional en donde el salubrista era un soñador político
capaz de interpretar los ideales de salud de la gente. Un líder para construir ideologías dinamizadora de cambios
y procesos sociales. Un
gerente, investigador y
administrador con manejo del ambiente público y privado. La idea de ampliar el contexto filosófico para
la enseñanza de la salud publica se movió hacia la creación de Escuelas en las
principales universidades en Latino América. La creación de la Asociación
Latinoamericana de Escuelas de Salud
Publica liderada por la escuela de Nuevo León (México) tuvo su primera reunión
en Rio de Janeiro con apoyo de la
Fundación Fio cruz y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Se contó
con la asistencia de los directores de Méjico, Costa Rica,
Venezuela, Colombia, Perú, Chile y Argentina y fui nombrado como secretario
ejecutivo de la asociación con un apoyo importante de la OPS. También se unieron
al movimiento de Escuelas la Universidad Nacional, y la Universidad de
Antioquia.
La construcción
ideológica de la Escuela de Salud publica fue un esfuerzo colectivo de un
profesorado deseoso de mejorar la academia
e impactar en el mejoramiento de
los servicios de salud prestados por el estado y las instituciones prestadoras
en los municipios. El desarrollo de proyectos de extensión en
algunos municipios de la Costa Atlántica, San Andres , la Guajira, Buenaventura,
Cauca y Nariño daban participación económica a los profesores y profesionales de la salud y generaban
ingresos para continuar con proyectos de mejoramiento de la escuela como: organización de una gran sala de computo
dirigida por un ingeniero con 40 computadores en línea, en un salón con
aire acondicionado y capacidad para 80
estudiantes. Enseñanza compartida en el manejo de programas como Epi info,
Excel, manejo de bases de datos, programas de búsquedas bibliográfica,
procesadores de palabra, demografía, y
otros. Disponibilidad de computadores portátiles para los profesores nombrados de uso
particular. En tres años la escuela contaba con 40 profesores nombrados y
adjuntos.
La coordinación académica al interior de los posgrados se
reforzó con un apoyo en docentes externos participantes. La coordinación de salud ocupacional era manejada
por el Dr. Osorio con la colaboración del Dr. Paredes y el Dr. Héctor Velásquez.
En el área de epidemiologia se distinguió la mente científica muy calificada del Dr. Alberto Álzate. En salud publica el
expertismo del Dr. Louis Woolie mostró los caminos a muchos estudiantes con la ayuda del antropólogo Diego Ceballos y
el sociólogo Juan José Jaramillo En administración de salud el reconocido programa
de PROADSA dirigido por el Dr. Lores se
expandió por muchas instituciones de
salud en el país. El programa PRIMOSP orientado por su creador y
orientador el Dr. Jaime Rodríguez quien con mucha dedicación se ocupo de asistir
a la reuniones nocturnas de las juntas
de acción comunal en los barrios de Unión de Vivienda Popular, y dirigió el
programa desde su formación con apoyo de la AID y la participación de la
Universidad de Tulane y la AID con el Dr. Ramiro delgado.
La Escuela de
Salud Publica contó con la colaboración y apoyo permanente de profesores reconocidos
en la academia como el Dr. Rodrigo Guerrero, el Dr. Gabriel Carrasquilla distinguido por su colaboración en los
posgrados de epidemiologia y salud publica, Gustavo de Ruth, Alberto Concha,
Vladimir Zaninovic (presidente de la academias de medicina del Valle)y otros
que sería largo y tendido mencionar. Un homenaje para todos ellos que trabajaron en
la construcción ideológica, estratégica y operacional de la Escuela de Salud
Publica reconocida ampliamente en las instituciones de salud Internacionales.
Otros esfuerzos valiosos fueron las publicaciones en la revista “Avances en medica social, publicación
científica de la escuela de salud publica”
se inició bajo la dirección y edición del Dr. Ney Guzmán se mantuvo en publicación hasta el año 2000. La biblioteca especializada en Salud
Publica muy reconocida con atención de una experta de tiempo completo nombrada por la universidad.
La sala jurásica reunía a un grupo de prestigiosos salubristas
distinguidos jubilados de instituciones
como la OPS, la OMS, y universidades en el exterior. Alberto Pradilla Md. jubilado de la OMS en Ginebra,
y al Dr. Carlos Hernán Daza de OPS en Washington, se distinguieron como caballeros en el
buen trato con los estudiantes y
soportes científicos.
EL CUIP (Centro
Universitario para investigaciones de población) un proyecto de fuerza internacional
financiado por la OPS y el UNFPA ( Fondo de Naciones Unidas para actividades de
población) alcanzó una presencia
importante en la formación de
estudiantes de medicina, enfermería, odontología, y trabajo social que
rotaban por la Escuela para recibir formación en estudios de población de los municipios del valle. Con el Dr. Alberto
Bayona, economista demógrafo, y con el auspicio de la FES y de la Secretaria Departamental de
Salud dirigida por nuestro alumno Luis Fernando
Cruz, se logró culminar un proyecto que facilito la programación con base en
grupos poblaciones para dirigir y evaluar las actividades a nivel
municipal. La FES financió un proyecto para determinar las
tendencias de la población colombiana muy bien recibido en los servicios e
instituciones de salud. Participé en la dirección de este centro con ayuda de los doctores Daniel Bermeo y Guillermo Llanos hasta mi jubilación en el año 2000.
La OPS financió las actividades de un grupo de
estudiantes sobresalientes: Luis Fernando Cruz, Luz Nelly Girón y Edgar León Uribe, y yo como director para
realizar una amplia investigación sobre las condiciones de eficiencia de los servicios de salud materno
infantiles en 41 municipios del valle
del cauca. Los resultados fueron publicados en una obra galardonada con el
premio Hernán Saavedra Racines otorgado
por la Beneficencia del Valle a la mejor investigación en salud realizada en el
Valle en 1985.
Una especie de
camaradería se gestaba entre los profesores encargados de proyectos y programas
de la escuela, se organizaba una reunión “casi obligatoria” de
retroalimentación todos los viernes a las 4 de la tarde. Acudían un poco más de 16 profesores y para
formalizarlas se llevaban actas de las
reuniones. Se desarrollaban en total armonía finalizando hacia las 6 de la
tarde. No estoy seguro desde cuando se volvió un acuerdo tácito continuar la reunión en “Green Bird “ un
bar y fuente de soda ubicado
relativamente cerca de la escuela. Se convirtió en una costumbre, ya nos
esperaban con una mesa larga acomodada para nosotros. Sosteníamos largas y
entretenidas conversaciones acompañadas de algunos tragos y pasa bocas hasta
altas hora de la noche. Esta reunión no contaba con la complacencia de esposas
y compañeras de los profesores. El algunas ocasiones pasaban en sus vehículos y
miraban de reojo. En alguna ocasión una de ellas más osada paró y desde
el carro gritó:
« ¡Para la casa! Ya es muy tarde, ya
casi es media noche»
El profesor dueño
de aquel regaño no tenía más opción que obedecer, despedirse y marcharse con su
esposa. Por supuesto que después de esta escena, todo terminaba en un proceso de despedidas. La Escuela tuvo
algunos casos de profesores con problemas de alcoholismo.
El programa Proadsa alcanzó gran renombre en las
instituciones de salud del
país en la formación profesional y
técnica con seminarios, cursos de
integración, prácticas institucionales orientados a lograr el título de especialización
de administración de salud.
Buenaventura era
unos de los municipios con mayor acogida de los programas de Proadsa. En uno de lo actos de clausura de un curso
intensivo de 500 horas con la asistencia de dirigentes administrativos locales, de la Secretaria Departamental de
estudiantes y familiares, en la parte
final del acto de entrega de los diplomas y luego de muchos aplausos y
alboroto. Un estudiante médico negro acuerpado y muy bien vestido, pidió la
palara, y dijo:
«Quiero agradecer
a las directivas de la escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle por
este proyecto de formación educativa. Los contenidos y la participación esmerada de los docentes se refleja en este acto
solemne. Pero quiero decirle a las directivas de la universidad que lo
único en que no estamos de acuerdo es en
el tamaño del “diploma” que nos han
entregado, lo consideramos muy pequeño. Para las próximas capacitaciones creo que podrían ser más grandes.»
La intervención
fue magnífica. Con el Dr. Lores miramos
los diplomas aparentemente eran muy bonitos con el logo de la
universidad del Valle en el centro en un fuerte color rojo, un enunciado en donde la universidad y la
escuela de salud publica certificaban la participación en el curso y las
firmas del director de la Escuela y de Proadsa. La intervención produjo mucha hilaridad entre
los asistentes que aplaudieron y aumentaron la alegría. Aprendimos que hay una
expectativa cultural en el tamaño apropiado
que deben tener los diplomas universitarios. No hay uniformidad, proporcionalidad y se utilizan en tamaños diferentes sin responder a normas institucionalizadas. Sin embargo, atendiendo a esta sugerencia se
amplio un poco el tamaño de los diplomas
de los cursos.
Como director apoyaba las actividades de docencia en el área de
metodología de investigación. Publiqué
una “Guía práctica para la elaboración de proyectos de investigación en salud” utilizada por estudiantes de
posgrado para sus tesis, y profesores
para la presentación de sus publicaciones.
PRIMOPS fue un
programa de investigación en el desarrollo de modelos de prestación de servicios
de salud creado y dirigido por el Dr. Jaime Rodríguez con la colaboración de
Dr. Alfredo Aguirre y una coordinación interinstitucional de la secretaria municipal de salud publica. Un
programa con monitoreo permanente del
estado nutricional de los niños menores
de cinco años en casa, medidas
antropométricas, control de embarazadas para la atención institucional o con
parteras con atención domiciliaria y asistencia
del puesto de salud, vigilancia del recién nacido y promoción de la lactancia materna durante los primeros
seis meses, vacunación para el control
de la enfermedades inmunoprenibles y control de la mortalidad infantil y materna.
En noviembre de 1997 la Universidad del Valle me confirió
la distinción académica de “Profesor
Emérito” ( emeritus profesor, en latín) en reconocimiento al trabajo realizado. Es la
máxima distinción lograda por las
contribuciones sobresalientes en la enseñanza, en la investigación y en la
comunidad academica.
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