Martha Zúñiga
Estoy al
frente de una puerta grande de madera. Como está abierta puedo ver hacia
adentro. Es una reunión de japoneses ancianos sentados a los lados de unas
mesas largas de madera maciza. Parecen estar tomando el té en una especie de
ritual.
Indi está conmigo y queremos entrar, pero mi tía Ivonne desesperada, me
hala para que no entre, no me dice por qué.
Me suelto y entramos. Nos
sentamos a la mesa. Sentada percibo un cambio en los personajes, ahora es un
grupo de mujeres jóvenes. Sobre la mesa alcanzo a ver una agenda rosada y
escucho una voz que no puedo precisar de dónde viene, que dice: “tenemos un
contrato”.
Yo me
pregunto, quién es la voz y qué representa. Miro alrededor tratando de
encontrar su origen. El mensaje me hace
pensar que son comunistas y pueden intentar lavarnos el cerebro. Me doy cuenta
que Juan Pablo, mi hijo, está sentado entre el grupo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario