Qué cosa sea leer y cómo tiene lugar la lectura me parece una de las cosas más misteriosas.
H. G. Gadamer
María Lucia Muñoz
La experiencia de lectura de la novela me ha llevado a volver la vista hacia los diversos y variados movimientos que se entretejen en el relato. Mi interés lector viajó en un espiral de memorias que se iluminan de vivencias y emociones enfocadas en una historia familiar, que paso a paso, párrafo a párrafo, capítulo a capítulo, se van abriendo, o mejor, se van tejiendo en historias individuales y colectivas, dentro de una compleja confluencia que va de lo íntimo y personal a lo público y universal, y en continuo movimiento. Me pregunto: ¿Qué tan espontáneo o intencional el narrador lo muestra así o es mi visión de lectora la que lo hace ver así?
Otros hilos de la espiral narrativa van hilvanando ideologías y arte, teatro, poesía, declamación y recitales, literatura y lectura, junto al poder secreto que ésta impregna en el lector, tanto el de ficción como el de la vida real. Bécquer, Géraldy, Lorca, Chéjov, Machado, César Vallejo, Miguel Hernández, Marx y Lenin, Brecht, Mao y El Libro Rojo, Gorki, y otros más que se escapan de mi memoria. Percibimos cómo la lectura en voz alta abre puertas, convoca nuevas amistades y espacios de supervivencia. Mientras que la lectura íntima y silenciosa les permite enconcharse o encerrarse como si los protegiera del mundo exterior, algunas veces hostil o no deseado, pero en el que hay que existir, aquí y ahora, porque eso es lo que hay. En este relato novelesco se aprecian posturas y puntos de vista sobre la vida y la política que provocan acercamientos y distancias, improntas que marcan y acentúan la presencia de cada personaje.
En la travesía del espiral narrativo me veo abocada a una perspectiva de la vida en la guerrilla colombiana, puedo apreciar cómo se van develando formas de actuar copiadas de otros países y culturas. Exigencia de reconocimiento al poder del líder y el culto a la personalidad, el fanatismo ideológico y político que conlleva una vida de aventuras en la selva y en zonas periféricas de las urbes, riesgos diurnos y nocturnos, certezas de persecución militar y paranoia en alerta para mirar al otro, al vecino o al caminante que se atraviesa en el momento inesperado. La expresión del machismo y la doble moral del deber ser en choque con la valentía y decisión de Marianella y Luz Elena. Entre varias preguntas, me planteo cómo otras mujeres, en esta y otras guerrillas, han logrado asumir su resistencia a este lastre histórico de la humanidad.
El relato me deja un personaje, Sergio, que se configura a través de múltiples peripecias vinculadas, como las picardías en el internado bogotano y los cigarrillos Lucky Strikes que vendía y disfrutaba a escondidas con sus amigos, que se conectan con las de Pekín, en el Hotel de La Amistad, donde es el enlace para sacar y vender productos prohibidos para ciudadanos chinos, sólo disponibles para huéspedes privilegiados.
Cabrera desde su adolescencia, a través del uso experto de la cámara fotográfica, capta con sensibilidad momentos decisivos de su vida y del conocimiento del mundo, lo que en mi perspectiva lo convierte en actor, director y espectador de su propia obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario