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lunes, 21 de noviembre de 2022

Como polvo en el viento

 


Clemencia Gómez

Decidí viajar de nuevo a la isla de Cuba; por quinta vez que me adentro en la idiosincrasia de la gente y su entorno geográfico, social y económico. Utilicé el pasaporte recién actualizado y decidí subirme en el vuelo del escritor Leonardo Padura, “Como polvo en el viento”, novela que arrastra sentimientos profundos a los que se han visto enfrentados él y los amigos de su generación, nacidos en los años 50. La educación que recibieron fue de calidad, aunque enmarcada en las premisas impuestas por la revolución. Se trata de un grupo de profesionales médicos, científicos, ingenieros, pero al mismo tiempo seres restringidos por un pensar y un actuar predeterminado.  Actos como escuchar música de los Beatles, podría ser tema de censura política.  Se trata de El Clan, tribu de amigos nacidos bajo el mismo sol, portadores de diversos sentimientos, pero unidos por la fraternidad y el amor férreo a la patria. La atmósfera del viaje estuvo cargada de nostalgia, amor, tensión, confusión, intriga y añoranza, sentimientos presentes durante todo el recorrido. Al subirme a la nave, me di cuenta que no se trataba de un trayecto directo a la isla de Cuba, sino con múltiples escalas, España, Estados Unidos, Puerto Rico, Argentina y Francia, lugares a los que han ido a parar algunos de sus amigos, como resultado de la “diáspora cubana”. Y ¿qué significa diáspora?  Es la dispersión de un pueblo o de una comunidad, por diversos lugares del mundo, hecho que puede obedecer a conflictos, religiosos, políticos, étnicos, sociales, o económicos. En el presente viaje el escritor cubano, pone la lupa en su generación, quien se abalanzó por el mundo como polvo en el viento, en busca de nuevas y mejores oportunidades para alcanzar la anhelada autorrealización.

¿Y del bloqueo qué?

En entrevista concedida a una red virtual española de noticias, el escritor afirmó que prefirió darle a esta obra un enfoque de amistad y solidaridad, más que enfatizar en el tema político. Con respecto al bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos a la isla, agregó, que es algo real, y no un pretexto para la queja, la pobreza y el abandono.

¿Qué tuvo de especial el periodo especial?  

El recrudecimiento del embargo impuesto por Estados Unidos, y el colapso de la Unión Soviética en los años 90, socio comercial de la isla, y de quien obtenía los hidrocarburos y sus derivados, Cuba se enfrentó a una severa depresión económica, que la llevó a realizar reformas en la agricultura, a reacondicionar la industria y la salud. A esta época se la llamó Período Especial.

Aterrizaje en Hialeah: “la pequeña Habana

La primera escala del vuelo se realizó en Hialeah, dos personajes importantes aparecen en escena, Marcos, cubano, y Adela, nacida en los Estados Unidos, como resultado de los avatares vividos por su madre en Cuba.  Hialeah, población ubicada en el condado de Miami Dade, estado de La Florida. Según reporte de la BBC News realizado en septiembre de 2018, el 96%, de sus habitantes son latinos y el 75% son cubanos.  La comida típica cubana hace parte de la gastronomía del lugar: bistec de ternera, pollo asado o frito, congrí (arroz con frijoles caraotas), masas de cerdo fritas, boniato (papa dulce). Como dato curioso, los médicos cubanos que atienen allí, curan a sus pacientes acudiendo a la santería cubana. El alcalde actual Esteban Bovo, es cubano, hijo de un veterano de Bahía Cochinos, en su campaña se pronunció a favor de la liberta de Cuba.  El ambiente es de jolgorio, y los apodos como (el ñato el bizco, el narizón), forman parte del trato diario entre sus habitantes. Algunos exiliados viven allí perdidos en las brumas del alcoholismo, en medio de mentiras, y el sueño de regresar a la isla, siempre está presente.

Marcos el hombre de “los pies secos”

Condenado al exilio por haber pertenecido a una banda dedicada a robar y a vender todo lo que tenía, porque como él decía: “En Cuba tiburón se baña, pero salpica”, y agrega: “la gente de mi edad, creció en una época en que no había nada y creció sin creer en nada”.  Soñaba con tener más dinero, pagar la hipoteca de una casa propia, sin embargo, no allí en Hialeah donde muchos se revuelcan en odios y nostalgia. El primer sueño frustrado de Marcos, al igual que muchos cubanos, fue ser un famoso jugador de beisbol, aunque este deporte marcaría por siempre su espíritu competitivo.

En esta nueva Habana, sentía un soplo de comodidad.  

Adela: una mujer sin piso

Compañera de Marcos, nació en Estados Unidos. Las vicisitudes de una noche fueron el combustible para engendrarla. De manera recurrente se pregunta: ¿Quién es mi madre?, es ¿Elisa?, o es ¿Loreta’. ¿Y mi padre?, ¿Seré hija de nadie?, Acude a la marihuana cuando la ansiedad la desborda. La incertidumbre con respecto a su pasado da vueltas en su cabeza, durante todo el vuelo. Acude al budista “señalador de caminos”, visita la facultad de veterinaria en Cuba, en la búsqueda de registros académicos de su madre, viaja Buenos Aires para conversar con Bruno, su padre biológico, y a una hacienda con caballeriza ubicada en Tacoma en el estado de Washington.  

Siente la sensación de no tener tierra bajo sus pies.

Aterrizaje en Fontanar: la casa del clan

 Un lugar diseñado y construido bajo la dirección de los padres de Clara, profesionales que trabajaron por el cambio social y por el nuevo país. Casa dotada de un singular magnetismo que emanaba de las entrañas de sus cimientos: Una herradura, símbolo de fertilidad, protección y fortuna; el grillete de José Martí, “El apóstol de la revolución”, y una piedra brillante encontrada cerca al santuario de la virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Elementos que le dieron al lugar la energía y el imán para mantener la cohesionado por varios años, de El Clan.

 Clara la madre que se queda

Anfitriona de la casa, es la mujer que aglutina al grupo, es la madre de todos. A pesar de ser considerada de temperamento anodino, el distanciamiento de Elisa y el haber abrazado el amor con Bernardo, la dotaron de un carácter seguro y despertaron la confianza en sus decisiones. Respeta a los que se van en busca de nuevas oportunidades y a los que se quedan. No quiere salir de la isla, acepta la soledad, y reconoce a Cuba como su patria, y la casa como su caracol.

Bernardo el hombre que perdona

La relación afectiva inicial con Elisa, estuvo caracterizada por el desamor y la duda. Padecer de infertilidad, fue tema de comentario, entre los amigos de El Clan, aspecto que vulneró su autoestima. El alcohol, se convirtió en el refugio que le acrecentó el desdén por la vida y la baja autovaloración. Perdonó la infidelidad de su esposa y su embarazo extramatrimonial. Se dio una segunda oportunidad amorosa con Clara, quien lo apoyó de manera incondicional, en su precaria salud, y en su adicción al alcohol. Abrazaron los dos el amor, en la etapa final de sus vidas. Sus restos reposan en Fontanar, como recuerdo del verdadero afecto de Clara hacia él.   

Elisa la viajera incógnita

Símbolo de la mujer que vive bajo sus propios principios, afirmada e impositiva. Declara de manera abierta sus deseos sexuales tanto a hombres como a mujeres. El ejemplo familiar recibido no fue el más esperanzador, una madre sometida y un padre que violenta la ética y la moral a pesar de su alto cargo diplomático con funciones de inteligencia. Lo que prevalece en él son los negocios turbios, el dinero y el poder. La presión sicológica por haber presenciado el suicidio de Walter, un miembro de El Clan, se convirtió en la tapa de la olla a presión que hervía en su cabeza.    Huir de Cuba, se convirtió en opción para salir del pasado turbio, la mentira y la insatisfacción afectiva y sexual. Elisa o Loreta, Loreta o Elisa, dos nombres diferentes, un mismo personaje que se reinventa a través del budismo, y de dejar atrás el lugar en el que vio nacer sus insatisfacciones. Elementos que le permitieron dar el paso para el reencuentro con ella misma, y con su hija Adela.

Walter el desadaptado

Para un vinculado a una red de tráfico de droga, huir del país estuvo siempre en sus planes. Siempre argumentó que era espiado. De profesión pintor, de temperamento entre cínico y realista. Había iniciado el consumo de coca en una universidad soviética y pensó en llevar el negocio a la isla, a través del apoyo del diplomático Correa. Se suicida al caer de un piso 18, en presencia de Elisa. Dos días antes de su muerte, se convirtió en un fantasma.    

Aterrizaje en Barcelona

Darío un científico cubano que huye de sus traumas. Hijo de una madre soltera, fruto de la violación a los 16 año, nace él. Un ritual sombrío utilizaba ella para descargar el odio sobre su hijo.  Consistía en desvestir al muchacho y sentarlo en una banca a la entrada de la casa, para que fuera motivo de burla. Cuba fue para él, símbolo de paranoia y desencanto. Una beca del Colegio Médico de Cataluña, es el pasaporte que facilita la salida, sin embargo, reconoce que los verdaderos amigos, los hizo en la isla. Su santo es Eleguá “el mensajero príncipe”, el que abre caminos.  Aceite de oliva, vinos, jamones, se convirtieron en las viandas de su nuevo día a día. Un BMW, una mujer catalana maquillada y peinada y una casa cómoda, habían dejado atrás la vida del cochambroso rincón de humillación y vergüenza, ubicada en el barrio “la perseverancia”, con olor a moho, a suciedad y pobreza.

Aterrizaje la Florida y Puerto Rico 

Horacio es un científico inconforme, Doctor en ciencias físicas de la universidad de la Habana, profesor de física de materiales, luchó siempre por la preservación del equilibrio de la naturaleza. Le interesó la filosofía, pero en un país diferente, con una ideología indiscutible y una normatividad definida. Creció entre temores y restricciones, su padre huyó de Cuba, y dejó a la madre sola a merced de los acontecimientos. Una relación furtiva con Elisa, le otorgó el título de padre. En agosto de 1994, aprovechó el éxodo propiciado por Fidel Castro, mediante la apertura de fronteras, para viajar en una balsa con otros amigos, hacia la Florida, allí obtuvo el estatus de refugiado. Viaja a Puerto Rico, después de haberse casado con una ciudadana de ese país.

Aterrizaje en España y Francia

Ramsés forma parte de la segunda generación de la revolución, al igual que Marcos su hermano. Son los dos hijos de Clara y Darío.  Frases abreviadas y profundas, pronunciadas por él, sintetizan el pensamiento de muchos jóvenes cubanos que no desean repetir la historia de sus padres: “No quiero que, a los cuarenta, mi vida se parezca a la tuya”, “No voy a ir más a la universidad, voy a pedir la baja, ya decidí que me quiero ir”, “no entiendo por qué la gente en Cuba, sigue viviendo del cuento”, y,  la que pronunció al arribar al aeropuerto de Madrid “yo no soy un exiliado, sino uno que vive en otra parte”.  A pesar de no vivir en la isla, sus creencias religiosas están atadas a la santería. Se une en matrimonio a Fabiola, cubana de nacimiento e hija de dos miembros de El Clan, Fabio y Liuba.         

Irvin y Joel

Una carta de invitación de Darío, les abre las puertas para Viajan a España (Madrid y Barcelona) A Irvin lo invadía una mezcla de tristeza y felicidad, pensaba en el futuro, pero sin desprenderse del pasado, arrastra el estigma de la homosexualidad. En España, país ausente de prejuicios, había descubierto su propio paraíso, aunque lejos de su propio edén, La Habana.             

Aterrizaje en Buenos Aires

Fabio y su esposa Liuba: Mueren en esa ciudad, como ilegales, al caer desde un andamio, en una obra, en la que trabajaban como ilegales.

El escritor siempre ha afirmado que necesita de su país para poder escribir, porque es de allí de donde obtiene la vitamina, el zumo necesario, para crear y recrear los personajes y sus vivencias.

Lo que me impactó: la versatilidad empleada para crear la siquis de sus personajes, expresar de manera abierta los altibajos de su país, Y su honestidad para reconocer que es allí donde quiere vivir.   

Lo que me incomodó: el carrusel por el que pasé como, lectora al abordar esta nave, subidas y bajadas, que parecían repetir una y otra vez lo dicho.

El papel de Elisa se me fue diluyendo en el vuelo. Al final poco me importó si aparecería o  no.

 

CLEMENCIA INÉS GOMEZ NARANJO

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