Jesús Rico Velasco
Los comienzos de la historia se remontan al año 1961 cuando ingresé a la facultad de sociología
de la Universidad Nacional. Con mi compañero de estudio, el Indio, buscamos una
pieza para vivir cerca de la ciudad
universitaria, en casa de Don Pacho. Un
cuarto en un patio con espacio suficiente para dos personas, la pared
principal era una ventana de vidrio lo que nos inspiró a llamarla la “pieza
de cristal”.
Una mañana al despertar el Indio me dijo, « Flaco, no dejas dormir.
Te despertás a media noche. Sentado en tu cama conversás de varias cosas
y cuando nos levantamos no recordás nada. Guardé muy bien el cuchillo de cortar
el pan porque me da miedo que de pronto me matés en uno de tus sueños
de sonámbulo »
Sueños
repetitivos durante las noches, con presencia
de personas próximas al cariño, conversaciones
incoherentes. El Indio me llevaba la corriente, había preguntado a un profesor
cómo manejar a alguien sonámbulo y le había dicho que no se debía
despertar a la persona, porque le podía ocurrir algo, nunca supe a qué se refería con “algo”. Noche tras noche el pobre Indio me seguía la
cuerda de las conversaciones, notaba cómo
la ansiedad o angustia
disminuía y en pocos minutos regresaba al sueño normal.
Los trastornos del
sueño se convirtieron en temas de charlas
en los corrillos con los demás compañeros. En esos años se publicó un libro
de introducción al realismo fantástico titulado “El retorno de los brujos” escrito
por el periodista Louis Powell y el escritor
francés Jaques Bergier (en francés: “Le
matin de magiciens”). Trataba sobre los
fenómenos parasicológicos, esoterismo, nazismo y misticismo. En el fondo era una
introducción a la parasicología que
marcó y empezó a mostrar la existencia de algunas ocurrencias paranormales en
la cotidianeidad ligadas a experiencias oníricas.
Con el tiempo, la lectura pasajera de libro me llevó a proponer un artículo llamado “El retorno de lo
parapsicológico” para el periódico, “Lunes de por medio” en la Universidad del Valle en 1985. Ahora,
después de buscar con cuidado en los archivos de la Hemeroteca, resulta que el
artículo no aparece. Sólo existen tres ensayos de lo que fue el abandonado
periódico y no hay nada más. Tendré que escudriñar los recuerdos
y reconstruir la idea con base en trabajos realizados por algunos
parapsicólogos.
No existe la
menor duda de que los seres humanos
nacemos con un cierto grado de Percepción Extrasensorial (PES). La existencia de una relación consciente entre
la capacidad de percibir por fuera de los sentidos no se produce fácilmente. La
mayoría de los humanos pasan por la vida
sin percatarse de que tienen la capacidad natural de advertir fenómenos
mas allá de la actuación habitual en las interacciones con las demás
personas. En una distribución “normal”
se esperaría que el 80% de las persona no van más allá de levantarse y
acostarse con o sin percepción extrasensorial. Hay un 15% que siente algo que les pasa diferente, pero no le dan
importancia. Algunas tienen conciencia
de la PES en su existencia. Son
capaces de sentir, vivir y experimentarla. Los afortunados conscientes de su
percepción marcan el grupo del 5% de la distribución.
A los parapsicólogos
les encanta la historia por fuera de las ciencias positivas. Se lanzan al vacío de lo inexistente, de los fantasmas que andan por todas partes y los espíritus invisibles que vegetan en el espacio. La verdad no existe nada más real que los muertos. Los seres humanos tenemos muertos en nuestras
familias, están allí y son nuestros ancestros. Las sociedades mantienen relaciones con ellos, se habla como
una manera de conservar una conexión espiritual con los orígenes. No hay nada
más vivo en la memoria de la gente que un muerto: La casa de los fantasmas, la pila
del muerto, las minas abandonadas, sitios de masacres o catástrofes con historias de fantasmas, el camino del
ahorcado. En Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia y Argentina los accidentes vehiculares
se marcan con cruces en cemento o madera
al borde las carreteras. Algunas
personas dicen que ven y han tenido
contacto con fantasmas. Es la fantasía en la cabeza de soñadores, visionarios, creyentes de todos los santos y mártires que viven
en los recuerdos.
En Méjico se
rinde un culto precioso y una nutrida
celebración en los cementerios en el día de las muertos. En USA los cementerios son jardines adornados
con objetos alusivos a la vida del
difunto y lápidas con mensajes sentidos.
Hace algunos años, realicé una visita al cementerio de Nicoya en Costa Rica. Dediqué
toda una tarde a leer los epitafios de las lápidas. Son los vivos hablándoles a los muertos. En el continente Europeo, le rinden un gran tributo a los difuntos. En
Londres, Madrid y Paris existen hermosos mausoleos con “mensajes” para que los vivos los recuerden.
En las aldeas en el Congo africano
próximo a las viviendas se encuentran cementerios con
pequeñas tumbas y estatuillas que
personifican algo de la vida de quien dejó de existir. En el bajo Congo
entre los kikongo y los de la región de
Bandundu, se tiene la creencia de que la
vida de los muertos está asociada a las circunstancias próximas a
la defunción: el endoqui, alguien en la comunidad “se lo comió”. También entre los hindúes, los
chinos, los japoneses conocedores de los pensamientos filosóficos de Buda, Confucio,
Lao Tsé, existen pensamientos y enseñanzas
para el comportamiento de los vivos pero también para el recuerdo de los
muertos.
La muerte es una constante en la existencia humana. Los seres sobre la tierra son mortales, y los fallecidos
son recordados por los vivos.
En algunas partes los despojos mortales son enterrados, en otras cremados, o
puesto sobre hogueras para que el fuego transporte su espíritu.
Los únicos seres que
parecen inmortales son los extraterrestres siempre han existido. Al parecer son
los mismos que enseñaron a los egipcios a enterrar a sus faraones y a construir pirámides orientadas haca el infinito. No se conoce en donde viven y, algunos aseguran haber observado sus naves
u ovnis “UFOS” pero no se
conoce su idioma o formas de vivir.
Según la religión
católica, con Adán y Eva brotó la
civilización universal. Dios permitió la presencia única y fantástica de su hijo Jesús. Con sólo 33 años de vida logró que sus ideas trascendieran escritas en 73 libros sagrados de uno de libros más conocido en el mundo, la
Biblia. En todas las religiones y
filosofías han existido libros maravillosos que marcan la vida de los seres
humanos: el Corán para los musulmanes, el Bhagavadad Gita. Los libros sagrados del hinduismo, el libro de
los muertos de los egipcios, los Upanishads y los Yuga Sutra, las Analetas de
Confucio, la Torá de los judíos, y el
Dáo Dé Gin texto clásico chino de
Lao-Tsé que muestra el camino, la virtud y el poder.
Uno de los
fenómenos extrasensoriales más recurrente en mi vida ha sido la aparición en la
mitad de la noche de una sombra de mujer que se aproxima y trata de decirme
algo. Una comunicación lejana que no escucho
y no me asusta. Pese a los
esfuerzos que hacía para que la
comunicación se diera de una manera materializable no sucedió, en medio de los sueños la aparición
se desvanecía. La visualización de los espíritus es una fantasía que adorna la
locura de los buscadores de fantasmas, y de los que quieren tener contacto con
el más allá. La veracidad no importa, la ciencia positiva es muy lejana a la ocurrencia
de estos fenómenos. En la ciencia
positiva no existen, y no hay evidencias
para demostrarlo. Pero esto a los parapsicólogos
no les importa.
En alguna ocasión
de admirador de parámetros parapsicológicos pasé a la fantasía de jugar a ser de un planeta llamado “Electra”. Había llegado a la tierra en una nave extraterrestre.
Los besos no existían el amor se hacía
simplemente con un dedo presionado sobre el cuerpo de la persona del otro género. Era un juego y nada más, pero servía para
entretener a los niños en los frecuentes
viajes que hacía con mi familia a Cartagena, San Andrés y la Guajira.
Salía a caminar por la mañana por la
playa con la idea de encontrar alguna señal enviada desde Electra, siempre
resultaba ser una moneda o algo de cualquier valor. Era evidente que a otros se
les perdían las monedas y los buscadores, las encontrábamos.
Existen experimentos
muy rápidos que dan una idea de cómo se comporta nuestra mente frente a la
ocurrencia de una actividad. Una de las maneras
más sencillas es con el método de
lectura de cartas de una baraja, de
números marcados en una tarjeta, o en figuras determinadas que se asocian con
la vida o las actividades de una persona. Se puede empezar con la identificación
de dos figuras iniciales, podría ser un
corazón y el rey de bastos, por ejemplo. Se identifican al azar
con la intención de demostrar la participación
porcentual en una distribución de
cada participante. En diez veces o más las probabilidades normales podrían acercarse a un “promedio o una mediana”. Con dos cartas es muy lejos la medición de
PES, sin embargo en la medida en que se repite el experimento con un número mayor de tarjetas las
probabilidades de éxito o fracaso permiten determinar que tan cerca o lejos se
en encuentra el actor de niveles de aceptación. En una distribución de tarjetas las
probabilidades están marcadas cuando una
persona tiene un resultado muy por encima del 75%, para concluir que posee
un grado de percepción importante. Este
es un juego al azar que se hace en los salones de entretención. Se puede realizar
el experimento con la intervención de varios
actores, distancias, y maneras de obstaculizar para el que fenómeno de
comunicación ocurra.
El fenómeno más
conocido por todos es la comunicación telepática. A varios nos debe haber pasado que suena una
llamada, y es de la persona en quien
estábamos pensando. Ocurre con frecuencia por el desarrollo de la actividad socio psicológica del día. La
comunicación telepática ha tenido mucho desarrollo
desde las épocas de la segunda guerra mundial cuando se realizaron experimentos
militares para este tipo de comunicación
superando estadísticamente “lo normal”. Se concluyó que la comunicación telepática existe. Hay otras
formas de comunicación más avanzadas que
se mueven en el mundo de la “tele
plastia” en donde además de la
nominación en si misma ocurre un
fenómeno de movilidad espacial de cosas materiales o de la imaginación. ¡Estaba
pensando en eso y se movió!, ¿la viste?.
Es un pensamiento en el aire pero se hizo realidad por el viento, la luz, las sombras, los
colores, los olores, y muchas posibilidades que nos dejan fuera del contexto de lo normal. La
telepatía y la tele plástica pueden estar correlacionadas para apoyarse
mutuamente. Hay que tener la mente abierta y dejar que las cosas ocurran.
La psicoquinesis tiene relación con el
movimiento de objetos, imágenes, o movimientos imaginarios que ocurren en el
plano de la realidad. Intenciones fuertes de un poseedor manifiesto de tener
poderes especiales para producir cambios visibles o imaginarios. Moisés tenía
poderes extraordinarios que utilizó para dividir las aguas del mar mientras los
hebreos cruzaban por un pasillo seco
cuando eran perseguidos por los
ejércitos del faraón en su huida de
Egipto. Episodios bíblicos de Psicoquinesis son notables en el Antiguo
testamento. Mover personas con el poder mental de un parapsicólogo, objetos
materiales quietos inducidos por alguna
fuerza desconocida, sostenerse en el aire, volar, y subir al cielo en cuerpo y
alma son fenómenos psicoquineticos.
En el mismo orden
de ideas existen los fenómenos de precognición (profecías) y la clarividencia (Apocalípticos o de
manifestación). El clásico ejemplo “Las
Profecías de Nostradamus” conocidas en
el mundo entero y presentadas en el año
de 1555. Supuestamente predicen el futuro en 942 cuartetos poéticos. Astrónomo,
alquimista, médico, filósofo y matemático. Analizar y tratar de inferir los
supuestos teóricos del gran pensador para entresacar sus mensajes que
aparentemente se han cumplido o van ocurrir. Sus profecías se deben mirar con
prudencia, realizar inferencias a la luz de grandes conocimientos históricos,
geográficos, hábitos y costumbres de los pobladores en muchos lugares del
mundo, conocimientos de astronomía, física, y matemáticas, que tienen que adornar a los investigadores
pues no son fáciles de leer o de interpretar. Tienen un marco definido por
Nostradamus de “centurias” repartidas en unos diez separatas con un cierto hilo
conductor en un enfoque “hermético” con profundidad alcanzable para pocos
lectores. Las interpretaciones señalan grandes acontecimientos con probabilidades de ocurrencia que surgen de las relaciones en sus vivencias con un Dios que
en sueños le transmite en forma
interpretativa y poética lo que va
ocurrir, o de inferencias y cálculos matemáticos deductivos de su conocimiento.
Hay muchas
intervenciones de visionarios, conocedores de las profecías de Nostradamus que
sostienen el cumplimiento de observaciones y de hipótesis referenciadas en la
vida conocida de los últimos años que si se han cumplido como la caída del
Fascismo, la Guerra del golfo pérsico, la construcción y el vuelo de los
aviones, la aparición en el tiempo del telégrafo, la electricidad, “el triunfo
de la gran verdad”, la existencia de grandes catástrofes, períodos de hambrunas, y la presencia del cambio
climático que está confrontando a los países en este momento. La guerra en
Ucrania, una posible guerra mundial, desbarajuste de la unidad de las naciones
(Naciones Unidas), un papa negro, y el posible viaje a Marte que próximamente
se realizará.
Algunas referencias
tomadas de internet muestran la intensidad de Nostradamus en la construcción de
sus cuartetos poéticos y el abismo hipotético para abrir la mente. Algunos
ejemplos (Biblioteca.org.ar):
Y luego, otra vez, las guerras que vendrán a turbar el equilibrio de
Europa tan difícilmente conseguido y tan precariamente consolidado. Por otra
parte, el Oriente de Europa habrá́ conocido, durante aquellos mismos años, una convulsión
apocalíptica:
Al gran Imperio llegará
otro muy distinto
Bondad distante más de
felicidad:
Regido por uno salido no lejos de la plebe,
Corromper reinos gran
infelicidad.
(CENTURIA VI, CUARTETA
LXVII)
Es asimismo muy importante
el anuncio en la cuarteta ochenta y nueve de la II Centuria, de dos personajes destinados
a gobernar Europa totalitariamente. La transcribimos para nuestros lectores:
Un día se repartirán el mundo los dos grandes maestros,
Su gran poder se verá
aumentado:
La tierra nueva estará́ en sus poderosas, manos, Los días del sanguinario están
contados.
Cuando el animal al hombre domestico,
Despues de grandes penas y saltos venga a hablar, El rayo a virgen será tan maléfico,
De tierra tomado y suspendido en el aire. (CENTURIA III, CUARTETA XLIV)
También Roma, la ciudad
eterna, se incluye entre las ciudades que van a ser
destruidas. Leemos en la
cuarteta cien de la VI Centuria:
Hija de la Aurora, asilo
del malsano, Donde hasta el cielo se ve el anfiteatro: Prodigio visto, tu mal
está muy próximo, Serás cautiva y veces más de cuatro.
El gran Imperio será para Inglaterra,
El Pempotam de años más de trescientos, Grandes tropas pasarán por mar y
tierra,
Los Lusitanos no estarán de ello muy contentos.
La clarividencia es la habilidad de “ver”
el futuro con base en una manifestación o revelación contada como testimonio de una visión, un sueño con percepción a través de la conciencia. El vidente
presenta las cosas que vio sin ocultar nada, la escribe de la misma manera como
ocurrió. El último libro de La Sagrada
Biblia, el Apocalipsis es ejemplo del conocimiento de ver, describir,
mostrar eventos que van ocurrir en el futuro por una manifestación de Dios a
través de Jesucristo contada a su siervo Juan que da testimonio de lo que le manifestó un ángel enviado por Dios.
Yo, Juan , vuestro hermano y vuestro compañero en el
sufrimiento, en el reino y en la constancia, en Jesús, yo me encontraba en la isla de Patmos por haber predicado la
palabra de Dios y por haber dado testimonio de Jesus. Caí en éxtasis el
día del Señor y oí detrás de mi una voz
potente como de trompeta que decía:
«Lo que ves escríbelo en un libro y mándaselo a las siete
iglesias: a Éfeso, a Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Loadicea.» Me volví para ver quién me
hablaba; y al verle, caí a sus pies como muerto; pero él me tocó con su mano
derecha y me dijo: « No tengas miedo ; soy yo , el primero y el último, el
viviente; estuve muerto, pero ya estoy vivo por los siglos de los siglos; y
tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe lo que has visto, lo
presente y lo que sucederá en seguida ».
Existen los
adivinos, los lectores de la carta astral, algunos dicharacheros, charlatanes
que dan de comer al oído a personas que les fascina que les cuenten cosas
buenas. Todo se puede enlazar con eventos soñados con probabilidades de futuro.
Los videntes son “adivinos” que supuestamente conocen el futuro y son capaces
de trasmitir lo que ven a sus seguidores. En la vida corriente esto es parte de
las ciencias ocultas bien diligenciadas por personas que se hacen llamar
“médiums” con negocios para la comunicación con el más allá. Utilizan la bola
de cristal de los antiguos parapsicólogos, las cartas de la baraja española, la
comunicación directa con los ángeles o demonios y elementos mostrados de
hechicería y brujería, que ayudan a visualizar en objetos las conexiones con lo desconocido.
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