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martes, 11 de febrero de 2025

Alquimia y la piedra filosofal

 


                                                                Jesús Rico Velasco

     Muchos años después de la publicación por primera vez en 1967 de Cien años de soledad, leí desprevenidamente la novela como entretenimiento, no alcancé a apreciar entonces que estaba leyendo una obra de arte. Fueron necesarias varias lecturas juiciosas cada vez más entretenidas  e investigativas para  comprender el sentido de la obra, la realidad mágica de un país que se trasforma y desborda en violencia  en el diario vivir, en el  ir y venir de la historia.

 De la imaginación de un alquimista  surge la idea de encontrar un elemento material, una sustancia  producida a la vista como una  realidad,  capaz de transmutar  cualquier metal en oro y plata a través del uso de  sustancias  como el mercurio, el azufre y la sal. Ese polvo milagroso  denominado piedra filosofal tiene   un efecto purificador  capaz de prolongar la existencia sobre la tierra como lo vivieron los primeros patriarcas del Genesis cuando Dios  inspiró la inmortalidad en Adán y Eva en el paraíso terrenal    y se perdió para la humanidad con el pecado  al ser expulsados del paraíso para trabajar, vivir y morir. La piedra filosofal tiene en su construcción una capacidad de alargar la vida  hasta un  limite determinado por el creador. También   tiene la capacidad curativa para alejar los dolores y las penas corporales y mantener un espíritu creativo. Transmutación de minerales en oro y plata, longevidad, y capacidad curativa son las ganancias de la posesión de esos principios  de la Alquimia soñados y perseguidos por muchos pensadores durante siglos en el pasado y todavía  por algunos  en la física cuántica, la química, la filosofía, la  literatura , las  artes, y las ciencias sociales.

 Los desafíos de la ficción como los presentó Juan Rulfo en su insuperable novela Pedro Páramo fueron componentes  para empujar la creatividad  de mentes prodigiosas como la de García Márquez que los supero con su arte y gloria de Cien años de soledad, una riqueza caribeña   literaria que nos dejó para la eternidad. El realismo mágico de cien años de soledad se mueve al cine de Netflix con los primeros 8 capítulos  logrados magistralmente en el plano visual del cine bidimensional. Es una experiencia  extraordinaria y mágica  visualizar la obra del gran maestro en el cine .  De la misma manera Netflix nos regala Pedro Páramo en  un solo capítulo con una película magistral y algo de la vida de Rulfo en un documental muy explícito del desarrollo de su capacidad creativa.

 En la novela de Cien años de Soledad se hace relación a los sabios  alquimistas de Macedonia  cuyos orígenes  se remontan  a las épocas de la edad media y es Melquiades el personaje encagado de introducir y seducir a José Acadio Buendia con estos sortilegios.   La alquimia era una   práctica proto científica y filosófica en la cual se pretendía encontrar la piedra filosofal  para  convertir los metales en  oro.   El creador  material  envuelve su espíritu en el experimento y se convierte en el poseedor de un don  que le trasmite la capacidad creadora para expandir sus años de vida sobre la tierra y  cualidades  especiales para salirse del plano de la realidad, abrir la mente y expandir la sabiduría y de pronto adquirir la invisibilidad ante  los ojos de los demás.

 < Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarles  el anima>,  decía Melquíades un gitano corpulento que “hizo una truculenta demostración publica de lo que él mismo llamaba la octava maravilla  de los sabios alquimistas  de Macedonia”.

 Primero llevaron el imán. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aún los objetos perdidos desde hacia mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado y se arrastraban  en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.

 La alquimia se relaciona con la química  y sus orígenes se remontan a muchos años antes de nuestra era  con presencia en la India, China y Japón. Más aun se piensa que algunos de los profetas del antiguo testamento podrían considerarse como  alquimista al producir transformaciones que para muchos fueron consideradas como “milagros”. Alquimistas legendarios se mencionan a Hermes Trimegisto, Nicolas Flanel, Zósimo  de Panápolis, María la Judía, algunos sabios árabes   entre los cuales se menciona a Jabir Ibn Hayyan (“Geber”) considerado como  el padre de la Alquimia en el siglo XIV.  Pensadores en la Europa medieval fueron alquimistas como Newton, Paracelso, filósofos, escritores, en una lista enorme.

  En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Ámsterdam. < La ciencia ha eliminado las distancias >, pregonaba Melquíades. < Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.>

 Los primeros judíos en llegar a Ámsterdam lo hicieron a mitad del siglo XVI en su gran mayoría provenientes de España y Portugal como resultado de la persecución religiosa: estos fueron los judíos sefardíes. Introdujeron nuevos elementos en el mundo comercial y empresarial en la ciudad, las comunicaciones con el mundo exterior a través del intercambio marítimo, mercancías diversas como el catalejo, el telescopio, diversas clases de lentes, productos nuevos y mercancías diversas en el mercado como el azúcar. Una ciudad libre de persecución religiosa, abierta a la llegada de migrantes provenientes de otras regiones de Europa fuertemente perseguidas por sus orígenes religiosos. Ámsterdam era el centro de una ciudad libre para la época  concentraba  muchos judíos  que huían de la persecución  entre quienes se podría mencionar a un pensador especial Baruch Spinoza (1632-1677) de herencia cultural hispano portuguesa descendiente de perseguidos y exiliados con una trayectoria profesional dedicada a “pulir lentes”, y como filósofo un pensador fuera de serie en  el estudio racional e histórico de la Biblia, la ampliación y uso del pensamiento cartesiano, y la aplicación de la física y las matemáticas al pensar reflexivo que se consolida durante su época. Su concepción metafísica descansa en las nociones de Dios o la Naturaleza (“Deus sive Natura”) una misma y única realidad. Fue un pensador heterodoxo y un revolucionario social.

 Le devolvió los doblones  a cambio de la lupa, y le dejó además  unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegación. De su puño y letra escribió una apretada síntesis de los estudios del monje  Hermann, que dejo a su disposición para que pudiera servirse del astrolabio, la brújula y el sextante. 

 El monje Hermann von Reichenau era de origen alemán compositor de música, estudioso de la astronomía, la geometría y la medicina. Tenía dificultades de movilidad y utilizaba una silla de ruedas  por lo que le conoce como el “contra hecho”. Pasó casi toda su vida en el convento de los Benedictinos en la isla de Reicheneau en el lago Konstanz. Sus “estudios” mostraban la utilización de instrumentos para la navegación.

 El astrolabio permitía determinar la hora y la latitud en alta mar en relación con la posición del sol. Su origen se  atribuye a los babilónicos y muy particularmente se menciona a Hiparco de Nicea como su inventor, pero realmente se perfeccionó durante la edad media. La brújula  es una aguja imantada que señala siempre al norte muy posiblemente creada en China en el siglo II para la ubicación en el mar y determinar la posición de un barco. El sextante es un instrumento que mide la separación angular entre dos objetos o puntos por ejemplo geográficos, o de astros y su relación  con el sol y posición en el horizonte. Mide o determina la latitud en que se encuentra un observador en relación al sol y la hora del día. Inventado en la edad media  por John Bird para medir la latitud.

  Para esa época, Melquíades había envejecido con una rapidez asombrosa. En sus primeros viajes parecía tener la misma edad de José Arcadio Buendía. Pero mientras éste conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar  un caballo agarrándolo por las orejas, el gitano parecía estragado por una dolencia tenaz… Era un fugitivo de cuantas plagas  y catástrofes  habían flagelado  al genero humano. Sobrevivió a la pelagra en Persia, el escorbuto en el archipiélago de Malasia, a la lepra en Alejandría, al beriberi en el Japón, a la peste bubónica en Madagascar, al terremoto de Sicilia y un naufragio multitudinario en el estrecho de Magallanes.  

 En este caso la palabra “estragado” funciona como adjetivo sin perder su naturaleza verbal. Hace referencia a un pésimo estado físico y moral con referencia a la presencia de pasadas enfermedades y dolencias ocurridas  al gitano Melquíades que decía poseer las claves de Nostradamus.

 Las profecías de Nostradamus ampliamente divulgadas y conocidas fueron escritas en la segunda mitad del Siglo XVI en cuartetos de cuatro versos que anuncian los sucesos del futuro especialmente en Francia y en Europa. Las “claves” de cómo poseer el poder y el conocimiento de las profecías era un verdadero prodigio que solo poseía el gitano corpulento, montaraz y manos de gorrión Melquíades. Michel de Nostradamus (1503-1566)  era un astrólogo, médico y clarividente que utilizó una metodología propia para predecir el futuro utilizando sus  conocimientos de la historia, las narraciones bíblicas, sus conocimientos sobre las crónicas medievales, y muchas fuentes que brotaban de los saberes populares, la filosofía, la astronomía, la física y las matemáticas. Las profecías de Nostradamus supuestamente predicen el futuro en 942 cuartetos poéticos separados en diez centurias con un hilo  conductor de enfoque hermético con mucha profundidad comprensible para pocos estudiosos. Las interpretaciones señalan grandes acontecimientos que pueden ocurrir con un cierto margen de probabilidades sobre el futuro del mundo.

 Úrsula, en cambio, conservó un mal recuerdo de aquella visita, porque entró al cuarto en el momento en que Melquíades rompió por distracción un frasco de bicloruro de mercurio.

-       Es el olor del demonio- dijo ella.

-       En absoluto- corrigió Melquiades-. Está comprobado que el demonio tiene propiedades sulfúricas, y esto no es más que un poco de solimán.

Siempre didáctico, hizo una sabia exposición sobre las virtudes diabólicas del cinabrio. 

   El compuesto producido por el cloro y el mercurio es un producto muy toxico y peligroso que puede producir por ingestión pequeña diarrea y malestar general. El solimán es un compuesto a base de mercurio venenoso y corrosivo que también se usa en la preparación de cosméticos. El cinabrio es el sulfuro de mercurio que genera un fuerte olor “demoniaco”.

 El rudimentario laboratorio – sin contar una profusión de cazuelas, embudos, retortas, filtros y coladores –  estaba compuesto por un atanor primitivo; una probeta de cristal de cuello largo y angosto, imitación del huevo filosófico y un destilador construido por los propios gitanos según las descripciones modernas del alambique de tres brazos de María la judía.

 En la alquimia se usaba un hornillo de atanor para transmitir el calor en los procesos conservando uniforme la temperatura. Cada alquimista construía su propio atanor de acuerdo con sus necesidades. El alambique de tres brazos para la destilación de líquidos se construía en  arcilla y posteriormente se elaboraron  en cobre  siguiendo las indicaciones del conocido alambique de María la judía quien fue una alquimista que vivió en Alejandría y fue posiblemente la primera mujer alquimista  entre el siglo I y  III de nuestra era.

 Melquíades dejo muestras de los siete metales  correspondientes  a los siete  planetas, las fórmulas de Moisés y Zósimo para el doblado del oro, y una serie de apuntes y dibujos sobre los procesos del Gran Magisterio, que permitiera  a quien supiera interpretarlos intentar la fabricación de la piedra filosofal.  

 El huevo filosofal era un recipiente utilizado por los alquimistas una especie de crisol hecho a mano en material refractario, o un  mortero tallado en piedra fina, algunos de caliza fuerte o producido en alfarería que recibía las sustancias iniciales como el mercurio, el azufre, la sal, y otros elementos  químicos sacados de la imaginación  para producir un polvo que sugerían el espíritu, el alma  y el cuerpo del alquimista  para trasmutar en oro. Las fórmulas de Moisés y Zósimo para el doblado del oro son imaginarias porque ningún alquimista ha logrado la trasmutación  de la piedra filosofal en oro. Hace miles de años el hombre descubrió que muchas de las sustancias disponibles en el mundo  eran metales que podían ser utilizadas para producir objetos. Siete eran los metales conocidos en la era antigua: oro, plata, plomo, lata, hierro, cobre y mercurio. Con la piedra filosofal de los alquimistas no se ha logrado  trasmutar el oro, pero se  desarrollaron muchos procesos químicos que le dieron origen a la química como ciencia. El gran magisterio era un órgano convocado y presidido por el cardenal “gran maestre” para prestarle  asistencia y colaboración en el gobierno de la orden que se remonta al año 1048 en la edad media cuando florecieron y se expandieron varias organizaciones religiosas.

 Cuando volvieron los gitanos… el pregonero anunciaba la exhibición  del más fabuloso hallazgo de los nasciancenos. De modo que todo el mundo se fue a la carpa, y mediante el pago de un centavo vieron un Melquiades juvenil, repuesto, desarrugado, con una dentadura nueva y radiante. Quienes recordaban sus encías destruidas por el escorbuto, sus mejillas flácidas y sus labios marchitos, se estremecieron de pavor ante aquella prueba terminante de los poderes sobrenaturales del gitano. El pavor se convirtió en pánico cuando Melquíades se sacó los dientes, intactos, engastados en las encías, y se los mostró al publico  por un instante – un instante fugaz  en que volvió a ser el mismo hombre decrépito de los años anteriores – y se los puso otra vez  y sonrió de nuevo con un dominio pleno de su juventud restaurada.

 Nacianzo era una pequeña ciudad sede episcopal en algún lugar de Turquía en las regiones de Capadocia. El Nobel incluye a los nasciancenos en relación con el invento de la dentadura postiza  que mostró Melquíades en la carpa de los gitanos en uno de sus viajes a Macondo. No hay mucha información enciclopédica sobre la existencia del pueblo más allá de su aparición en la novela.

 El recorrido  de este discurso sobre la alquimia en el primer capítulo de  cien años de soledad el Nobel lo cierra con un resumen de los descubrimientos de los sabios de Memphis  que llevaron a Macondo:

 … con sus loros pintados de todos los colores que recitaban romanzas italianas, y la gallina que ponía un centenar de huevos de oro al son de la pandereta, y el mono amaestrado que adivinaba el pensamiento, y la maquina múltiple que servía  al mismo tiempo para pegar botones y bajar la fiebre, y el aparato para olvidar los malos recuerdos, y el emplasto para perder el tiempo, y un millar de invenciones, tan ingeniosas e insólitas, que José Arcadio Buendía hubiera querido inventar la máquina de la memoria para poder acordarse de todas… A los niños no les interesó la noticia. Estaban obstinados en que su padre los llevara a conocer  la portentosa novedad de los sabios de Memphis, anunciada a la la entrada de una tienda que, según decían, perteneció al rey Salomón… Dentro solo había un enorme bloque trasparente, con infinitas agujas  internas en las cuales se despedazaba en estrellas de colores la claridad del crepúsculo… José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar:

      Es el diamante más grande del mundo.

      No – corrigió el gitano–. Es hielo.

José Arcadio exclamó: – Este es el gran invento de nuestro tiempo.

 El hielo del latín “gelum” es agua en estado sólido que se encuentra en la naturaleza cuando su punto de fusión a sobrepasado los cero grados centígrados. El agua se expande cuando se congela, es por eso que el hielo ocupa más espacio que la misma cantidad congelada. Su historia es larga y se remonta a tiempos de la antigüedad por sus usos en China como un elemento para preservación de alimentos, en el  antiguo Egipto, en la India, en la sociedad Persa, los griegos y los romanos  alrededor de  500 a.c  El hielo industrializado surge en el siglo XVII en los Estados Unidos con la refrigeración y el desarrollo comercial del hielo introducido por Frederick Tudor  en 1830, el uso de la refrigeración y el aire acondicionado en la práctica médica  por el Dr. John Gorrie  en 1847, y Alexander Twining que comercializó la idea de introducir el hielo empacado en bolsas de plástico  como un producto indispensable  en la canasta alimentaria  de los americanos en 1938.

 Memphis fue la primera capital   del antiguo Egipto situada a 9 millas del sur del Cairo. Se dice que fue fundada por Menes el primer rey de Egipto. Bajo la arena ha desaparecio por completo. Cerca de lo que fue el pueblo se encuentra  una estatua colosal del rey Ramsés El Grande muy visitada por los turistas. Su existencia como ciudad de las pirámides   se menciona en la Biblia en los libros profeticos de Oseas, Isaías, Jeremias, y Ezequiel. Fue un centro protagonico de la cultura egipcia con dioses como Isis, Osiris,Seth, y Horos. Era el centro de los artesanos y el refugio de las “personas buenas” dirigidos por Ptha el dios creador. Las ruinas de Memphis quedaron en el olvido y su realidad desapareció para siempre.  

 Los sabios de Memphis también  puede ser una referencia   al rito antiguo y primitivo de Menfis-Mizraim masónico  del rosacruz promovido por el general Giuseppe Garibaldi que en 1881 se convirtió en el primer Gran Maestre internacional del Rito. En los Estados Unidos y Reino Unido la unificación estuvo cargo de John Yarker. Otros famosos integrantes del Rito fueron Winston Churchill, Clement Attlee, Theodor Reuss, Gerard Encause Paus, Constan Chevillon, Robert Ambelain, y Gerald Koppel. (“Internet”).

 De algún lugar oscuro de la memoria surge en la mente “Memphis ciudad de Tennessee en USA”  en donde el 4 de abril de 1968 el reverendo Martin Luther Kng Jr. se hospedó en el motel Lorraine y en su balcón desde algún lugar ubicado en las puertas del infierno fue  asesinado por un francotirador después de dar un discurso que decía,

 <He estado en la cima de la montaña, en el templo Masón>

 Memphis, americana, fue una ciudad famosa por la música afroamericana que incluía el gospel, blues, jazz y soul.  Fue también el centro del Rock and Roll para recordar a Elvis Presley, Johny Cash, Jerry Lewis, Carl Parkins, Roy Orbinson entre algunos. Allí Tennesse William escribió su primero obra de tetro : “Cairo, Shangay, Bombay”. A la hora de la verdad hay una Alquimia que se respira en la musica, en el arte , en la literatura, que encierra las transformaciones del alma. Es la búsqueda atemporal del hombre por el oro, alcanzar la vida eterna, la comunión con los ángeles en la tierra, y  el logro humanista del conocimiento infinito. Es la búsqueda  para encontrar la fusión entre el alma, la mente y el cuerpo y producir una persona buena, justa, amorosa y armonica con Dios y la naturaleza.

 

 

 

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