Clemencia Gómez
Emily
Dickinson poeta estadounidense del siglo XIX, apasionada, sigilosa menuda y
ágil, se movió entre lo cotidiano, auscultando la universalidad de lo doméstico.
Alcanzó la plenitud poética en el silencio, el aislamiento y el encierro. La
habitación fue el lugar por ella escogido para la inspiración, expresando de
manera irónica, crítica y reflexiva, su visión del amor, la trascendencia y la
muerte.
“Era yo la más leve de la Casa Me
quedé con el Cuarto más pequeño Por la noche, mi Lámpara, el Libro–Y un Geranio”
…
Irónicamente
se ve como la más pequeña de su casa, tanto en tamaño físico como en importancia.
Escoge la noche como la hora del día de mayor inspiración y lectura, teniendo
en cuenta el trabajo doméstico de las mujeres de la época, la flor simboliza la
sencillez y austeridad que la caracterizaron.
"Naturaleza no es lo que vemos, la
montaña, el poniente, la ardilla, el eclipse, el abejorro, no, naturaleza
es el cielo,
naturaleza es lo que oímos, el bobolink,
el mar, el trueno, el grillo, no, naturaleza es la armonía, naturaleza es
lo que sabemos, no tenemos arte para decirlo, tan
impotente es nuestra sabiduría para tanta simplicidad."
El
entorno natural de la casa en la que vivió con sus padres, facilitó su
interacción con pájaros, abejas, mariposas y variados insectos, quienes le
permitieron construir la fantasía mítica, la casa embrujada, como ella denominó
a la naturaleza “a haunted house”. La naturaleza es armonía, es el todo, es el
cielo, el reflejo de la expresión divina. Manifiesta su profunda convicción
religiosa.
“Y les oí después alzar la caja Y su
chirrido atravesó mi alma con sus botas de plomo, nuevamente, Luego el Espacio
– comenzó a doblar” …
La
impotencia ante la muerte, la acechó de manera recurrente, como lo expresa en
las estrofas del anterior poema. El delirio y la perturbación mental, marcados
por la individualidad, el aislamiento y la dificultad para establecer
relaciones con un entorno social, que no lo toma como propio. El espacio representa
la iglesia como un gran universo y unas campanas, legendario instrumento
religioso símbolo de poder, del llamado divino.
"El reticente
volcán guarda/ Su plan que nunca duerme-/ Sus proyectos rosados no confía/ A
hombre precario alguno. / (...)/ ¿No puede la naturaleza humana! sobrevivir sin
un oyente?"
Nuevamente
Emily, acude a elementos de la naturaleza, para expresar lo que lleva por
dentro, la materia, la lava caliente, que brota por erupción, en forma poética,
a lo largo de su existencia. A hombres poco seguros no confía lo escrito. Rechazó las sugerencias de cambio planteadas
por el editor Higginson, las que calificó de
paternales, al no comprender su estilo, por ser diferente a los esquemas de
escritura, del momento. Emily comparó su obra con la naturaleza, independiente,
soberana, y auténtica. Logró sobrevivir como ella.
“Contigo en el desierto, contigo en la angustia de la sed,
contigo entre los tamarindos, el leopardo vive al fin".
Una
vida interior rica en fantasías, le permitieron vivir bajo sus propios
principios y rigores. El leopardo es un felino solitario que no persigue a su
presa, la ataca cuando está sola. El felino representa el mundo interior que construyó
para expresar sus sentimientos de amor, por medio de la fantasía poética.
“Yo no soy Nadie! ¿Quién eres tú?
¿Eres – Nadie – También? ¿Ya somos dos entonces? ¡Ni una palabra! ¡Lo
pregonarían, ya sabes”
Satiriza las pretensiones
de los personajes públicos, reconoce que ella misma no es nadie, acepta su
anonimato, aún en las pocas publicaciones que realizó.
Es la mucha Locura la mayor Sensatez
Para el ojo sagaz La mucha Sensatez- la absoluta Locura – La Mayoría En esto,
como en Todo, prevalece Asiente – y serás cuerdo Objeta – y serás peligroso de
inmediato Y encadenado
Se trata de un
planteamiento filosófico profundo, la sutil distancia entre la locura y la
cordura, la sensatez y la insensatez., el hilo que separa la fantasía de la
realidad. Emily tomó como realidad la suya propia, no la impuesta por la
sociedad del momento. Lo que le valió las críticas de excéntrica y loca.
"¿Tendrás tiempo para ser el amigo que crees que yo
necesito? / No sufras. Mi cuerpo es pequeño. No invadirá tu mesa, ni como ratón
obtuso ocupará tu espacio".
Alimentó sus lazos
afectivos y de amistad, propuso relaciones de respeto y de no invasión al
espacio del otro, que no es otra cosa que el reflejo del respeto que exigía por
su propio espacio.
“¿Quiénes son ustedes? /
¿Por qué me vigilan o me espían durante/ el Día y parte de la noche? / ¿Qué
quieren de mí si yo no existo?”.
El aislamiento consciente en el que pasó gran parte de su
existencia, no tenía otro propósito que invisibilizarse ante los ojos
inquisidores de los demás. El color blanco de sus prendas de vestir, le
permitía lograr ese propósito, allí convergen los demás colores de la
naturaleza que la rodearon, con eso le bastó.
Suenan las campanas a misa y la gente que ama a Dios / espera
impaciente el momento de este encuentro / Pero tú no vayas con ellos. / Ven
conmigo esta mañana. / Entra conmigo en la iglesia de nuestro corazón interno/
donde las campanas siempre tocan (y un cura llamado Amor rogará por nuestros
cuerpos para siempre). Misiva escrita a su cuñada Susan.
La religiosidad le
permitió traspasar fronteras, el templo fue su propio corazón, se refirió a un
encuentro cercano con Susan su cuñada, a quien le dedicó buena parte de su
poesía, con la complicidad divina. Dios es todo el universo, Dios es la
naturaleza misma, no deben ir lejos para lograr su aprobación, las campanas son
su llamado y, el amor será su bendición.
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