Atalanta del Mar
A un amigo
Risas,
miradas, susurros, secretos: nuestro mundo.
Tardes
desoladas brillaron contigo,
mago de
la palabra alentadora,
chispa
viva que disipó las nubes.
Aventura
y gozo, nos reclamaban;
cómplices
compartimos tiempo eterno de no futuro.
No
develamos el misterio: nos subyugaba
Y aún
así… fuimos amigos.
El tiempo
marcó su sentencia: Nuevos soles, otras noches,
mareas y
lunas bañaron playas en incesante noria,
otros
rostros nos sonrieron.
Ahora el
viento trae de nuevo tus palabras,
que ingeniosas
y astutas me hablan de un mundo deshojado
y denuncias
la injusticia, el dolor y la soberbia del poder.
Ese
viento también, travieso y presuroso
deposita
en tu ventana sentimientos plasmados en poemas
y descubro
con ternura que
una
sonrisa, un ladrido, una casa,
perfilaron
mi mundo en tu recuerdo.
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