Jesús Rico Velasco
Una noche lluviosa con una niebla que descendía como una cortina oscura y pegajosa, un grupo de amiguitos jugábamos en el corredor de la finca en la Cumbre. De repente fuimos interrumpidos por una penumbra horrorosa. Inmóviles y mudos sentimos cómo unas manos avispadas nos buscaban a tientas intentando acercar nuestros cuerpos al suyo. «Cojámonos de las manos, les voy a mostrar una magia que he aprendido. Es muy sencilla, solo tengo que decir: ¡abracadabra, abracadabra, hágase la luz!». Y en el mismo instante en que terminó de decir, hágase la luz, llegó la energía. Nuestros gritos acompañados de saltos se escucharon por todas partes, la coincidencia fue tal que a partir de ese día le apodamos el Mago. Así lo conocen sus amigos, hermanos y familiares. Su abuelo materno de origen alemán le transmitió algunos rasgos genéticos distintivos de la región: altura de casi un metro ochenta, piel blanca medio colorada, pelo ensortijado castaño, ojos zarcos y frente amplia. Jovial en su trato con las personas, dinámico y atlético, amante de los animales, en especial perros y caballos de paso con con un alto valor en dinero. Sus jeans desteñidos, su camiseta ajada por el uso y sandalias de cuero envejecidas dejaban entrever su desapego del mundo material y frívolo.
Alrededor de la idea de que en realidad podía asumir los papeles de Mago fue creciendo su fama, al igual que la admiración y el reconocimiento de sus cualidades de liderazgo espiritual. Con una voz pausada y profunda y una mirada franca a los ojos, hilaba los pensamientos y sin mucha carreta iba directo al mensaje que quería trasmitir. Al hablarle escuchaba paciente sin interrumpir, permitía la expresión del otro con libertad.
De vez en cuando aparecían en La cumbre grupos indígenas provenientes de las regiones del norte y centro del Cauca para conversar y reconocerlo. Guámbianos, huitotos, paeces y nativos de varios grupos llegaban buscando al Mago. Uno de los líderes jóvenes se hizo muy amigo del Mago y se fue quedando a medio vivir en la finca. Trajo más amigos y formaron un grupo que participaban en la realización frecuente de ritos y ceremonias en unas carpas gigantes hechas con cueros de vaca. El Temazcal era un baño ritual que simboliza a la madre tierra o Pacha mama, entrar es volver al vientre materno. Para ese entonces, lo acompañaba una amiga “la flaca” vecina campesina joven de La cumbre lo ayudaba a comprar los alimentos para los perros y los bultos de pasto para los caballos. Tenía una persona encargada del cuidado y manejo de los caballos los entrenaba y montaba en una pista entablada construida a un lado de la cancha de futbol.
La fama es como la espuma, va creciendo sin darse cuenta. Sus seguidores lo empezaron a considerar como “taita” que entre los indígenas se refiere al que sabe “cantar” y es señalado como líder espiritual.
En la época rentaba un apartamento en el primer piso de la casa grande de la finca para pasar vacaciones con mi familia, el Mago me invitó a participar en una de las actividades especiales por mi formación como sociólogo. Debía vestir pantaloneta y una camiseta deportiva en un grupo de unas 20 personas para una ceremonia a la Pacha mama. Tres hombres viejos con barbas largas, canosas y cabezas calvas fumaban tabacos gruesos, de sus bocas salían soplos de humo en formas circulares que como hilos gruesos quedaban suspendidos en el aire . El olor del tabaco y el humo creaban una atmósfera sobrenatural, dejando un sabor especial en la garganta y una sensación de toque espiritual, trayendo a mi mente la canción de Bacilos “Tabaco y Chanel”.
El llamado a la tierra, a la Pacha mama en la imaginación es el centro del ritual. El Temazcal representa a la tierra, al universo, y personifica a la madre. Cantos sostenidos participativos acompañados de silbidos, tambores y el soplo de instrumentos de viento hechos de cachos de vaca emiten notas que se esparcen en el aire.
«Hay que arrodillarse y agachar la cabeza en señal de adoración a la Pacha Mama. Concéntrate en las palabras que invocan la fuerza vital de la tierra», me dice el mago mientras toma con fuerza mi brazo.
Sobre la tierra húmeda de La cumbre me hinqué de rodillas hasta besar y venerar a la tierra como el centro de la vida. Mi cuerpo entregado al ritual obedecía sin mayores contratiempos. Continué el rito e ingresé al Temazcal varias bancas con otros participantes en su mayoría jóvenes estaban organizadas alrededor. Me senté en la fila del fondo cerca de la puerta, sentía que el aire empezaba a sofocarme. Una hoguera en el centro con carbones encendidos hacía que el aire se calentara y llenara de humo. En unas totumas iban pasando de mano en mano una sustancia líquida de origen desconocido que todos iban sorbiendo hasta el final de la fila. Preocupado pregunté qué era y alguien contestó «Es agua con hojas de coca y algunas hierbas ancestrales medicinales ». Me tranquilicé pues había estado en Cuzco, Perú y el consumo de agua de coca es necesario, sabía que para resistir al mal de altura llamado “soroche” se toma agua de coca.
El Mago considerado el líder de la reunión situado en el centro, aspiraba un gran tabaco pasaba por el frente de cada participante, dejaba salir el humo a bocanadas sobre la cabeza y luego lo repartía por todo el cuerpo. En un acto de entrega y bendición de la tierra, un acto en donde se conjugan los elementos del agua de coca bebida, el humo del tabaco esparcido, el calor y sudor de los cuerpos alrededor de la hoguera con la guía espiritual del Mago para armar el cuadro de adoración a la madre tierra.
En una esquina el asistente del mago preparaba en un mortero una mezcla exótica: el mambe de coca. Un polvo producido con hojas de coca tostadas y mezcladas con las cenizas de hojas de Yarumo, árbol abundante en la región de clima medio de los Andes se siembra como sombra para la protección del arbusto cafetero. El asistente entregó a cada uno un montoncito de polvo verdoso, al introducirlo a la boca, se mastica y humedece con saliva formando una especie de bolita, en la mejilla se mezcla con cal y se le da vueltas en la boca ayudada con la lengua. Su sabor dulce y amargo, adormece la lengua y pinta los dientes de verde.
El mambeo para unos puede ser una actividad ceremonial o individual que facilita la orientación espiritual ayuda en la claridad del pensamiento, y bienestar físico. Los nativos utilizaban el mambeo para soportar las largas jornadas de trabajo sin cansarse y con poca alimentación. Debo ser franco mi experiencia no pudo ser concluida debí salir del Temazcal entre ahogos y resuellos, mi condición de hipertenso justificó la huida.
Durante algunos fines de semana tarde en las noches escuchaba a personas en los jardines cercanos a la casa vomitando, con quejidos de dolor causados por el Yagé o ayahuasca también conocido por los indígenas del Putumayo como el “bejuco del alma”. Es un purgante de un contenido desconocido para mí. Resultaba sorprendente cómo personas, en especial extranjeros y jóvenes, llegaban en busca de vivir la experiencia del yagé. Los efectos en cada individuo se asocian a estados particulares emocionales, físicos y espirituales. El uso del purgante en manos inexpertas puede ser letal. Por fortuna, en los tiempos de su utilización en las ceremonias de La Cumbre no se conoció ningún incidente fatal. Las noticias de consecuencias tenebrosas en algunos jóvenes que murieron por la ingestión del Yagé se propagó, alertando y haciendo descender su uso indiscriminado. El Yagé nació en las entrañas de la selva del Amazonas como lo recuerda Schultes, biólogo estadounidense, en sus trabajos sobre las comunidades indígenas en el Putumayo al analizar los efectos de las plantas (The healingh Forest 1990).
El consumo de la marihuana también es muy común en los rituales y ceremonias.
En un viaje que hicimos con mi esposa e hija al hermoso río de los siete colores Caño Cristales en el hotel vendían maticas de marihuana a cinco mil pesos. Nos trajimos una envuelta en una bolsa de papel y la sembramos en el jardín de la casa de La Cumbre. La vimos crecer y convertirse en una hermosa planta de más de dos metros de altura con bellas y verdes flores o cogollos. Por desconocimiento y un poco de miedo por el señalamiento de vecinos envidiosos, la vimos crecer y morir sin cumplir su misión. La mata se pudrió antes de satisfacer nuestra curiosidad. La marihuana pasó de ser una droga de uso personal a convertirse en un medicamento de utilidad en muchas enfermedades para reducir el dolor y el manejo del insomnio, entre otros.
En Colombia, se puede portar hasta 20 gramos de la yerba y tener una siembra personal de hasta 20 matas de auto cultivo para consumo personal. Su presentación y consumo es variado desde la forma liquida, especialmente en aceites hasta mezclada en preparaciones para galletas, brownie o en forma natural. Es posible.
que su uso medicinal oriente su consumo abierto en el mercado en un futuro cercano, pero por ahora hay que seguir con el porrito en la casa, o a escondidas en los bares, cantinas, parques lejos de las autoridades que tienen el derecho a señalarte y perseguirte.
Después de varios años, sucesos familiares hicieron que la vida del Mago se transformara de manera drástica. Ahora el Mago me invitaba junto con mi familia a una ceremonia para pedir por la salud de uno de sus familiares durante un fin de semana. A la finca llegó una camioneta con un cuadro gigante que se instaló en un salón de la parte baja de la casa. El cuadro era de la virgen de Guadalupe, un servicio de alquiler de la imagen administrado por un Diácono para su devoción de quien lo solicitara. El altar rodeado por hermosas rosas blancas y rosadas y enormes velones blancos encendidos daban la solemnidad suficiente al acto. El Diácono nos iluminó con la historia de la imagen que presenciábamos muy venerada en la Basílica que lleva su nombre en la ciudad de Méjico. Los invitados llevábamos cada uno una vela blanca encendida y en la otra mano una rosa también blanca éramos alrededor de 30 personas . Rogamos por la salud de familiares muy cercanos al Mago y a nuestros corazones con oraciones a la virgen, rezos y ritos que duraron toda la mañana.
La historia de la virgen de Guadalupe esta repleta de anécdotas verdaderas o inexplicables que la hacen atractiva para los creyentes. En un relato de muchos siglos cuentan que el 12 de diciembre de 1531 (siglo XVI) se le apareció la virgen a un indígena de nombre Juan Diego que le pidió recolectar unas rosas en la cima del cerro Tepeyac. Le dijo,
« Vengo a pedir que se construya en este sitio una casita sagrada. Lleva este mensaje al señor obispo ».
En ese lugar y en invierno Juan encontró un jardín con flores y se las bajo a la virgen, las acomodó en su tilma y se fue a la casa del Obispo. Cuando abrió su manto cayeron al suelo una cantidad enorme de flores y el milagro asombroso en su tilma quedo grabada la imagen de la virgen de Guadalupe.
Después de ese día, no volvimos a saber del Mago. Los Guámbianos, paeces y huitotos no volvieron, los temazcales fueron desarmados, las matas de marihuana reemplazadas por matas de yuca y frijol, el mambe por mermeladas de fresas y moras silvestres y las ceremonias a la Pacha mama cambiadas por una orientación religiosa cristiana en homenaje a la Virgen de Guadalupe. El Mago es voluntario en organizaciones de ayuda a los migrantes en la frontera colombo venezolana vinculado a grupos cristianos en actividades de salud, acomodación y
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