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jueves, 31 de octubre de 2024

Un epitafio amarillo

 Juan Pablo López

 

 

Un epitafio amarillo

«Nunca sonreíste, nunca me miraste,

Nunca sentiste el sol. Este mundo no te quiso,

pero tu nombre te dio vida, me dio vida»

 

 


— ¡Hermosa, levántate! Vas tarde para el trabajo.

Silvia abre los ojos, mira alrededor, él no está ahí, se ha levantado temprano para prepararle el desayuno, un ritual que lleva  cinco años desde que se conocieron. Ella revisa las notificaciones, nada importante, cierra de nuevo los ojos y respira de forma profunda, baja los pies buscando sus chanclas, revolotea un poco antes de encontrarlas. Todos los movimientos de Silvia son lentos, como si cada articulación le pidiera a la otra con desdén que se moviera. Se dirige al espejo: ¿Por qué sigues aquí? ¿No ves las cosas?, piensa, mira bien todo. Su imagen comienza a hacérsele borrosa y el cuerpo a ganar peso, Silvia cubre su rostro con las manos.

 — ¡Estoy haciendo huevos revueltos, espero que te gusten!

— ¡Sí, sí!

— ¡¿Te pasó algo?!

— ¡No, nada, me voy a bañar!

Abre la ducha y un chorro fuerte la recorre. El llanto es ahogado por la sonoridad del agua mientras lentamente, como el caer de una hoja, Silvia se va acurrucando hasta convertirse en un diminuto punto que pide ser el final de una historia ¿Por qué no me alejé? ¿Por qué le permití entrar? Tú no tenías la culpa, no podías hacer nada, soy yo la que no debió (…). El punto se comprime, sus manos se funden con el vientre, la ducha comienza a convertirse en mar y los pensamientos de a poco a naufragar.

miércoles, 30 de octubre de 2024

Tres corazones y un tango (cuento con aire de tango)

 

Eduardo Toro G

 

Son cosas del percal,

 tristezas de percal…


Amanece en Corrientes y toda Buenos Aires despierta cuando se apaga el trasnochado lamento de los fuelles; la luz de un farol muere sobre la cabellera rubia de una linda mujer quien, entre los brazos de dos hombres, equivoca los pasos de un gastado charol.

La Guajira

                                                         

 

Jesús Rico Velasco

 


La pobreza  es una realidad   que afecta   gran parte de la población en la Guajira.  Más de la mitad de la población  vive portando en sus hombros la pesada carga de ser pobres en medio de unos paisajes hermosos que no se comen. Como siempre a la pregunta al levantarse es: ¿qué vamos a comer hoy? ¿Pescado otra vez? Cada vez más escaso y difícil de conseguir, frente a un generoso e inmenso mar .  No hay dinero para comprar la gasolina de la canoa o la lancha.  Hay que salir a la calle para buscar y encontrar algo. Parece  mentira pero  el 90.6% de  la gente afuera en la calle  vive de la  informalidad, pescar para venderle al turista o  convencerlo,  llevarlo a pasear y mostrarle los paisajes. Negociar algo  de lo que se tiene en la mano: un tejido wayuú, un sombrero, un chinchorro, una hamaca. Cualquier cosa para poder comer. 

Celos infernales

Alexandra Correa

 


Despierto al escuchar los nudillos golpear el parabrisas.

-Papá entre a la casa y acuéstese, no duerma en el carro. Mi mamá aún no se ha levantado, voy camino al colegio ¡Lo quiero mucho!

La veo correr mientras se aleja y pienso en qué momento se creció mi niña. Decido no entrar a la casa e irme de regreso al trabajo.

miércoles, 23 de octubre de 2024

La vejez

 

 

La vejez

 

                               Jesús Rico Velasco

 


En las edades avanzadas las mentes lúcidas deben seguir produciendo conocimiento y dejar que su curiosidad indague sobre los fundamentos de la vida para  llegar  con  sabiduría a otras personas. Los  dueños   de mentes admirables tienen un compromiso de enviar  mensajes,  ayudar, y compartir lo que saben y no  conformarse con  desayunar y quedar desocupados. Deben  exigirle al cuerpo movimiento, a la vida retos y a las relaciones humanas, calidez y  expresiones de afecto. La rutina para poder organizar la mente y la vida  es señalada por las comidas con  una marcación del correr del día.  Son momentos claves para degustar alimentos de sabores y olores agradables y compartir un poco con las personas con quienes se convive.

 La escritura y la lectura  deben considerarse  estrategias para ocupar  el tiempo disponible. Son actividades que  mantienen la mente activa y útil en la medida en que  el cuerpo biológico  responda  a la actividad física de sentarse con un lápiz y un papel o frente al computador  a escribir a pesar de los desgastes visuales propios de la edad. Lograr que el cerebro establezca las conexiones neuronales necesarias y dicte con coherencia los pensamientos para  plasmar  sentimientos y experiencias en palabras para contárselos a otros.  

lunes, 7 de octubre de 2024

La conquista

 



 

                                                            Alexandra Correa

 

Hace quinientos treinta y dos años llegaron los españoles a América. Invadieron e irrumpieron,  tomaron por la fuerza nuestras tierras, borraron de nuestra mente el raciocinio y formas de pensar. Impusieron su Dios porque era mejor que el nuestro  y nos obligaron a aprender su idioma. Le vendieron la idea al mundo que éramos salvajes porque tratábamos de defendernos de sus atrocidades. Amputaciones de manos, violaciones, aperreamientos -con grandes perros hambrientos- torturas, matanzas. De esta manera fuimos obligados a tomar su cultura y creencias, perdiendo nuestra identidad. Entonces ¿quién fue en realidad el salvaje? Con su llegada  trajeron consigo enfermedades y epidemias, para las cuales no estábamos preparados, dejando a su paso muerte y desolación. Durante generaciones nos contaron una historia, la de un ser supremo conquistando a América, un hecho difícil de ensombrecer, ignorando las formas que se utilizaron para invadir, conquistar y asentarse.

Sombras

 Jesús Rico Velasco


                     Hay sombras que caminan en el silencio profundo de la noche, formas nebulosas que se mueven  como efugios de la imaginación de Rodin con la pose dolorosa de la  perdida de la inmortalidad de Adán en el paraíso terrenal. Las colocó el artista en la puerta del infierno para recordar el mensaje que escribió Dante en La Divina Comedia, “Quienes aquí entráis, abandonad toda esperanza”. Las sombras entran por debajo de las cortinas, por los postigos de las ventanas, por el pequeño hueco por donde transitan los insectos predilectos de la metamorfosis de Kafka destruidos por la alienación que produce la vida con condicionamientos individuales y colectivos de orden económico, social y cultural. Entran sigilosas en las alcobas  y se  alojan  en las mentes  de las personas que no se  no se asustan con la soledad, son como los fantasmas de la memoria que atormentaron a García Márquez en su anticipada vejez. Son las sombras del agotamiento de los mitológicos Buendía   salidos de la  imaginación marquesina  y la  realidad de unas personas que no mueren de enfermedad como el resto de los mortales, sino de soledad. Son las sombras construidas por Borges en un punto imaginario que permite observar el universo en todas las direcciones posibles. Es un punto en la imaginación en forma de circunferencia   desde donde se puede mirar todo el infinito con un acceso breve y único en el Aleph que muestra todos los rincones de la existencia. Son sombras que caminan en la noche que quieren  hablar y decir algo, pero no tienen voz, son sombras grandes y pequeñas  un montón de sombras, infinitas  como las mentes de los genios que sueñan con las sombras. Es un agujero negro que no tiene forma como la sombra. Es el Canto del cisne de Chejov al sentir la vejez  que lo acosa a  pesar de su talento, es la soledad y los años que marcan el tiempo para morirse.  Es el gato negro de Poe horrible bestia  emparedada en su tumba sin sombra que lo indujo a cometer un cruel asesinato. Son las sombras ambulantes de los muertos que salen a buscar las mentes de los soñadores  que  no pueden descansar. Son las sombras de Silva enlazadas que se juntan en las noches oscuras y de lágrimas.

Muchas sombras una sola sombra larga que me espanta el sueño y no me deja dormir.

miércoles, 2 de octubre de 2024

Un día en el cementerio

 Jesús Rico Velasco

 

De acuerdo con las enseñanzas cristianas el cementerio es el lugar en donde los muertos “duermen” hasta el día de la resurrección. Son sitios   para el descanso eterno, en latín  “requiescat in pace” (RIP), en inglés “rest in peace” (RIP), y en español “descansa en paz” (QEPD).  Las sociedades determinan los lugares, los ritos y ceremonias para la disposición de   los cadáveres en tierra, incinerados en crematorios  . En algunas culturas  se queman en hogueras  al aire abiertos de acuerdo con los ritos y ceremonias  asociadas con   valores y patrones culturales de tipo religioso o filosófico. En los cementerios hay tristeza, nostalgia y soledad que acompañan el   dolor de los vivos ante  la presencia de la muerte de sus seres  queridos.  Con la muerte hay separación inevitable del cuerpo y del alma, el cuerpo se corrompe y se vuelve cadáver. Queda el espíritu en los espacios desconocidos del más allá lejos de la comunicación verbal. Los muertos no hablan y no se comunican con los vivos, sus almas esperan ser despertadas para el juicio final  según los dogmas de las prácticas religiosas y filosóficas cristianas.