Eduardo Toro
Esta mi soledad es un silencio duro
Que se golpea contra el viento,
Dejando fragmentos de cristal
Bajo el puntiagudo dolor
De todos los cipreses.
¡Qué se parta la soledad entre mis manos!
Y el silencio se acurruque junto al llanto;
Dadme una hoz martillada de luceros
Para segar las amapolas
Bajo la sombra gris del tamarindo.
No puedo vivir en esta soledad
Que aturde mis sentidos
¿Bajo qué extraña vaguedad
Se filtra tu presencia?
¿Tu ausencia es un silencio gris?
Cuando pregunto a mi recuerdo
Sobre los tiempos ya pasados,
Surge un reproche de campanas
Devolviendo al vuelo mis preguntas
Entre una nube de silencio gris.
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