Álvaro Vélez
El tiempo es oro. Dicho popular que sus ancestros y los míos conocieron, y que lleva un larguísimo tiempo repitiéndose aunque no deja de ser una paradoja. Cuando usamos tal expresión ¿pensamos en el real significado que ella encierra? Creo que no. Casi siempre seguimos con la rutina de nuestras vidas sin darle importancia. Es bueno reflexionar sobre el valor del tiempo. Pienso que muchas cosas se pueden hacer que nos retribuyan con tiempo adicional y por ende con dinero. Una por ejemplo: la Autopista Bicentenario de Cali. Pero, ¿es favorable para ti, para mí, para Cali?... Veamos lo valorable en el presente ensayo: qué a favor, qué en contra, y por qué.
¿Qué es la Autopista Bicentenario? Es una autopista. Pero, ¿Qué es una autopista? “Carretera con calzadas separadas para los dos sentidos de la circulación, cada una de ellas con dos o más carriles, sin cruces a nivel” Hay que agregar, además, que sólo se permite circular a vehículos autorizados. Y está diseñada para no parar.
Nosotros llamamos autopista, en forma folclórica, a una calle de buena extensión pero llena de intersecciones, semáforos y toda clase de carros, motos, vehículos de tracción animal, transeúntes, perros, bicicletas, etc. Donde los conductores paran a dejar y recoger pasajeros en cualquier parte. Así descrita no es una autopista. Sostengo que es importante que la gente tenga una clara noción al respecto, ya que el desconocimiento puede ser una de las razones por las que algunas personas no están de acuerdo con la iniciativa. Me parece que cuando no se invierte el dinero requerido para infraestructura la ciudad sufre, entre otras cosas, de embotellamiento vial.
Si mal no estamos, desde los juegos panamericanos, no se construye una avenida importante, no ha habido innovación urbana. Se podría decir que tenemos un atraso ancestral. Las ciudades modernas tienen como una prioridad la proyección y construcción de vías cada vez más tecnológicas, con capacidad de adelantarse al crecimiento poblacional y por lo tanto atender las necesidades sociales en beneficio de la ciudadanía en general. Con mayor razón, Cali que es una ciudad joven y en plena expansión, pienso yo, debería tener la autopista como prioridad, si no quiere estancar su desarrollo futuro.
Una vía que inicialmente podría tener una extensión de unos 15 kilómetros, casi en línea recta, lo que es una ventaja, que atraviesa la ciudad del extremo norte al extremo sur. Me atrevería a decir que nos daría un anhelado respiro en la actual caótica situación del tránsito. Opino que podría pagarse con un peaje razonable y construirse en el corredor férreo del antiguo ferrocarril, que hace muchos años dejó de funcionar, zona que no tiene ningún uso lucrativo para la ciudad y que por tanto se transformaría en un paraje paisajístico que harto requiere el sector.
Veamos otros aspectos importantes. Para mayor seguridad considero que la autopista se podría complementar con servicios de teléfono, grúa y ambulancia, entradas y salidas al resto de la maya vial, permitiendo la interconexión a intersecciones a desnivel mejorando la movilidad, para lo cual tendría que deprimirse la vía por sectores. El concejal Nelson García Vernaza, afirmó ante los voceros de los gremios del Valle del Cauca: “La Bicentenario se ajusta al Plan de Ordenamiento Territorial de Cali vigente, al Plan de Desarrollo Municipal y a las normas nacionales”. Como si fuera poco, yo veo que puede tener otros beneficios colaterales para el desarrollo urbano, como son kilómetros de ciclo rutas.
Como toda obra de infraestructura la autopista tiene detractores y favorecedores. ¿Qué aducen los primeros? : Es muy costosa, se debe hacer primero el mejoramiento de las calles actuales, la gente no tiene con qué pagar peajes, divide la ciudad en dos partes, hay que comprar predios, no hay ninguna ciudad en Colombia con vías dentro de la ciudad en las que se cobre peaje, lo que demuestra que muchos ciudadanos del común no conocen las bondades que una vía así le traería a la ciudad y se oponen sin tener la capacidad para sopesar cuáles podrían ser los verdaderos impedimentos, por lo tanto es pertinente profundizar en los pros y los contras.
Pero, ¿Qué tiene que ver el título “Cuánto Vale Su Tiempo” con la autopista Bicentenario? Se preguntará más de uno. Estimo que mucho. Si usted es un individuo preocupado por una mejor calidad de vida, yo lo invito a pensar en, por ejemplo: economizar tiempo, ganar más dinero y de paso mejorar su bienestar. Hay dos aspectos bien diferentes que considerar: el tiempo de transporte, que a su vez conlleva economía en dinero, como veremos; y la economía en dinero propiamente dicha.
Cuando alguien tiene que transportarse de un extremo al otro de Cali en cualquiera de las direcciones, norte sur o viceversa, hoy tiene que recorrer muchos kilómetros, así trate de seguir la ruta más recta posible y de menor tráfico, enfrentar innumerables semáforos y avisos de pare, así como transeúntes y otros obstáculos propios de nuestras calles. Todo lo anterior implica manejar a muy baja velocidad, sustancialmente inferior a los 100 kilómetros por hora, que le ofrecería la nueva ruta, con sustancial economía de tiempo y sin ninguno de los inconvenientes mencionados. No tendría curvas pronunciadas ni cruces a nivel. Lo cual me permite pensar que tendría una buena acogida.
En la actualidad se producen 400.000 movimientos diarios en la ruta. De hacerse la Bicentenario muchos de los vehículos que hoy transitan dichas calles dejarìan de hacerlo descongestionando las mismas. Como si fuera poco, cabe considerar la economía en dinero por concepto de los sobrecostos que acarrea al vehículo, por el desgaste del mismo y sus piezas, consumo de combustible, y ante todo, la economía de accidentalidad, algo nada despreciable. “Dicho incremento es más del doble de lo que normalmente tiene al viajar por una autopista, lo cual está técnicamente comprobado” (José Clopátofsky, Revista Motor Dic. 5/10).
Pero hay algo más, lo que vale el tiempo de cada persona. No tiene el mismo valor el tiempo de alguien como el magnate mejicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, que el de un individuo de estrato socio económico uno, para poner una comparación extrema. Como dice Bernardo Velásquez, gerente del hotel Spiwak, con respecto al juego de Monopolio: “Lo más doloroso es caer en la cárcel porque perdí la oportunidad de hacer negocios” (Monopoly, El País, Marzo 20/11). Pues bien, la gente emprendedora siempre está tratando de no perder tiempo, porque como ya se dijo, el tiempo es oro. Considero que para un alto ejecutivo, un vendedor y muchísimas otras personas su tiempo disponible es casi directamente proporcional a su productividad (léase ingresos). Aún más, hay otro aspecto no menos importante y es el que tiene que ver con la calidad de vida, o sea el tiempo disponible para compartir con la familia y los seres queridos, o para relajarse, descansar, o practicar su afición favorita: deportes, música, etc.
Para muchos el tiempo es invaluable y así debe ser, ya que redunda en mayor productividad y, lo que es más importante, mejora la salud. ¿Qué más podemos decirles a quienes se oponen? Muchas cosas. Por ejemplo, que si bien el costo del proyecto es importante, una inversión aproximada de entre $350.000 y $400.000 millones, la obra puede ser concesionada. Las estimaciones hechas por la alcaldía indican que la obra tiene una tasa de retorno para los inversionistas considerada muy buena, para las empresas colombianas y extranjeras, que hoy en día tienen mucho interés en invertir en Colombia. Según dice Conalvías: “Se despierta el interés entre todas las constructoras, en especial las que tienen buen músculo financiero, para avanzar con mayor facilidad como son Pisa, Colpatria, Conciviles e inclusive Sainc. La Compañía General de Construcción de Shanghai, una de las grandes constructoras de infraestructuras de ese país asiático, está interesada, como también dos compañías de Chile, entre otras”. Me parece que hay alta competitividad y si tantas empresas tienen interés, debe ser porque la obra es aconsejable.
¿Usted ha tenido la “oportunidad” de transitar por un lado del corredor férreo en cercanías a la plaza de mercado de Santa Elena? Foco de inmundicia, escombros, indigentes e inseguridad. Una verdadera vergüenza para la ciudad. Por ahí pasaría la Bicentenario y por otros sitios parecidos, mejorando sustancialmente el enorme deterioro actual de estas vías. El proyecto incluiría la arborización a todo lo largo del trayecto y la construcción de varios parques. Dicho corredor se lo han tomado los vivos para poner toda clase de negocios ilegales, no pagan impuestos y de paso se roban la energía eléctrica y el agua del acueducto. Llevan años usufructuando una gran área urbana que les pertenece a todos los caleños. Hay que tener en cuenta que no son sólo los que utilizarán la autopista los únicos beneficiados, todos los demás viajeros de Cali lo serían también. Al descongestionarse las calles podrán viajar mucho más rápido, favor que les hacen en forma gratuita quienes están pagando la vía que tiene peaje. Opino que es deber de todo buen ciudadano velar por el bien de la ciudad.
“Estamos complacidos, estamos impulsando el proyecto con el ánimo de que Cali sea la primera en construcción de autopistas urbanas concesionadas. Si bien hemos conocido un proyecto absolutamente completo en materia técnica, financiera, jurídica y sobre bases ambientales muy fuertes, queremos como gremio dar el mensaje a la administración municipal de la necesidad de que el proyecto salga absolutamente consolidado, porque en la medida en que Cali tenga éxito vamos a poder seguir impulsando autopistas urbanas en Medellín y Bogotá”, dijo Marsa C. Elvarez, Presidenta de la Cámara Colombiana de la Infraestructura Seccional Valle. También lo confirma Diconsultorsa, que se encargó de adelantar los estudios y diseños.
¿Será que hay otro medio de transporte que pueda surtir el mismo objetivo, inclusive utilizando la misma ruta, que podría ser más favorable? ¿Qué tal un tren elevado o uno subterráneo? ¿Sería más económico? ¿Más rápido?. El estudio no se ha hecho y yo me permito pensar que vale la pena hacerlo, antes de adelantar el proyecto en mención y de que se haga la inversión que podría ser la menos apropiada. Por ahora todo parece indicar que la autopista es lo mejor. Queda pues plasmada la inquietud.
Pongo a consideración las siguientes aspectos: no podemos quedarnos pensando con una mentalidad retrógrada, no podemos dejarnos amedrentar por el tercermundismo mediocre. Nos contentamos con hacer poquito o cosas pequeñas, lo grande e importante nos asusta. No queremos ser los primeros porque nos da miedo y pensamos que es más seguro ir de últimos. Tenemos aversión al riesgo. Conceptuó que es el momento para aprovechar, ya que el país entero está teniendo una maduración económica.
Ahora bien, si la obra se hace con recursos privados nacionales o extranjeros, sin que los caleños tengan que poner ni un peso, ya que los concesionarios recuperarían su inversión en el tiempo pactado, pues bienvenida sea. Pero que no sólo atraviese la ciudad sino que una los municipios de Jamundí y Yumbo con Cali en un futuro y por qué no, que más tarde pueda llegar por el nororiente a Bogotá y por el sur a Ecuador, para que las futuras generaciones tengan un Valle del Cauca mejor. Veo pues más pros que contras. Se haría una renovación urbana en sectores muy importantes, se traería inversión privada que dinamizará la economía, se crearía empleo y se embellecería Cali, así que, quién quiera más…
Entonces, ¿Es benéfico para Cali la autopista Bicentenario? Responda usted.
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