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lunes, 27 de febrero de 2012

El paraíso

 Álvaro Vélez

¿Que como es el paraíso?... Bueno, pues como tiene que ser, paradisiaco; absolutamente fascinante. Tiene una vegetación exuberante, cuyos colores, semejen un cuadro del mejor pintor, que lleva a soñar con sus contrastes de verde, como esmeraldas; amarillos, como las mariposas de Macondo; azulados, como los cielos de primavera; marrones, como el café tostado y aromático que deleita el paladar y nos hace sentir su exquisito sabor. Donde las promesas de amor se vuelven realidad.

Con tanto verde es de rigor que tenga selvas profundas, cuajadas, con árboles cuyas ramas se entrelazan en abrazos tejiendo un mundo de misterio y una fantasía de una infinita soledad humana. Allí se dan cita, desde la enorme boa constrictor, hasta los más pequeños animales, que forman una red de vida fenomenal por su variedad y espectacularidad. Para completar el concierto maravilloso, hay bosques hermosos, que filtran la luz como un velo invisible que atenúa los rayos del astro rey, para que lleguen como una suave caricia recordándonos idílicos momentos de ensoñación. También tiene extensos llanos con pastizales peinados por el viento, donde se recreen distintas especies de fauna y flora y el hombre se desliza, en rápidos corceles semisalvajes, rompiendo el  cálido paisaje de praderas doradas por el sol.

Ante semejante derroche de naturaleza es apenas obvio que estén las hermosas flores. De delirantes tonalidades y pálidos y delicados matices, con perfumes exquisitos que nos transportán a momentos de grata recordación. Las orquídeas son las reinas de la orgía de belleza, luciendo sus atuendos de formas, tamaños y diseños únicos sobre la tierra. Se aprecia frecuentemente el milagro del botón en gravidez que revienta para regalarnos una nueva flor. Florecen todo el año, no sólo por épocas, para que el hermoso colibrí tenga permanente almíbar que nutra sus radiantes colores y el vertiginoso aletear de sus brillantes alas. El fantástico enjambre de aves con sus plumajes exóticos adorna el jardín de increíble fantasía, deleitando con bellos acordes un sueño que prodiga los más sublimes estados de la existencia.

 Todo lo anterior requiere de mucha agua para mantener el prodigio paradisíaco. Hay dos mares y ríos, desde el más grande, hasta arroyos y cristalinas cascadas musicales que semejen cánticos celestes, repletos de toda clase de peces que los adornan simulando piedras preciosas de múltiples tonalidades. Lagos de todos los tamaños con aguas frías, tibias y cálidas, como plateados espejos regados por todas partes reflejando los cielos tropicales.

Semejante paraíso produce en abundancia todos los alimentos requeridos por las distintas especies. La caña de azúcar endulza la vida de sus habitantes, el café los deleita con inigualable aroma. Semejante riqueza alimenticia redunda en una raza de hombres y mujeres alegres y trabajadores por antonomasia. Gente bella que contra las diarias adversidades, siempre tienen una hermosa canción en sus labios y el permanente deseo de elevarse bailando sus melodías. No es para menos en un edén que prodiga cielos azules en abundancia. Allí puede escogerse el clima deseado cada día, en las ardientes playas, sus riberas o valles, para broncearse a los rayos del sol; hasta los sumamente fríos, como en las cordilleras, que tienen hermosas nieves perpetuas desde donde es grato ver la luna, al  pié de una gran fogata, mientras  una tibia ruana nos acaricia. Aquí el hombre y la mujer pueden fundirse en el fuego del amor ante la plena complicidad de la creación.

Pero para que todo sea perfecto, el paraíso no podía estar geográficamente en un rincón del mundo. Está en  una posición privilegiada en el centro de todo lo demás. El hombre que lo habita tiene los elementos necesarios que le permiten subsistir, porque es pródigo en riquezas naturales, como el oro, las esmeraldas, el carbón y el petróleo entre otras.

Cuando Dios terminó de crear el mundo, cansado pero satisfecho, decidió tomar vacaciones y donde si no, en este paraíso. Descansó, fue feliz en él y lo llamó COLOMBIA.

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