Vistas de página en total

jueves, 24 de septiembre de 2009

De rodillas

El monje se aburría largas horas de rodillas. Una noche soñó que decía al abad: “no puedo hacer los ejercicios espirituales, no tengo rodillas”. Se reía en el sueño de su condición. Al despertar aquella mañana no pudo  levantarse de la cama, para hacerlo necesitaba de sus  rodillas.





                                                                                                           Jesus H Cifuentes 

No hay comentarios:

Publicar un comentario