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martes, 27 de junio de 2023

El abril de las gaviotas

 


   Eduardo Toro

“Amo el amor de los marineros

que besan y se van”

P. Neruda.

 Eran las tres de la tarde de un día de abril, había sopor de mar sobre las calles del puerto de las Gaviotas; el sol quemaba, olía a sal, a carbón y a despedida. Alauda, alta y hermosa, se hospedó en el único hotel que ofrecía comodidades.  Unas gafas oscuras ocultaban sus ojos de ausencia y la indecisa mirada de la espera sin tiempo.

 A las cinco de la tarde salió del hotel, tomó rumbo hacia el muelle de Los Adioses. Reconoció el viejo escaño a pesar de los remaches de hierro carcomidos por la herrumbre. Se sentó y miró reverente el farol que se conservaba erguido, se preguntó si aún proyectaba su luz de sombras melancólicas. Miró hacia el mar y vio las gaviotas   acompañando en desordenado vuelo a los barcos pesqueros que regresaban de faena y murmuró: “háblame del mar marinero”.

Querida Emma

 


                                              Eduardo Toro G

Mi muy querida e inolvidable Emma:

   Ayer en casa de tus padres conocí a tu hijo mayor. Fue un golpe de gracia a mi pasado. Al pasado que nos une desde el recuerdo, desde el corazón y desde el espíritu. ¿Te acuerdas? No sé si tú, pero yo sí, al ver la figura de tu hijo Antonio. No quiero imaginar por qué le pusiste ese nombre. Volví a caminar enamorado abrazado a tu talle por las alamedas de Viena. Y recordé tú último adiós, aquel adiós que todavía me aturde.

miércoles, 14 de junio de 2023

Martin Luther King

                                                       Jesús Rico Velasco

 


El líder social y religioso, Martin Luther King Jr. defensor de los derechos civiles fue asesinado en un motel el 4 de abril de 1968 en Memphis, Tennessee. Un jueves a las 6.05 de la tarde cuando un franco tirador disparó mientras estaba conversando en el  balcón de su habitación  en un segundo piso del motel Lorraine.

Un recusable blanco de nombre James Earl Ray de familia pobre y  bajo nivel educativo ejecutó a sus cuarenta años un crimen de impacto mundial. Algo no les ha permitido a los investigadores y analistas ver con claridad los motivos ni las causas suficientes para disparar  desde la ventana de un baño en una edificación contigua a una persona detenida en un  balcón vecino. Quedó la duda sobre el desempeño real de un asesino que actuando “solo” ejecutó un crimen que marcó la historia de los derechos humanos y civiles en los Estados Unidos y en el mundo.

martes, 6 de junio de 2023

No vuelvas a decir mi nombre

 Gustavo Urrego

Todo comenzó el día que supo que estaba muerta, se lo dijeron en la registraduría, a donde había llegado por la pérdida de su cédula. Había denunciado la pérdida y faltaba solicitar una copia, por eso le sorprendió escuchar al funcionario en la ventanilla decirle:

-    ¡Usted está muerta!

Saberse muerta fue diferente a lo que imaginaba que era estar muerta, no volver a levantarse de su cama y desprenderse de la vida en un sueño.

Carta a Meira del Mar

Déjame decirte esta locura que acaso  No te dijo nadie.
                                 Dulce María Loynaz

Querida señora y madre de la poesía: 

No sé a qué lugar de la vida o de la muerte dirigir esta carta. La escribo a la orilla del aire para que el viento la lleve y la lean tus ojos de libanesa triste, los mismos ojos que contemplaron las tardes, los jazmines y el mar de tu arenosa Barranquilla. 

Si supieras mi cercana señora del jazmín, cuanto agradezco a la poesía poder decir tu nombre y, en él, nombrar la miel del colmenar y mil veces seguidas pronunciar mar de ausentes caracolas; deshojar tus jazmines y escuchar el son de tus poemas tejidos con hilos de coral.  

Tus versos azules, embriagados de mar, se quedaron dormidos aventando las redes para pescar la luna. Dicen los pescadores que a tu corazón marinero le crecieron alas para volar hasta el cielo a poner reverente un jazmín y un poema a la diestra del Espíritu Santo.

Sin más por ahora, me despido de ti con el mismo acento amoroso y lejano con que nombraste al rio de la Magdalena, al jazmín, la rosa y la melancolía.

 Desde la orilla del aire recibe el abrazo de

 Eduardo Toro