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viernes, 28 de febrero de 2020

El mejor día




Jorge Enrique Villegas 

           Locuaz nació con parálisis cerebral. La madre al saberlo lo destetó y rechazó. Acudió a su padre, abuelo del niño, para que lo cuidara, aseara y le diera de comer. Ella, madre soltera, debía trabajar y no tenía tiempo para el niño—le confesó.
—¿Cómo se llama?
—Como quieras—le sorprendió la respuesta.

Cleptómano de corazón


Jhon Jairo Angarita


       No sé el momento en que inicié. Si bien, no ha sido planeado solo sé que robé muchos lapiceros, arrasé los de la oficina. Luego, sin piedad pasé tomando cuanto objeto pude de la casa de mis amigos; no hubo vecino que no padeciera mis rapaces apropiaciones no siempre de grandes botines, Hasta el cartero que, después de hacer la entrega de correspondencia, advirtió tarde y con dolor, la ausencia de su bicicleta.

La culpa fue de aquel maldito tango


  


Eduardo Toro

    La línea argumental de casi todas las letras de la canción porteña se queda estancada en el susurro de una pena. En esa misma línea se trenzan la nostalgia, el humo y el alcohol. Se vuelve lamento cuando emerge desde lo más íntimo del corazón, envuelto en compases hondos y sonoros.
   Primero, lloró la Pampa en las cuerdas de los guitarrones; después llegaron los fuelles forasteros para llenar la vida de compases nostálgicos y amargos. Sí, toda la vida de emigrantes sin bandera. Desde entonces llora y solloza Buenos Aires, al escuchar el rezongo amargo de los bandoneones.

La poeta de la transparencia


Gloria Pastás V.



Clara Schoenborn, nacida en Cali, Colombia. Ganadora del Encuentro de Poetas Colombianas Museo Rayo, 2011. Finalista IV Concurso Red de Bibliotecas Públicas Cali, 2009. Finalista Premio Carmen Conde, Ediciones Torremozas, Madrid, España, 2012. Mención de Honor Concurso Poesía De Los Objetos, Casa Silva, Bogotá 2012. Finalista Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, 2017.

jueves, 20 de febrero de 2020

Calumnia


                                         María Victoria Zapata


 Señor Bran Stoker:
 Solicito a usted y a las familias que pertenecieron a la secta “La Aurora Dorada”: William Butler Yeats, los esposos Wilde, Samuel MacGregor y Aliester Crowley, apodado (La Gran Bestia 666, hacedor de vampiros) para que realicen los rituales necesarios e invaliden la maldición lanzada contra mí. Fui degradado a ser un no muerto, y a trasmigrar en los niveles más bajos de los seres odiados por los humanos: el escarabajo, el lobo y la rata. Mi honor y el de mi familia debe ser restablecido, porque fui un guerrero y cruzado valiente que lucho con ferocidad para defender a su pueblo de los ataques de los turcos- otomanos.