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jueves, 20 de febrero de 2020

Calumnia


                                         María Victoria Zapata


 Señor Bran Stoker:
 Solicito a usted y a las familias que pertenecieron a la secta “La Aurora Dorada”: William Butler Yeats, los esposos Wilde, Samuel MacGregor y Aliester Crowley, apodado (La Gran Bestia 666, hacedor de vampiros) para que realicen los rituales necesarios e invaliden la maldición lanzada contra mí. Fui degradado a ser un no muerto, y a trasmigrar en los niveles más bajos de los seres odiados por los humanos: el escarabajo, el lobo y la rata. Mi honor y el de mi familia debe ser restablecido, porque fui un guerrero y cruzado valiente que lucho con ferocidad para defender a su pueblo de los ataques de los turcos- otomanos.

Desconozco la razón por la cual usted no escogió para su personaje “ Drácula”, a seres siniestros como Aliester Crowley adicto a los ritos satánicos, o Ersébeth Barthory, asesina de jóvenes doncellas, empleadas a su servicio, para luego bañarse en su sangre con la creencia de poder conservar su juventud, o a Segismundo rey y emperador del Sacro Imperio Germánico: hombre cruel, ambicioso que pasó mucho tiempo con el mago, consejero, ocultista y nigromante Abramelin, que vino de Egipto a Hungría para enseñar los ritos de la sangre, los misterios de la Magia Póstuma, y revivir el frio cuerpo de su amada, la bella Barbara Celje; que al resucitar, ella se convirtió en una mujer malvada y promiscua que tuvo que ser encarcelada.
Un día, el libro de los ritos de sangre y secretos de Abramelin se perdió; fue muy buscado por magos y esotéricos, pero muchos años después, apareció en una biblioteca en París, y fue recuperado por Samuel MacGregor Matters, uno de los fundadores de “La Golden Dawn”, secta hermética de Londres. Usted, señor Stoker, Aliesters Crowley, y sus amigos formaron parte de la secta; aplicaron la magia satánica de Abramelín para convertirme en un no muerto. ¿Cómo lo lograron? Porque mi cuerpo fue enterrado en la capilla de un monasterio junto al lago Snagor; mi cabeza fue empalada por los turcos-otomanos, llevada y exhibida en Estambul como un trofeo de guerra.
Además, Señor Stoker, usted y Armenius Vambury, húngaro experto en geografía, lingüística e historias orientales, en forma atrevida y mal intencionada, estudiaron y tomaron de nuestra cultura eslava, las leyendas que, desde la época de los dacios, describían extrañas tradiciones post mórtem: creencias en brujas, demonios y vampiros porque los dacios, mis ancestros, conocieron muy bien la forma de despertarlos, utilizarlos y destruirlos. Considero falsa la imagen de Vlad III, descrita en su libro “Drácula”, porque lo que hizo fue compararme con un personaje como “Carmilla”, vampiresa perversa y asesina en la obra de Sheridam le Fanu, escritor aficionado también, a temas siniestros y esotéricos, la obra fue escrita en (1872), muchos años antes de que usted publicara su libro en (1897).
 Fui Vlad III de familia aristocrática por tradición, príncipe de Valaquia, mi padre Vlad II, recibió la orden del Dragón de San Jorge de manos del papa Bonifacio IX y del Emperador de Hungría, Segismundo de Luxemburgo, para luchar como cruzados contra los enemigos de la cruz, y defender nuestra religión de los herejes y los bárbaros. Al heredar el título, fuimos un colectivo secreto, monástico y militar fundado en 1410. Ignoró usted, nuestra dinastía de hijos de un príncipe, y herederos al trono de Valaquia. Mi hermano Radu III y yo, fuimos raptados por los musulmanes siendo unos niños y educados como guerreros Jenízaros en Estambul. Mientras mi padre pagó, recibimos la mejor educación, pero cuando mi padre se negó a tributar, los otomanos, nos encarcelaron y nos trataron como esclavos. Cuando era muy joven, los otomanos me enviaron a gobernar Valaquia. Al llegar a mi tierra enloquecí cuando supe que a mi padre lo habían asesinado los boyardos, y a mi hermano Mircea, le habían sacado los ojos y lo enterraron vivo; entonces, enfurecido celebré la cena roja en la Pascua, la venganza, muchos murieron, costumbre común en Europa oriental.
 Estuve preso en Hungría, me devolvieron el trono al casarme con una joven familiar del rey, entonces, fui de nuevo príncipe de Valaquia hasta mi muerte en batalla. Para defender a mi pueblo, utilicé técnicas de guerra comunes en la época y utilizadas por los otomanos: la tierra arrasada, empalamientos, envenenamientos de pozos, guerra asimétrica de guerrillas y toda clase de trampas porque nuestro ejercitó estuvo formado por pocos guerreros. Además, hice alianzas con húngaros, sajones, con amigos del rey Matías Corvino y el príncipe Esteban Bathory de Transilvania. Las calumnias y toda clase de mentiras acerca de la familia Dracul, vinieron de parte del gobierno de Hungría, Juan Hanuyadi, porque quería el poder y las tierras de Valaquia, por ser ricas en metales. Durante mi gobierno, Valaquia se precio de no tener ladrones, ni mentirosos o infieles y reino la justicia.
Señor Stoker, utilizó usted la magia para convertirme en un no muerto, ya quiero descansar en paz, no deseo la inmortalidad, deseo que mi familia recobre el honor perdido, trate que sus descendientes busquen “El Libro de la Noche”, hagan los ritos secretos necesario para que me liberen de la maldición, y les agradeceré eternamente: Vlad III, Dracul de la Orden del Dragón de San Jorge. Mi pueblo me reconoció como héroe que combatió contra los boyardos, los otomanos y los vampiros con la ayuda divina de un escaso ejército de ángeles y gitanos.
Cordialmente
Dracul
Orden del dragón de San Jorge


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