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martes, 14 de febrero de 2023

Historia de Job revisitada

 

                                                                    Jesús Rico Velasco

    Los libros sapienciales y poéticos en la Sagrada Biblia contienen, uno en particular, titulado la “historia de Job revisitada”. La mayoría de los cristianos conocen la existencia de este hombre.  Aparece en el Antiguo Testamento, nacido en algún lugar de Palestina. No es israelita y figura en la historia en representación de  la humanidad. La anécdota está basada en hechos reales que ocurrieron  en el siglo IV antes de Cristo. La narración tiene seis personajes, Job como figura central. Ocurre en Palestina en un vecindario semi rural de la región de Huss. 

Job en su casa donde vive con su familia se enfrenta a   un  episodio de soledad, sufrimiento que lo conducen a la postración. Frente a sus desgracias, vienen a visitarlo tres de sus amigos. Sobresaltados lo miran,  sienten su angustia y su dolor.  Pasan con él siete días y siete noches sin hablar.  En la escena aparece un cuarto amigo que se suma tarde a la reunión .

 El agente catalizador de las circunstancias es Satanás.   Es real y poderoso. Hace  que las cosas malas ocurran. Es el quinto personaje en la historia.   El verdadero motor que pretende demostrarle a Dios,  que Job su protegido y favorito al enfrentar circunstancias  adversas de la vida,  producidas intencionalmente por Él,  como cualquier ser humano, podría  quebrar su voluntad y    alejarse de lo que es virtuoso, verdadero   y fiel  ante  Dios.  En el epílogo de esta historia interviene  Dios que aparece  en el seno de la tempestad. Manifiesta  su poder y  grandeza que contrasta  con la ignorancia, y la insensatez de Job.

 El libro  escrito en prosa y en versos, de interpretación sencilla y  organizado en un prólogo que abre el camino   a la discusión  sobre la virtud y fidelidad de Job. El texto está construido sobre   tres cuerpos de discursos en  que intervienen en alternancia Job y sus amigos: Elifaz de Temán, Bidad de Súaj y Sofar de Namat. Los tres discuten sobre el dolor y  sufrimiento que acoge a su amigo Job.  Ante sus  ojos, Job es el verdadero culpable de su propia desgracia. Aparece  un cuarto amigo, Elihú que replicó contra todos  por haber culpado a Dios por  los males y amarguras  de Job, cuando en realidad  es el mismo Job el culpable de su desventura.  El epílogo se reviste de la presencia de Dios quien sin explicaciones particulares para los problemas de Job  le demuestra su ignorancia, y al final  le reconoce su inocencia.   

  ¿Por qué le pasan cosas malas a las personas buenas? Si se obra bien, si  se mantiene un comportamiento adecuado en relación   con  los componentes de la personalidad y los elementos definidos en la cultura de las personas, si  se cumplen las normas y se  responde de acuerdo con  la ética y la moral, el conjunto debería dar como resultado  una  función positiva  del ser humano que cumple con todos los principios de su conciencia y sirven de  fundamento a su  existencia sobre la tierra.

 No  debe existir  sufrimiento en las personas buenas y  si ocurre sería  inmerecido. No hay reciprocidad en los comportamientos de seres  díscolos, diferentes,  que atentan contra la felicidad de otros  y disfrutan de una aparente  alegría,  alejados del  padecimiento  y por fuera del comportamiento de los demás.  No hay correlación entre el  comportamiento bueno y la presencia del sufrimiento  recibido de un Dios, que en esta historia de  Job podría considerarse como  vengativo con cierto margen de crueldad?

 Satanás   maneja el proceso de lo que le ocurre a Job autorizado por Dios para tentarlo y poder determinar si es un hombre justo. Tiene autorización  para  que su sufrimiento sea real y exagerado. Job no sabe que es el poder satánico lo que le hace sentir la angustia  y el  tormento físico en su postración, como si fuera una llaga humana desde los pies hasta  la   cabeza.

 Job era considerado como un hombre justo, “perfecto, integro y temeroso de Dios y apartado del mal”.  Un hombre rico, generoso y próspero.  Con una hermosa familia.  La mano de Satanás aparece en la historia para  incitar la presencia  de las desgracias y desventuras que empiezan a agravar la vida cotidiana de este hombre. Surgen las desgracias que afectan su vida,  sus riquezas   y lo que le rodea. En la mitad de  la vida, su  familia y sus hijos desaparecen de la faz de la tierra.  Sufre como ninguno, pero no reniega y se acomoda a la bendición de Dios para él y toda su familia, siempre argumentando: «Dios me lo dio , Dios me lo quitó, bendito sea el nombre  del Señor».

 Al escuchar estas palabras su mujer le  dice: «¿Todavía perseveras en tu rectitud? ! Maldice a Dios y muere ! »

 «Hablas como una mujer necia. Si se acepta de Dios el bien, ¿ no se ha de aceptar el mal?

! Perezca el día en que nací y la noche en que se dijo:

« ! Ha sido concebido un hombre ! »

Aquel día hágase tiniebla,

no se acuerde de él Dios desde lo alto,

ni resplandezca sobre él la luz.

¿ Por qué no me quedé muerto

desde el seno materno?

¿ Por qué no expiré al salir del vientre?

¿ Por qué me acogieron dos rodillas

y me dieron de mamar  dos pechos?

 No tengo calma, no tengo paz,

no hallo descanso; solo la turbación me invade.»

 Su padecimiento era muy grande.  Sentía su deseo de comunicarse con Dios para suplicar clemencia  por   su desgracia  que consideraba inmerecida.  Sus amigos aparecen en la historia a través de una serie de discursos tratando de aproximarse a las explicaciones y razones que sustentan las desgracias y desventuras de Job. Elifax argumenta  que la causa inicial  del sufrimiento de su amigo está centrada en la pérdida  de la confianza en Dios. Le recuerda a Job  que la felicidad está en Dios.

 Es poca la ayuda que recibe de sus amigos.  No aportan mucho para aplacar sus deseos de comunicarse con Dios y poder   encontrar explicaciones verdaderas a la presencia  de su dolor en la Tierra. Prefiere   morir. Le pide a Dios que le aclare su actuación. ¿En dónde  se encuentran las respuestas, en dónde se encuentra algún consuelo?

 El discurso de Bildad está basado en la premisa de que Dios es justo y  que quien comete el pecado de enfrentarse a Dios es Job a pesar de que en su interior sabe muy bien que él es un hombre recto, íntegro y consecuente con los principios establecidos por Dios. Bildad pretende señalar que hay algo de pecado en la conciencia de Job que hace que Dios lo tenga como culpable. Job en su pensamiento está de  acuerdo en que Dios es justo y no trata de debatirlo. En  la discusión hay un proceso de  injusticia  de Bildad y sus amigos  al culpar  a Job por su dolor. Dios prueba también al inocente.

  Job presenta sus argumentos:

 « Si me creo justo, puede su boca condenarme;

declararme culpable, si me estimo inocente.

Mas ¿soy inocente? No lo sé;

Ya me da igual la existencia.

Pero me es todo lo mismo. Y me atrevo a decir:

Él pierde por igual al justo y al culpable.»

«Mis días pasan más veloces que un correo,

Se van sin ver la dicha;

Se deslizan igual que canoas de junco,

Como el águila cae sobre la presa. »

«Hablaré sin embargo sin temerte,

Ya que no soy  asi ante mis ojos.»

 Job continua en su reconocimiento de la justicia de Dios , pero se pregunta:  ¿por qué Dios lo hace sufrir?

 «Mi alma siente asco de mi vida;

Quiero dar libre curso a mis lamentos,

Derramaré la amargura de mi alma.

Diré a Dios: ¡ No me condenes !

Hazme saber de qué me acusas.»

«Sabes muy bien que yo no soy culpable

y que nadie me puede salvar de tu manos.»

 

Los tres amigos que intervienen en el discurso se mueven en círculos para impugnar  a Job  sobre su manera de comportarse frente a Dios. Las causas de las desgracias se encuentran en su manera de enfrentarlo. Aparece en la escena Elihú que acusa a todos sus amigos de replicar las lamentaciones y declaraciones de Job frente a la sabiduría y los actos de Dios. Su argumento se basa en tres tesis: “ Dios enseña al hombre por medio del dolor. Dios no pervierte el Derecho ( las leyes). Dios no es indiferente a las cosas humanas “.

 En la confrontación, Job encuentra que las contribuciones filosóficas de sus amigos no aportan mucho en su relación teológica con  Dios.   Le pide entonces, que le explique ¿por qué  tiene que sufrir  todas las desgracias que se le han presentado?. Dios es consciente de que todo lo que le pasa a Job es realmente producido por las actuaciones de Satanás  que salió a la tierra en busca de un hombre sano, justo, virtuoso y totalmente fiel a sus principios. Ante estas circunstancias del diálogo de Job, sus amigos y la presencia de Satanás, Dios accede a responder a Job para manifestarle su poder y sabiduría frente a  su ignorancia  e insensatez.

 Dios interviene desde el “seno de la tempestad”  mostrándole a Job  su sabiduría con la magnificencia  del universo, sus dimensiones, los misterios de la  creación, sus límites, la presencia de los astros y las estrellas, la existencia  de las aguas y los mares y  los seres humanos. Observa y piensa en la sabiduría necesaria  para la creación y  existencia de todos los fenómenos naturales, la morada de la luz,  y las tinieblas, la existencia de las nieves,  el viento,  los truenos, las estepas verdes, las gotas del rocío. ¿Quién infundó sabiduría a las nubes?, ¿quién dio inteligencia a los mares?. En el reino animal ¿quién sacia el hambre de las bestias?, sus movimientos, el crecimiento de sus crías, la existencia de los animales salvajes y  domésticos útiles para vida de las personas, que  ayudan con la fuerza, como el caballo que sirve no solo en la vida cotidiana, sino también  para  la guerra, la existencia en conglomerados y la producción de granos.

 Dios muestra su poder frente a las fuerzas del mal. Destruye la arrogancia, derriba  la soberbia, aplasta a los criminales donde estén, cierra sus rostros en la mazmorra.  Le revela a Job la existencia de la fortaleza,  con un ejemplo de animal en la naturaleza: el Hipopótamo.  A “quien yo he creado como a tí” fuerte, corpulento, a la vez ágil, poderoso y de complexión maravillosa, “es el rey de todas las bestias feroces”.

 En el epílogo Job se retracta  de sus palabras y es reestablecido. Sus amigos son perdonados por Dios por la ausencia de solidaridad en la amistad. Al final, Satanás es a la  vez el triunfador de toda la historia  al  demostrar su poder y la importancia de su existencia en la tierra. Es el mediador de Dios para que las cosas malas ocurran.

 La conclusión  de la historia puede leerse en la autobiografía de Satanás como le fue contada a Yehuda Berg (Kabbalah Centre Internacional, inc. N.Y. junio 2016, p.4)

 Satanás comenta: « Básicamente, abandonaste el Jardín del Edén. Después de lo sucedido, Dios quería encontrar una forma de impedir que te sintieras tan avergonzado y pudieras ganarte tu regreso. La única forma de superar la vergüenza es eligiendo dejar de actuar de forma egoísta y empezar a dar; en definitiva ser más como Dios. Por eso Dios te otorgó el libre albedrio; si no lo utilizas para hacer buenas elecciones , nunca podrás ganarte  tu regreso  al Jardín de la Luz y la Plenitud infinitas.»

 «Dios me encomendó la tarea de proporcionarte obstáculos para que los vencieras; al resistirte a las tentaciones  que pongo frente a ti, podías traer  más y más Luz a este mundo, hasta que finalmente todo se convertiría en Luz, tal como era en un  principio.»

 Después de esta historia, Job vivió hasta la edad de 140 años, fue un hombre justo, fiel a Dios, lleno de virtud hasta su muerte, “una persona buena”. Tuvo catorce hijos y tres hijas (Paloma, Casia y Cuerno de afeites). Su hacienda fue reestablecida y “murió anciano y colmado de días”.

 

 

 

 

 

 

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