Vistas de página en total

lunes, 28 de julio de 2014

El imbecil


Carlos Arango




                                                     Los sonidos del sexo se interrumpieron cuando el presentador de televisión informó que el MH370 de Malasya Airlines que cubría la ruta Kuala Lumpur – Pekín, había desaparecido. Kim empujó bruscamente a Tala y se paró de la cama.
-           ¡Shit!
-           ¿Qué ocurre?
-       Es el vuelo que debí tomar anoche. Llamaré a mi esposa a decirle que me quedé dormido en la sala de espera y no alcancé a abordar, que estoy bien. ¿Dónde dejé mi móvil?

-          Lo dejaste en el baño cuando me demostraste la potencia de su vibración ¿Cómo le explicarás porque no regresaste a casa anoche?– dijo Tala acariciando su desnudez.
-          Estaba buscando otro vuelo a Pekín.
-          ¿Desde las 12 de la noche hasta las 10 de la mañana?
-          Si, no quise despertarla – dijo él desde el baño mientras se agachaba a recoger del piso el teléfono celular.
-          Déjalo, no lo enciendas. Tu mujer seguramente ya sabe la noticia y está en el aeropuerto. ¿Qué le dirás cuando te pregunte por qué tenías el teléfono apagado?
-          ¡Shit! Ya debe saber que yo no iba en ese avión. Le diré que me robaron el móvil y mientras lo denunciaba a la policía perdí el vuelo.
-          ¡No seas imbécil! Ella se dará cuenta que no hiciste ninguna denuncia. ¿Y por qué no estás en el aeropuerto?
-          Le digo que me secuestraron, que me drogaron.
-          Eso es igual de tonto. Ven acá y pensemos con calma – concluyó Tala haciéndole con el dedo una señal para que se acercara.
Kim la besó y de repente se apartó.
-          Fuiste tú – le gritó –, hiciste caer ese avión para quedarte conmigo.
-          Me descubriste. Por estar contigo mataría 239 personas y muchas más. Soy diabólica – se burló.
-          Siempre quisiste destruir mi matrimonio – gritó más fuerte Kim.
Tala soltó una carcajada y Kim la abofeteó.
-          ¿Qué te pasa estúpido? Yo soy la única persona que te puede ayudar ahora a inventar una mentira… Era… la única persona, porque me voy – tomó las llaves de su auto y salió de la habitación envuelta en una sábana.

Kim, el imbécil, llamó a la policía y acusó a Tala de terrorismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario