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miércoles, 9 de mayo de 2018

Cantos para apartar la soledad



Clemencia Gómez Naranjo

  Emily Dickinson. poeta estadounidense del siglo XVIII, apasionada, sigilosa menuda y ágil, se movió entre lo cotidiano, auscultando la universalidad de lo doméstico. Alcanzó la plenitud poética en el silencio, el aislamiento y el encierro. La habitación fue el lugar por ella escogido para la inspiración, expresando de manera irónica, crítica y reflexiva, su visión del amor, la trascendencia y la muerte.
“Era yo la más leve de la Casa Me quedé con el Cuarto más pequeño Por la noche, mi Lámpara, el Libro – Y un Geranio”. 

Irónicamente se ve como la más pequeña de su casa, tanto en tamaño físico como en importancia, escoge la noche como la hora del día de mayor inspiración y lectura, teniendo en cuenta el trabajo doméstico de las mujeres de la época. La flor simboliza la sencillez y austeridad que la caracterizaron.

"Naturaleza no es lo que vemos, la montaña, el poniente, la ardilla, el eclipse, el abejorro, no, naturaleza es el cielo,
naturaleza es lo que oímos, el bobolink, el mar, el trueno, el grillo, no, naturaleza es la armonía, naturaleza es lo que sabemos, no tenemos arte para decirlo, tan impotente es nuestra sabiduría para tanta simplicidad".

El entorno natural de la casa en la que vivió con sus padres facilitó su interacción con pájaros, abejas, mariposas y variados insectos, quienes le permitieron construir la fantasía mítica, la casa embrujada, como ella denominó a la naturaleza “a haunted house”. La naturaleza es armonía, es el todo, es el cielo, el reflejo de la expresión divina. Manifiesta su profunda convicción religiosa.
“Y les oí después alzar la caja Y su chirrido atravesó mi alma con sus botas de plomo, nuevamente, Luego el Espacio – comenzó a doblar”…
La impotencia ante la muerte la acechó de manera recurrente, como lo expresa en las estrofas del anterior poema. El delirio y la perturbación mental, marcados por la individualidad, el aislamiento y la dificultad para establecer relaciones con un entorno social, que no lo toma como propio. El espacio representa la iglesia como un gran universo y unas campanas, legendario instrumento religioso símbolo de poder, del llamado divino.
"El reticente volcán guarda/ Su plan que nunca duerme-/ Sus proyectos rosados no confía/ A hombre precario alguno. / (...)/ ¿No puede la naturaleza humana! sobrevivir sin un oyente?"
Nuevamente Emily, acude a elementos de la naturaleza, para expresar lo que lleva por dentro, la materia, la lava caliente, que brota por erupción, en forma poética, a lo largo de su existencia. A hombres poco seguros no confía lo escrito.  Rechazó las sugerencias de cambio planteadas por el editor Higginson, las que calificó de paternales, al no comprender su estilo, por ser diferente a los esquemas de escritura, del momento. Emily comparó su obra con la naturaleza, independiente, soberana, y auténtica. Logró sobrevivir como ella.
“Contigo en el desierto, contigo en la angustia de la sed, contigo entre los tamarindos, el leopardo vive al fin".
Una vida interior rica en fantasías le permitieron vivir bajo sus propios principios y rigores. El leopardo es un felino solitario que no persigue a su presa, la ataca cuando está sola. El felino representa el mundo interior que construyó para expresar sus sentimientos de amor, por medio de la fantasía poética.
“Yo no soy Nadie! ¿Quién eres tú? ¿Eres – Nadie – También? ¿Ya somos dos entonces? ¡Ni una palabra! ¡Lo pregonarían, ya sabes”
Satiriza las pretensiones de los personajes públicos, reconoce que ella misma no es nadie, acepta su anonimato, aún en las pocas publicaciones que realizó.
Es la mucha Locura la mayor Sensatez Para el ojo sagaz La mucha Sensatez- la absoluta Locura – La Mayoría En esto, como en Todo, prevalece Asiente – y serás cuerdo Objeta – y serás peligroso de inmediato Y encadenado
Se trata de un planteamiento filosófico profundo, la sutil distancia entre la locura y la cordura, la sensatez y la insensatez., el hilo que separa la fantasía de la realidad. Emily tomó como realidad la suya propia, no la impuesta por la sociedad del momento. Lo que le valió las críticas de excéntrica y loca.
"¿Tendrás tiempo para ser el amigo que crees que yo necesito? / No sufras. Mi cuerpo es pequeño. No invadirá tu mesa, ni como ratón obtuso ocupará tu espacio".
Alimentó sus lazos afectivos y de amistad, propuso relaciones de respeto y de no invasión al espacio del otro, que no es otra cosa que el reflejo del respeto que exigía por su propio espacio.
: “¿Quiénes son ustedes? / ¿Por qué me vigilan o me espían durante/ el Día y parte de la noche? / ¿Qué quieren de mí si yo no existo?”.
El aislamiento consciente en el que pasó gran parte de su existencia, no tenía otro propósito que invisibilizarse ante los ojos inquisidores de los demás. El color blanco de sus prendas de vestir, le permitía lograr ese propósito, allí convergen los demás colores de la naturaleza que la rodearon, con eso le bastó.
Suenan las campanas a misa y la gente que ama a Dios / espera impaciente el momento de este encuentro / Pero tú no vayas con ellos. / Ven conmigo esta mañana. / Entra conmigo en la iglesia de nuestro corazón interno/ donde las campanas siempre tocan (y un cura llamado Amor rogará por nuestros cuerpos para siempre). Misiva escrita a su cuñada Susan.
La religiosidad le permitió traspasar fronteras, el templo fue su propio corazón. Se refirió a un encuentro cercano con Susan, su cuñada, a quien le dedicó buena parte de su poesía, con la complicidad divina. Dios es todo el universo, Dios es la naturaleza misma, no debe ir lejos para lograr su aprobación. Las campanas son su llamado y el amor será su bendición.







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