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miércoles, 8 de julio de 2020

¡Oh tiempo destronado!









Luz María Gómez









Oh tiempo, llegas a mí por fin para atraparte,
para caminar de tu mano y a tu paso,
para detener al implacable Ocaso
quién a un lugar incierto, ansía llevarme.

Muchas veces te soñé de esta manera.
El Dinamismo de lo circundante,
contigo al mando alargó la espera.
El Panorama vislumbra ahora, otra quimera.

¡Oh tiempo! hace días la inmovilidad reina.
Un ser invisible, tu corona hurtó.
Tus desdeñosas piernas marcan otro ritmo
y tú, sentado en el trono bostezas.

Es momento del goce, el placer sale a flote.
Atrapo el instante cada vez que deseo
y con él como aliado, más profundo leo,
escribo,
escucho sones y danzo.


Desde la hondura de mi ser, pienso y respiro.
Las hojas en los árboles y las flores con sus pétalos danzan,
en armonía con el canto de sorprendidas aves.
El viento orgulloso domina la orquesta
y desplaza corrientes de aire más sanas.

Todo está quieto, todo se detiene.
La señora Economía se estremece.
Una parte de su cuerpo no le obedece.
La dama Solidaridad, rompe el silencio y con voz fuerte clama.
La espesa multitud la aclama.

Se yergue con orgullo su majestad Esperanza
y con voz serena a la Humanidad, su voz alza:
a partir de ahora, nada será igual.
El tiempo sin corona,
los segundos ya no domina.
Otro porvenir se avecina.
El observarte a ti mismo,
a los otros y al entorno, será nuestra consigna
y si el señor Tiempo con ansias de poder retorna,
no encontrará su tarima.
El momento de aprender por fin llegó.
El señor Dinamismo con otros pasos arribó
y en el interior de cada ser se instaló.

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