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lunes, 25 de abril de 2022

Volver la vista atrás

 Clemencia Gómez  


“...nadie nunca había convencido a Fausto Cabrera, de no hacer algo, que ya se le había metido en la cabeza”, es  el abre bocas que ubica al lector dentro de la novela “Volver la vista atrás”, escrita por Juan Gabriel Vásquez. En ella narra de manera amena y escalofriante, las peripecias vividas y padecidas por los integrantes de la familia Cabrera, para complacer los planes políticos, sociales y culturales, trazados por Fausto, padre obstinado y terco quien involucró a sus hijos Sergio y Marianella, y a su esposa Luz Elena, mujer de la aristocracia antioqueña, en una espiral de sucesos que puso en juego sus vidas.

 

El proceso investigativo de Vásquez comenzó en el año 2013, cuando se acercó a su amigo Sergio Cabrera, motivado por el pasado turbulento vividos por él y su familia, en la China y en la guerrilla del EPL, el propósito inicial fue escribir un guion para cine. Con el paso del tiempo, el caudal informativo se convirtió en una compleja manifestación de sentimientos y emociones, condensados en 30 horas de grabación, siete años de investigación, fotos, cartas, y recuerdos familiares, que fueron moldeados por el escritor, hasta convertir los fragmentos en bruto, en piezas talladas que dieron origen a la novela de ficción, aunque reconoce que en ella no hay episodios imaginarios. El año 2020 le sirvió al autor para darle orden a sus ideas, y encontrar el estilo narrativo conveniente que dio luz a la obra. 

La muerte del padre de los protagonistas significó “Una nueva libertad para sus hijos”. El 10 de octubre de 2016, mientras Sergio se encuentra con su esposa e hija en Lisboa, recibe la noticia del fallecimiento de su padre Fausto, las cavilaciones sobre la posibilidad de regresar a Colombia al sepelio, no se hicieron esperar, sin embargo, su respuesta fue contundente:” Ya lo he pensado mucho, Y mi lugar está con los vivos, no con los muertos”. Frase firme que encierra la posición de un hijo que decide soltar lo que ya se ha ido, cerrar las dolorosas páginas vividas con su hermana en la China y en la guerrilla del EPL y centrar su vida en sacar adelante el matrimonio que se le había escapado una vez, quería aprovechar el reencuentro con su familia de carne y hueso, luego viajar a Barcelona a verse con su hijo mayor Raúl, lo que le produjo una  emoción nunca antes sentida.

La psicoanalista norteamericana, Jeanne Safer nacida en 1947, ostenta en la portada de su libro “Los beneficios de la muerte” una jaula abierta. Explica que después del fallecimiento del padre autoritario y dominante, algunos hijos parecen sentirse más libres, para asumir posiciones que de otra manera no  asumirían. 

Salida de Fausto, su padre y el hermano militar de España hacia el exilio en República Dominicana.  “Tierra, tierra en la boca, y el alma y en todo”. Palabras que recitaba Fausto mientras cultivaba maní en Ciudad Trujillo, evocan la nostalgia de quién pierde a la madre que lo parió y a su madre patria, España. Su mayor pecado es ser hijo de familia de militares que no apoyaron el golpe de Franco, y haberse convertido en el exiliado republicano que huyó con su familia por vario países de América Latina.

Exilio en Colombia: Fausto triunfa en el teatro Colón. “Usted odia a los tiranos…ahí es donde nos encontramos usted y yo”. Palabras de admiración que Jorge Eliecer Gaitán expresa a Fausto al finalizar una presentación en el teatro Colón a los veinte años, representando una realidad violenta, donde los hombres morían a machetazos y las mujeres eran violadas. 

Días después el joven poeta estaría discutiendo sobre la necesidad de hacer la revolución. Los poemas de Machado, Lorca y Hernández en su voz, se convertían en un llamado a la subversión. 

                Soñé ¡bendita ilusión!
                que una colmena tenía
                dentro de mi corazón;
                y las doradas abejas
                iban fabricando en él,
                con las amarguras viejas,
                blanca cera y dulce miel.

                Antonio Machado: Anoche cuando dormía

“Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran”: Vientos soplan hacia Pekín: Vientos del pueblo llevaron a Fausto, a arrastrar a su familia a la China, en una misión cultural.  Era 1960 cuando llegaron a Pekín. Luego de un par de años, el padre consideró regresar a Colombia con Luz Elena y, dejar a sus hijos, con la misión de aprender las enseñanzas de Mao, que les cuales servirían para construir un país mejor, a su regreso. Una carta con los lineamientos de comportamiento a seguir, fue lo que su padre les dejó al partir.  

Regreso a Colombia: Vinculación a la guerrilla del EPL. ¿Dónde quedan los proyectos que mueren antes de empezar? Dilema que cruzó por la cabeza de Sergio, cuando al regresar de la China, él y su hermana se movilizaban en un bus que los llevaría al lugar donde eran esperados, para internase durante cuatro años en la selva, al servicio del EPL. Sergio sintió que este nuevo episodio significaba el aplazamiento indefinido de lo que quería hacer, y era estudiar cine. Sergio y Marianella acumulación de frustraciones y silencios. “Esto es lo que yo quiero hacer con mi puta vida”, las palabras que Sergio expresa a su padre, dejan traslucir las frustraciones acumuladas que él y su hermana llevan.  El silencio ya no era una cualidad, el tiempo lo convirtió en una enfermedad. ¿Cómo pedirle a su padre que les diera la oportunidad de no reprimir los deseos, si Fausto al ver a la madre muerta, no había sido capaz de tocarle el rostro con sus pequeños labios? Momento que guardó en silencio y del que se arrepintió siempre. 

1 comentario:

  1. Felicitaciones Clemencia hiciste un gran trabajo, fuiste mucho más allá, nos brindaste ilustración que potencializo el conocimiento de tan maravillosa obra. Gracias Clemencia

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