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martes, 1 de noviembre de 2022

Un verano caliente

 


Jesús Rico Velasco

 

Al finalizar la maestría en sociología rural en agosto de 1969 solicité una trasferencia para ingresar al programa de doctorado en el Departamento de Sociología. Una revolución teórica orientada hacia el desarrollo de los programas dejados por el Dr. Hans Zetterberg se gestaba. Los enfoques se centraban en estudios de población,  Ecología política    y   Comunidad Urbana  y  Educación.

 Para los estudios de doctorado seleccioné tres áreas de concentración: estudios de población, teoría sociológica y metodología con énfasis en el análisis multivariado.  El profesor William Petersen ( nacido en 1912 que con 110 años  sigue vivo aún sobre la tierra) impartía esta teoría. Su texto “Población”  tuvo tres ediciones en los años  1961,  1969 y  1975. Es considerado el texto más completo sobre teoría poblacional publicado en los estados Unidos. Con él aprendí a acercarme  al conocimiento de Robert Malthus. Comprendí que los “Principios de población” que contiene su pensamiento es un desarrollo progresivo de su intelectualidad. Lo escribió en siete ediciones, la última se publicó después de su muerte.

 Malthus en su primer discurso presenta una posición  biológica sobre la relación entre el crecimiento poblacional y la producción de alimentos. En las ediciones sucesivas se dedicó a buscar evidencias  para sustentar o rechazar sus tesis bajo el rigor científico. Sus variaciones son  desconocidas por la mayoría de los detractores de las tesis maltusianas.   Se toman el tiempo y el cuidado de analizar los principios de población en su primera publicación que cuenta con  unas treinta paginas,  desconociendo su última edición con una dimensión por encima de las 350 paginas. Es una lástima porque el análisis integral conserva todavía validez  frente al estado de violencia pervasivo en las ciudades, las guerras internas y los enfrentamientos entre países por una lucha ideológica intoxicada . Es cierto que la producción de alimentos es básica y necesaria para la existencia humana pero el desarrollo científico y tecnológico ha demostrado que es manejable en su dimensión total.

 El Departamento de Sociología incorporó a su  equipo docente al sociólogo y  demógrafo Yuan Thien proveniente de China, casado con una americana. El profesor Thien  tenía  una orientación   teórica basada  en la familia como institución social, y determinante sustancial en el crecimiento poblacional  a través de las variables  de la  fecundidad . Su residencia estaba ubicada   en las afueras de la ciudad de Columbus en un ambiente campestre, medio campesino. Sembraba, junto con su esposa, frutas y legumbres para sostener una dieta China vegetariana.   Lo recuerdo, porque en varias ocasiones lo visité y lo ayudaba en las actividades de siembra y cuidado de su huerta. Yuan,   era unos de los promotores de compartir buenos momentos  entre profesores y estudiantes. Facilitaba las cosas para organizar reuniones medio festivas acompañadas por comidas sanas y buenos tragos.  Su esposa era una escritora muy reservada.  No compartía mucho con profesores y alumnos, pero con Elsita, le teníamos  mucho cariño por el tratamiento especial  que nos daba cuando los visitábamos.

 El profesor Wen Li, otro profesor chino, muy joven  recién salido de su  doctorado,  se vinculó como profesor  asistente en matemáticas de la población y manejo computarizado de los paquetes en Demografía. Sostuvimos excelentes relaciones académicas. Compartíamos la misma idea de manejar los computadores para el análisis demográfico y la aplicación  en el análisis multivariado que era la punta de lanza del conocimiento sociológico en ese  momento.

 El Dr. Raymond Sletto, profesor en estadística, ejerció en mi una influencia muy particular. Su propuesta a pesar de no haberla desarrollado intelectualmente, posee un poder enigmático en el ámbito mundial. Sustentaba,  y la evidencia estadística así lo demuestra, que el uso de la “mediana” como estadística de tendencia central representa de mejor manera la distribución de frecuencias en una distribución y es por lo tanto el mejor indicador  de “equidad”. Su uso sería de gran utilidad en el manejo de las distribuciones de muchos elementos de la vida urbana de las personas, como por ejemplo, el sistema de medición  del  “consumo” en los servicios públicos. El Dr. Sletto, sostenía y con suficiente  razón, que las medidas que se utilizan en las facturas para estimar los consumos en  los servicios públicos eran injustas, porque se veían  afectadas por la distribución  de la media aritmética que movía los resultados hacia arriba o hacia abajo alejándose de la “equidad social”. La mediana es el punto en una distribución que muestra el 50% de las frecuencias hacia arriba o hacia abajo en cualquier sistema de medición. Por supuesto que sus principios no avanzaron mucho. En las sociedades capitalistas todo se mide en función de la media aritmética que es discriminatoria y base de las mediciones que siempre favorecen a los  ricos en cualquier distribución.

 Las circunstancias desafiantes se presentan de manera insospechada. Uno de los profesores de sociología urbana por motivos de salud se ausentó por un tiempo.  Y tuve que actuar como auxiliar de su cátedra con un   grupo de  estudiantes “seniors” del departamento. Dictaba mi clase de 45 minutos con  la mayor atención y dedicación. Los estudiantes en su mayoría oriundos del Estado Ohio con padres “campesinos” , republicanos de “cabeza cuadrada”, como  les decíamos, no podían aceptar que un estudiante de doctorado y de origen latino les dictara las clases.  Para las preguntas utilizaban su jerga juvenil e irónica con un inglés difícil de entender. Me llené de  mucho coraje, así cuando no entendía las preguntas,   decía que era una excelente pregunta y que en la próxima clase traería la respuesta, y los dejaba mamando. También, tuve que utilizar un cierto poder de autoridad para evitar el “desenfreno” al interior del salón. Cerraba la puerta de entrada, tal como lo establecía el  reglamento. La discriminación  se sentía en el ambiente universitario. Se segregaba a los pocos estudiantes negros, algunos de procedencia china, japonesa, y los latinos en especial mejicanos y colombianos.

 El profesor Schwirian me acogió como su asistente de investigación y empecé con él a trabajar en temas de población y grupos ocupacionales en Puerto Rico.  Realicé varios viajes a la capital. En una ocasión, en compañía de Elsita,  tuvimos la fortuna de visitar a mi amigo Genaro Nazario.  Todavía vivía en Sabana Grande con su mujer y sus hijos. Una sorpresa amigable para dos  días de visita porque las actividades estaban  centradas en la capital.  El final de este trabajo fue publicado en la revista “Demography” en 1971. Apoyado en él comencé a  desarrollar la idea de preparar la tesis de doctorado.

 Las relaciones con Elsita eran armoniosas. Cada uno se dedicaba a su trabajo en la universidad. Recibíamos un sueldo mensual como asistentes de docencia y de investigación lo cual nos liberó  del pago de las matriculas trimestrales, incluido el verano cuando las tareas se relajaban con pocos estudiantes en el pregrado  y había más tiempo para estudiar.  Teníamos nuestras oficinas para la atención de estudiantes en Hagerthy Hall. La verdad se pasaba la vida en la universidad desde la hora de llegada antes de las 8 de la mañana, con un almuerzo preparado con anterioridad  en el apartamento  o comprado en la cafetería y el regreso ya en horas de la tarde al lugar de residencia.  Como asistente de investigación había logrado la adjudicación de un espacio exclusivo en la Biblioteca Central, muy pequeño, pero suficiente.  Contaba con un escritorio, máquina de escribir, y elementos de oficina. Tenía acceso libre a los stands en cualquiera de los 15 pisos de la biblioteca. En caso de  material especial inexistente  en  la biblioteca existía un servicio para solicitudes a cualquier universidad en los  Estados Unidos.

  Ahora con Elsita, vivíamos en un conjunto de apartamento  de dos alcobas, en un segundo piso, con estudio y  balcón mirando hacia la piscina. Los fines de semana eran muy variados. Se programaban actividades para los residentes de libre participación. Alrededor de la piscina habían toldos, algunos asadores y mesas para los grupos.  El ambiente era amenizado con un poco de música, bebidas alcohólicas permitidas para mayores, y por supuesto la aparición frecuente  de nuestra preciosa reina del conjunto, Dolly.  Una bella joven de 18 años que vivía con su mamá divorciada en uno de los apartamentos. Dolly adornaba de manera natural  el espacio con su presencia. Mujercita alegre y descomplicada.  Lideraba las actividades recreativas, y juegos en la piscina como el voleibol acuático. Su alegría y risas alborotadas se esparcían por todos lados.

 En algunas, ocasiones, a pesar de los cálidos y agradables tiempos de verano, aparecen nubes negras que entristecen los corazones.  Un viernes en la noche, estando en el apartamento con Elsita, escuchamos gritos desaforados que provenían de un  apartamento lejano. Los lamentos desgarradores de una madre expresando el intenso dolor que causa la muerte de un hijo retumbaron esa noche. Dolly había fallecido con su novio en un  accidente de tránsito en una de las autopista entrando a Columbus.  Su novio conducía a altas velocidades en un automóvil deportivo Ford Mustang  después de divertirse  en alguna discoteca campestre que cada vez eran más populares entre la juventud. Dejó de existir esa preciosidad de mujercita. La amargura entró a nuestros  corazones y no los abandonó hasta varios fines de semana después de su entierro. Su madre no soportó vivir más allí y decidió mudarse. Los años de la juventud cargados de ilusiones y sueños, no miden las consecuencias de comportamientos  arriesgados y temerarios, ni el impacto familiar y social que pueden causar. Qué pesar, otra vida truncada.

 Hacia la tercera semana de la estación del otoño  las hojas de los árboles cambian de color, se van cayendo al paso suave de los vientos y cubren los suelos de los jardines. El cambio  del clima anuncia la llegada de las fiestas navideñas que traen consigo las celebraciones y encuentros familiares pero también las temperaturas heladas y las copiosas nevadas. Con Elsita pasamos las navidades de los dos primeros años en Columbus soportando las nevadas que cubrían por completo  los autos, dificultaban la movilidad, y el acceso a los edificios. Para los últimos tres inviernos    decidimos viajar hacia Bogotá para compartir estas celebraciones con la familia en ese clima templado y agradable. Para la segunda semana de enero regresábamos a nuestra realidad. Me daba a la tarea de destapar nuestro carrito completamente cubierto  de nieve. En Columbus el frio era pervasivo. Se extendía unos ocho meses desde el principio del otoño, en septiembre, hasta los últimos días de la primavera cuando iniciaba  el verano, la estación más divertida del año.

 Un acontecimiento inesperado fue mi selección como candidato a la representación de Colombia en un evento patrocinado por las Organización de Naciones Unidas celebrado en Williamsburg, Virginia. Se trataba de un fin de semana en que se discutía en pequeños grupos la presencia de los Estados Unidos en Latinoamérica. La falta de una posición ideológica  definida en términos de orientación política y la poca experiencia en la práctica  política, hizo que mi punto de vista fuera antagónico  y contradictorio. Desconocía  que las opiniones expresadas en este encuentro eran publicadas de manera textual en boletines después de cada reunión. Tuve que cargar con el peso, un poco vergonzoso, de mis palabras  por algún tiempo.

 La visita a Williamsburg me permitió identificar la existencia de nodos ecológicos, culturales y sociológicos que funcionan como enclaves para la gestación de  ideologías.  Fue en este ambiente Virginiano, en una atmósfera independentista,  en donde surgieron los gestores  de la emancipación americana, llamados “padres fundadores” de la independencia  en  1776. Fueron hombres que se congregaron en torno a unas mismas ideas. Vivían  en un ambiente sociocultural muy próximo, entre ellos están: Thomas Jefferson, James Madison, George Washington, Benjamín Franklin, Alexander Hamilton, John Jay, James Madison, Robert Livingston y Roger Sherman entre  otros.

 En estos “enclaves de espacio y tiempo” se concretaron ideas, surgieron movimientos que alimentan la cultura de una sociedad. Se promovieron avances significativos en el arte,  la pintura, la música, expresiones literarias, construcciones simbólicas comunitarias e infraestructura que muestran el desarrollo y avances de las sociedades humanas. Los viajes que he realizado durante muchos años me permiten llegar a estas observaciones.  

 En este tiempo centré mi trabajo en los estudios de población y la utilización  de metodologías para el análisis multivariado. El uso de los computadores, y el aumento  de  la conectividad con terminales de impresión y  uso de pantallas para interactuar con  el procesador central iban en aumento. A la par desarrollé mi tesis de doctorado aplicando un modelo combinado de rutas causales y modelos de correlación y regresión estadística en el comportamiento  de la fecundidad en Puerto Rico.  Estos resultados sirvieron de base para sustentarla. Obtuve un resultado satisfactorio para optar por el título de Ph.D., con énfasis en estudios de población (Demografía y sociología) otorgado en ceremonia en  graduación colectiva  a comienzos de la primavera el 17 de marzo de 1972.

 En el último trimestre del doctorado el Dr. Schwirian, jefe del Departamento de Sociología, me asignó como tutor del grupo de estudiantes de doctorado para orientarlos en el uso de los computadores y su aplicación en el análisis  multivariado.  Elsita había terminado la maestría en Sociología en 1970, con énfasis en la participación femenina, el rol de la mujer en la sociedades modernas, y su papel en el sociedad.  La fundación LASPAU aprobó su continuación para el doctorado en el cual ya tenía varios trimestres avanzados. Ella también asistía a las clases que dictaba sobre análisis multivariado.

 Tuve la oportunidad de presentar la ponencia sobre los resultados del estudio de doctorado sobre la fecundidad en Puerto Rico con la Asociación Americana de Sociología celebrada en Ontario (Canadá).  La ponencia llamó la  atención  por la aplicación   del análisis multivariado a datos poblaciones para explicar las variaciones  en la fecundidad, en especial del Dr. Robert O. Carrelton de la división de Población de las Naciones Unidas, al finalizar se  acercó   y me preguntó sobre los planes que tenía para trabajar en Latinoamérica. Estaba decidido  a regresar a Colombia y dedicarme a trabajar como   sociólogo en la ciudad de Cali.  Para mi era el “mejor vividero del mundo”. De todas maneras, me entregó un  formulario para llenar con  mis datos  e incluirme en la lista de  candidatos de  trabajos en Colombia  y Latinoamérica. El Dr. Carrelton   trabajaba como sociólogo demógrafo en la División de Población de Naciones Unidas en Nueva York.

 Los egos se elevan con la vanidad y arrogancia. Oscurecen las relaciones de  pareja que algún día fueron desinteresadas y bonitas. Elsita insistía en que ella terminaría sus estudios de doctorado y trabajaría en Bogotá. Y yo que regresaría a Cali. Algunas discusiones un poco acaloradas se presentaron en esos días pero las dejamos pasar sin llegar acuerdos definitivos. Pero algo me decía que las cosas cambiarían y muy pronto.

 Para ese momento del verano de 1972, estaba en auge  un  programa especial llamado Europa House.  Consistía en una gira de 45 días visitando diversos países de Europa. La vida en pareja nos dio la oportunidad  de hacer el recorrido  juntos pero decidimos dividir nuestros dineros por mitades para que cada uno realizara a su manera el sueño de viajar por los países Europeos. Durante las últimas semanas, antes del viaje a Europa, las conversaciones entre Elsita y yo, disminuyeron, el amor empezó a desmoronarse. Las últimas semanas antes del viaje,  para evitar  mayores disgustos,  Elsita decidió trasladarse a las residencias universitarias  femeninas (Women Towers). Amigas de Elsita empezaron  a aparecer en nuestras conversaciones y a opinar en los temas de nuestras discusiones.

 El poder femenino era la atmósfera que permeaba la cultura estudiantil y se hacia sentir en el día a día. La arrogancia, demostración  del poder y las diferencias de género eran un tema permanente que aumentaba el acaloramiento entre las personas. Percibía el apoyo que Elsita recibía de sus amigas de la universidad para “que no se dejara”. Salió por supuesto a relucir el “machismo colombiano”, personificado por mi. Todo lo construido por años de convivencia marital, arrojado por un abismo.   Todo el camino señalaba incertidumbre y aumentaba la tristeza. La vergüenza y el dolor de la ausencia  me hacían sentir como un pequeño sólo y vulnerable. Sentía que la relación de pareja comenzaba a deteriorarse. 

 Una tarde, de ese nefasto mes de junio, llegué al apartamento temprano y encontré sobre la  mesa del comedor una nota de Elsita que decía:

 «Me voy para las residencias femeninas mientras llega la fecha del viaje  a Europa por separado. Tu salida esta programada para la primera semana de Julio saliendo de Washington D.C. y la mía la semana siguiente. Te deseo un feliz viaje. Elsita.» 

 Comprendí que estaba sólo, en un apartamento triste. El vacío y la ausencia de Elsita se percibía. Los pensamientos daban vueltas en mi cabeza. Las razones para que todo esto sucediera. Algo tan sencillo como ponerse de acuerdo   sobre un lugar para vivir en el futuro cercano. Seguía  repasando la vida  recorrida juntos desde los tiempos de nuestras caricias juveniles, de nuestros amores universitarios en Bogotá. Casi seis años de enamoramiento y  cuatro años de nuestro matrimonio  feliz.  Perdido como estaba en mis divagaciones, tratando de encontrar una salida al sufrimiento, escuché unos suaves  golpes  de llamado en la puerta:

 «Quien es?», pregunté.

 « Soy yo Bárbara,  una  alumna en el curso de posgrado sobre análisis multivariado.»

 Abrí la puerta, algo perturbado.  Allí estaba una sonriente y linda peli colorada.

 «Supe que Elsita se trasladó a vivir a las residencias femeninas, y sentí  deseos de venir a saludarte y acompañarte un rato en estos momentos de  dolor y sufrimiento.»

 Sin salir de mi asombro y casi por inercia le dije:

«Bienvenida, Bárbara, puedes seguir y sentarte. La verdad, estoy descontrolado. No comprendo  la decisión tomada  por Elsita. Todo tiene que pasar para  encontrar una solución.»

 Es sorprendente la velocidad con la que ocurren las cosas. Aparece lo  inesperado, lo inadmisible, lo no planeado. Lo que va  a suceder, sucede, y no lo detiene nadie. Me senté a conversar con Bárbara de todo y de nada.  En algún  momento de la charla, amenizada por la delicadeza y actitud femenina sincera de amistad, la invité a tomar un trago. Un bar local cercano nos sirvió como lugar para apagar el dolor  con un par de  cocteles “Dry Manhattan”. La combinación perfecta de un Bourbon Jack Daniels, una parte de vino blanco o tinto, unas góticas amargas, un twist de limón, y una cereza cherry, con una pareja en busca de amainar la soledad y satisfacer el deseo de compartir unas cuantas caricias hizo que surgiera una amistad romántica que duró tres semanas antes de salir para Europa.

 Durante las semanas  siguientes  nos vimos varios  días en su casa situada en uno de los suburbios cerca de mi apartamento. Ella estaba en un proceso de separación con solicitud de divorcio y manejo de hijos del matrimonio. Entre los dos hubo un pacto tácito de vivir una relación fugaz. Un juego de adultos para disfrutar el sexo siguiendo un  texto recién salido que se llamaba “The Joy of sex” de Alex Confort . No era amor romántico. Era un arrebato de la pasión, compañera de muchas noches compartiendo la vida. Un juego de hacer el amor, con dos jugadores voluntarios. Sentados desnudos en una banca de madera colgante, hacíamos el amor envueltos por el aroma del vino tinto calentado  suavemente al vapor,  con  adición de canela en polvo. Un ambiente de aromas para el éxtasis que abría los poros de la piel y el espíritu.   Para esta relación, no encuentro explicación. Se dio, como se dan las flores silvestres, espontánea, sin compromisos, sin pasado ni futuro.

 Para el viaje a Europa que salía de Washington D.C. se conformaron varios grupos. Con Elsita, decidimos que viajaríamos en grupos diferentes  pero con la posibilidad de vernos ocasionalmente, cuando el alma nos lo dictara,  en alguna parte. Salí de Columbus en el carro VW.  Llegué de visita por un par de días a la casa de Tony y mi hermana. Dejé el carro estacionado  durante los 45 días que duraba el viaje. Me llevaron al aeropuerto internacional (Dulles Airport ) recientemente inaugurado. Frente a nosotros caminaban chorros de juventud de todos los estilos.  “Hippies”, vestidos en todas las formas y colores. Hombres jóvenes barbados y de  pelo largo. Cantidades de  mujeres hermosas adolescentes vibrando por la primera visita a Europa.  Contrastaban frente a mi, que ya rayaba los treinta años, pero con una pinta que no desentonaba. Un recorrido fascinante de aprendizaje y una untada cultural en todas las áreas del conocimiento y exposición geográfica. El viaje terrestre inició en Londres, visitando varios lugares en Francia, con permanencias en Paris y los castillos del Loira. Visitas a algunos lugares   en Suiza: Lucerna, Ginebra y los Alpes. En Italia atravesar de norte a sur pasando por Florencia, Roma y Nápoles  para terminar en el mar Adriático en Petra. Realizar el  transbordo en barco hacia Delfos en Grecia en donde se encuentra el templo de Apolo. Visitar la ciudad de Atenas y algunas de las islas. Continuar hacia el norte por Tesalónica hacia Belgrado la antigua capital de Yugoeslavia y Zagreb. Entrar a Checoeslovaquia con su hermosa capital, Praga, una de las ciudades más lindas de Europa. Después los países   bajos: Holanda, Bélgica, y Luxemburgo.  En Alemania visitar Bremen, Hanover y otros pueblos y por supuesto el gran paseo a Berlín la capital de la nueva república Alemana. Observar las ruinas que quedaron después de la Segunda Guerra Mundial. Cruzar el  “Charlie Point” con un recorrido corto  al lado oriental manejado por Rusia. Pasar por Dinamarca.  Recorrer  su zona roja con los adelantos más increíbles en la pornografía: nudismo, sexo en vivo, animalidad con caballos y otros, que ya no recuerdo.

 En el vuelo a Londres tuve como acompañante  una linda y joven americana  de Illinois, Susan Bonetty. Nuestra conversación fue tan amena y agradable que decidimos compartir nuestro viaje de ahí en adelante. Con Susan los días fueron fascinantes. Las visitas diarias a los sitios turísticos, los castillos medievales, la historia, las iglesias, las catedrales, los recorridos por pueblos y  ciudades. Su presencia de mujer completa, le dieron consuelo a mi alma maltrecha por el sufrimiento de mi vida con Elsita como pareja. El tiempo en Europa pasó como un vuelo de mariposa en el aire. La alegría del tiempo compartido con  Susan, las historias y anécdotas vividas al unísono alimentaban  el gozo del inicio de una relación con la pasajera del asiento de  al lado en el vuelo entre Washington y Londres.

 En Londres con Susan y un grupo de juventudes hicimos el recorrido tradicional del city tour, a vuelo de pájaro, para ubicar las actividades específicas en los tiempos programados, Picadilly Circus, los palacios  y casas reales.  Una visita especial a “Stonehenge” para satisfacer deseos extra terrestres y el cementerio central para lo infraterrenal.  Una mirada al pasado de los grandes representantes de la literatura inglesa dan origen a un “nodo” o enclave  de las letras universales. Esto constituye una hipótesis de trabajo sociológico que habita en mi mente hace rato.  Algunos de estos autores adornaron mis lecturas de estudiante durante el pregrado. Otros simplemente los menciono para apoyar la proposición hipotética de una futura investigación.  Como no empezar por el gran maestro de todos los tiempos, William Shakespeare  con obras inmortales como: Hamlet, El sueño de una noche de verano, Romeo y Julieta; Christopher Marlowe (Doctor Fausto); Geoffrey Chausser “padre de la literatura inglesa” con los cuentos de Canterbury en el siglo XV; Ben Johansson (el Alquimista); Thomas Hobbes (El Leviatán); John Milton (el Paraíso Perdido), Daniel Defoe (Robinson Crusoe), Johnatan Swift (Los viajes de Gulliver ); James Austin (orgullo y prejuicio); Mary Shelley (Frankenstein); Oscar Wilde (El retrato de Dorian Grey); Virginia Woolf ( La señora Dalloway); T.S. Eliot (La Tierra Baldía) y Jorge Conrad (El corazón de las Tinieblas) entre muchos. Suficiente demostración de la existencia, en  Inglaterra, de un centro o atmósfera literaria diseminada  por toda Europa y el mundo.

 Viajamos por tierra pasando el canal entre Inglaterra y Francia en un “Over-Craft”. Una especie de máquina inflable movida por un par de  hélices   muy grandes. Se desplaza  sobre la superficie del mar a gran velocidad, como un avión en el aire. Salía de Plymouth en Inglaterra y llegaba a Calais en Francia. Susan me insistió que tomara una pastilla para el mareo para no tener dificultades durante  el viaje. Me daba risa, y no le hice caso.  Me la pasé dentro del baño vomitando los 45 minutos del viaje. Y para colmo de males, aguantar la sensación aburridora de malestar atravesando en bus la campiña francesa hasta  llegar a Paris. Llegar a hacer el saludo de todo el grupo  en la “Plaza de la Concordia” y continuar hacia Monmartre  a buscar “Le Petit Hotel” en donde estaban  las acomodaciones. Sin más remedio comí y me acosté a dormir muy  frustrado y adolorido por no seguir las recomendaciones de Susan.

 Las dos noches en  Paris dieron la bienvenida a las primeras borracheras nocturnas. Los gritos de hombre enamorado: “I love you Susan” desde la calle en compañía de otros viajeros borrachos que también les gritaban a sus amores y conquistas.  La juventud viajera se desparramaba por todas partes impulsada por esa libertad que emanaba de la filosofía de “laisser faire “ y “laisser paser”. La búsqueda de la felicidad de los años juveniles  se expresa con la frivolidad y relajamiento de las sanas costumbres. Y el uso racional  de un poquito de dinero,  el consumo de marihuana y drogas alucinógenas. El consumo vegetariano de algunos hongos que mejoraban o aumentaban  la sexualidad que brotaba a flor de piel en un verano caliente.

 Paris, la “ciudad luz” nos contagió con su belleza y su armonía arquitectónica. Visitar sus avenidas,  calles, la Bonne Nouvelle, los Jardines de las Tullerias, el Arco del Triunfo y la gran Torre Eiffel. Este último monumento parisino, nos mostró la realidad de nuestros bolsillos. Algunos viajeros y nosotros, pretendíamos almorzar en el restaurante ubicado en su segundo piso, pero el dinero que llevábamos no nos alcanzaba ni para pagar la entrada. Terminamos almorzando en un restaurante de “paso” a las orillas del Sena.

  Prosiguiendo con el enfoque de los “enclaves”.  Paris es considerado el centro de todas las ideas que se dan en el Arte y en la Letras. La visita obligada al museo el  Louvre, sirve para reforzar la hipótesis de núcleo o polo de atracción. La presencia de cuadros como la Gioconda de Leonardo da Vinci,  o Mona lisa.   La obra de arte más visitada en el mundo. Otras obras para mencionar:  La Venus del Milo, de Alejandro de Antioquia; la Libertad Llamando al Pueblo, de Delacroix; y  las bodas de Caná, de Veronés, y miles más que son el deleite de los impresionistas. Inspiración de artistas y de todos los que se entusiasman con el disfrute estético y la belleza en el arte y en las letras. En Paris se da de todo, en ramas o en ramilletes, independientes, iluminados, escritores, pensadores, hombres y mujeres que en las artes y en las letras quieren dejar su nombre para la posteridad.

 En Suiza, visitamos Lucerna, Ginebra y los Alpes con un descanso en “Sasfi” un pueblo en la punta del cerro. De este pueblo tengo un recuerdo muy marcado porque en la biblioteca del hotel encontré una copia antigua del Primer Ensayo de Malthus. Hallarlo me dio la oportunidad de escribir unos comentarios, que posteriormente publiqué en 1973 en una separata del periódico El País en Cali. Llegamos  a Italia por el norte pasando por “Isola Bella”.  En nuestra visita a Florencia pudimos disfrutar las grandes obras de Miguel Ángel: el David en el museo y galerías Uffizi, la capilla Sixtina en Roma, la Piedad en la catedral de San Pedro, y el Moisés en la capilla de San Pablo; Rafael Sancio: la Bella Jardinera, la Escuela de Atenas, la Transfiguración; Sandro Botticelli: las Tres Gracias, el Nacimiento de Venus, la Primavera; Donatello (Escultor): La Anunciación, San Juan Evangelista, San Jorge,  y muchos pintores, escultores y arquitectos. Entre Roma y Florencia surge un nodo en donde nació y floreció el Renacimiento en las artes, las letras, la arquitectura y la ciencia, y se expandió por toda Europa.

 Para este viaje, me entrené con esmero en el manejo de una cámara fotográfica Yashika 1.7 que un  amigo colombiano en Columbus me regaló con todos sus implementos, incluyendo un lente gran angular y otros en sus cajitas de cuero. En los  museos no se permitía el uso del “Flash”.  Así, me volví un  tigre en la combinación simultánea de los cuatro principios fundamentales de la fotografía: distancia (telemetro), apertura del diafragma, tiempo de exposición y luminosidad (manejo del fotómetro). Logré unas fotos espectaculares de la Gioconda, la Venus del Milo,  el Moisés, el David de Miguel Ángel y la Nefertitis del museo Egipcio en  Berlín. Varias de estas fotografías fueron incluidas en la elaboración de calendarios de la Editorial Colombia de la ciudad de Cali, propiedad del papá de una amiga muy querida.

 Pasamos a Grecia cuna del pensamiento filosófico, del arte y las letras con una visita a la Acrópolis y los grandes monumentos desde Apolo en Delfos. En este ambiente de la Grecia antigua  crecieron las mentes increíbles  de Aristóteles, Sófocles, Platón, Heródoto, Sócrates y muchos otros, que ni siquiera soy capaz de mencionar o tratar  de acercarme  a pronunciar o escribir su nombre. Sobre ellos los reconocidos,  los  olvidados o no identificados  se levanta toda la civilización occidental.

 Me gustaría terminar el acercamiento de los enclaves, trasladando mi entusiasmo a Alemania y Austria con la geografía de Viena y Salzburgo en donde una sociedad en la historia de la humanidad disfrutó de la pasión musical con grandes  compositores y músicos como:  Ludwig van  Beethoven,  Amadeus Mozart,  Johan Strauss II, Carl Czermy, Joseph Hayden, Franz Schubert, Antonio Vivaldi, Sebastián Bach, Robert Schumann, Félix Mendelson, y Clara Schumann. Demasiado para mi  conocimiento elemental en el área, pero suficiente para los gomosos de la música clásica. Fortalece  el cimiento de la tesis sobre los conglomerados: “Dios los cría y ellos se juntan”.

 En una ocasión se dio la oportunidad de compartir un encuentro apasionado con Elsita. Fue en Berlín, con autorización  de los líderes organizadores. Sabían que éramos un matrimonio,  viajando por separado, pero con la posibilidad de juntarnos en algún momento. Me encontraba en Hannover al final del recorrido en mi grupo que seguiría  el viaje hacia  Amsterdam. Hablé con ella por teléfono.  Acordamos que regresaría a Berlín en tren viajando casi toda la noche para llegar de madrugada. Me estaba esperando en una habitación acomodada especialmente para la ocasión. Alejarse de manera rotunda de los seres que uno quiere no es tarea fácil. La llama del amor se aviva y regresan las pasiones  como huracanes.  Los verdaderos sentimientos se guardan “en un rincón del alma”, como dice el bolero. Estuvimos juntos todo el día paseando y visitando el Museo Dalem en donde hay una gran colección de obras de oro de nuestro país. Unas estatuas maravillosas traídas del parque arqueológico de San Agustín  que custodian la puerta de ingreso al museo. En las horas de la tarde visitamos  el Museo Egipcio en donde se encuentra la “Nefertitis” guardada totalmente en un cubo de vidrio. Allí  tomé una de mis mejores fotografías del busto de esta figura egipcia. Finalmente, nos despedimos con una bonita cena para continuar por separado el recorrido del final  del viaje por los países de Europa.

 Un recuerdo inolvidable llega a mi memoria. Cuando llegamos a Roma encontramos en el lobby del hotel un hermoso ramo de flores  enviado por el  novio de Susan quien  sería su esposo al regresar de su viaje . Lo celebramos con entusiasmo en la habitación mientras ella esperaba una llamada de larga distancia para el agradecimiento. Una cena amorosa con un buen vino tinto Chianty y unos besos y abrazos en la alcoba que remataban este precioso acontecimiento. El viaje largo por todo Europa termino en Londres con mi llegada en un vuelo de Berlín en una línea “aérea estudiantil” en avionetas para pocos pasajeros  y un tiquete muy barato, que aterrizó en Heatrow aeropuerto internacional de Londres. La ultima noche con Susan, me esperaba para despedir nuestro viaje y regresar a USA por Washington. Una noche para recordar con gran entrega y ternura de dos seres que se unieron por un   tiempo sin compromisos, abiertos a los acontecimientos que nos acompañaron en  un verano caliente que se atravesó  en el camino  de dos   enamorados. Nos dimos  una triste y dolorosa despedida en un bus en el lugar de siempre,  en la última fila,  con un beso lagrimoso que tengo todavía en el recuerdo.   

 Al finalizar el viaje a Europa y regresar a Estados Unidos, llegué a la casa de Tony e Irma. Me habían dejado las llaves de la casa y del carro con una vecina pues estaban por fuera en las vacaciones de verano.  Esperé unos días el regreso de Elsita y volví con ella a Columbus Ohio. Tal como lo habíamos acordado,  en pocos días preparé mi retorno a Colombia para el mes de septiembre. Arreglamos nuestra despedida  de acuerdo con las fechas del pasaje de regreso enviado por la oficina de ICETEX en Bogotá. En este momento, resulta importante resaltar que el ICETEX siempre cumplió con lo acordado: recibí una mesada para mi sostenimiento, en los trimestres en que no pagué matricula en Ohio, me mandaron el valor de la matrícula para gastos personales. Siendo de gran utilidad porque la beca no era suficiente para una vida adecuada de un estudiante en el exterior.

 La fortuna estuvo de nuestra parte, en el aspecto financiero. Elsita y yo  obtuvimos becas, salarios por la asistencia docente  e investigativa,  los trabajos que realicé  para el Colegio de Farmacia sobre procesamiento  de datos  computarizados.  Estos ingresos fueron muy importantes  durante el último año del doctorado. Me permitieron regresar  a Colombia con un pequeño capital, pero suficiente para dar la cuota inicial de un apartamento y adquirir  mi primer carro  cuando llegué  a Santiago de Cali.

 El día de mi llegada a Bogotá, en el  aeropuerto,  llamé  al Dr. Guillermo López Escobar. Nos habíamos conocido con anterioridad en algunas de las festividades  decembrinas. Me dio una cita para el lunes en su oficina de ASCOFAME  cerca de la Universidad Javeriana. Ese mismo día me consiguió una oficina para empezar a trabajar analizando las primeras encuestas sobre demografía  y salud que dirigía el Ministerio de Salud Pública. Decidí escribir un primer ensayo sobre los cambios en los niveles de  fecundidad para Colombia utilizando los resultados de las tasas totales de fecundidad para grandes conglomerados.

 Era emocionante poder  mostrar las diferencias  comparativas en las tasas de fecundidad  total entre las mujeres de las zonas urbanas y rurales. El diferencial era muy significativo. Se mostraba cómo la fecundidad   de las mujeres en las zonas urbanas comenzaba a descender por debajo de 3 hijos por mujer en edad fértil en comparación  con las mujeres en las zonas rurales con datos muy por encima   de 4 a 5 hijos por mujer. En  el momento los resultados eran valiosísimos para revelar  la importancia de los programas de planificación familiar que lideraba   Pro Familia. Fue la institución que posteriormente se encargo de manejar las Encuestas sobre demografía y salud. 

 En este recorrido por ASCOFAME apareció el Dr. Carlos Agualimpia. Mi trabajo le interesó  y me ofreció un empleo en la ciudad de Cali en un  proyecto especial de la Organización Mundial de la Salud sobre Planificación y Evaluación  de Servicios de Salud. Decidí abandonar la ciudad de Bogotá, para ir tras mi sueño  de trabajar en la ciudad de Cali que para mi era el “mejor vividero del mundo”.

 

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