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miércoles, 23 de agosto de 2023

Batalla entre la fantasia y la realidad

 


Clemencia Gómez

“Solo si uno es capaz de imaginar lo que ha ocurrido, de repetirlo en la imaginación, verá las historias, y sólo si tiene la paciencia de llevarlas largo tiempo dentro de sí, y de contárselas y recontárselas una y otra vez, será capaz de contarlas bien”. Cita que recordó Javier Marías, de su admirada Isak Dinesen. (Seudónimo utilizado por la escritora danesa Karen Blixen, para desarrollar su carrera literaria. Natural de Dinamarca, Blixen (1885-1962) estudió Arte y, tras casarse, emigró a África para regentar una plantación de café).

 Ricardo III aterrorizado por visones nocturnas

Javier Marías, nació y murió en Madrid (20 de septiembre de 1951-11 de septiembre 2022). Escritor, filósofo, traductor, y editor. Miembro de la Real Academia Española desde 2008, hasta su fallecimiento en 2022, donde ocupó la silla R.

En la literatura actual, se habla de un estilo “Marías”, debido a que el escritor español, supo integrar en sus narraciones, el relato sentimental, la novela policíaca y de espionaje, la intriga irónicamente humorística, la fábula metafórica y la ficción simbólica.

Las novelas de Javier, están habitadas por personajes complejos, que se enfrentan a situaciones inciertas, lo que le permite explorar con sutileza, nuevas formas de contar los sucesos.  

Un homenaje realizado en Madrid, con motivo de su fallecimiento, escuché expresiones de los amigos cercanos, que me llamaron la atención, menciono algunas: faro en la costa, inflamable por voluntad y destino, le dio cuerda al idioma, la escritura fantástica fue una de sus favoritas, y, se retrató a sí mismo como un personaje de ficción.

El título de la novela escrita por Javier Marías, “Mañana en la batalla piensa en mí”, está inspirado en un personaje shakesperiano, sanguinario, malvado y sediento de poder, el monarca Ricardo III, hombre feo, jorobado y de brazo marchito, las deformaciones físicas, fueron consideradas un mal en su alma. La propia madre, duquesa de York, lo maldijo. El afán de dominación y la avaricia, lo llevó a asesinar dos jóvenes inocentes, a su propio hermano y a la esposa.  En las visiones nocturnas, los fantasmas de las victimas del monarca, se le aparecen para repetir el verso que utilizó Marías en el título de la novela que vio la luz en el año 1994.

Me adentré en el campo de batalla propuesto por el español, desde la trinchera, sentí la añoranza, la relación entre fantasía y realidad, lo que desaparece, o talvez ni siquiera aparece, porque ha llegado a contarse, lo que fue y sigue siendo porque no puede ser olvidad ya que aún es. Un campo complejo en el que no hay vencedores ni vencidos, todo escondido bajo un velo negro, donde un secreto siempre esconde otro, aún más profundo. Cada personaje atrapado en sus divagaciones mentales, y dentro de un entorno, confuso, oscuro, distante y agitado.

1.    Combate entre la muerte y la añoranza

“No hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás existió”. Joaquín Sabina (Cantautor español).  La añoranza revolotea sobre la mente de Víctor Francés, un hombre al que la repentina muerte de Marta Téllez, le arrebata la posibilidad de ser su amante. A partir del momento, el recuerdo y la ausencia, se convierten en presencia permanente que habita los días.

Con el brasier en la mano, símbolo de un trofeo no logrado, reflexiona sobre aquel cuerpo que hasta hace pocos minutos era objeto de excitación y deseo, ahora se ha convertido en un desecho al que hay que incinerar.

Me sorprendió el repentino desenlace que truncó aquel encuentro furtivo, impregnado de encanto, sigilo y seducción y a la vez permitió que la occisa, recibiera de un hombre desconocido, compañía y afecto, en el momento final de su vida. 

Recordé la canción interpretada por Joan Manuel Serrat ¿Quién será ese buen amigo
que morirá conmigo, aunque sea un tanto así? ¿
Quién pondrá fin a mi diario, al caer la última hoja en mi calendario? 
Pensé en el pequeño e indefenso Eugenio, hijo de la difunta, quien descansa en su habitación bajo la custodia de aviones de juguete, colgados en el techo, que no cesan de amenazar con guerra.  Agazapada entre la cubierta del libro, aturdida y desconcertada sentí la presencia de fuerzas sombrías, que parecían apuntar hacia mi cabeza. Desde aquella trinchera, escuché el llanto estridente de quien busca consuelo a su abatimiento, labios que se muerden tapando la impudicia y la desvergüenza. “La hermana ha muerto mientras el esposo estaba ausente”. Tal vez sus oídos se encontraban ocupados en percibir los propios estruendos.

2.   Los fantasmas rondan la obra de Marías  

“El fantasma es una representación de un pasado, bajo algo que yacía en la tierra y que ahora se ha vuelto transparente, y en muchos casos olvidado. (Javier Marías en el prólogo de su libro Vida del Fantasma (1995).

Víctor Francés, es más que un escritor fantasma. Utiliza las palabras para que otros sean escuchados, sin que su nombre aparezca. El aspecto físico del personaje, no está definido, y suplanta al amigo Ruibérriz de Torres, como estrategia para acercarse a la familia de Marta Téllez, la difunta que murió a su lado. Francés expresa: “Y, aunque no haya nada, algo nos mueve, no es posible estar quietos, no en nuestro sitio, como si de nuestra propia respiración emanasen rencores, y deseos vacuos”, tormentos que nos podríamos haber ahorrado”.

Víctor deja traslucir una mente acechada por fuerzas ocultas que lo impulsan a moverse de un lado para otro, la figura del fantasma aparece y desaparece como “alma solitaria”, un ser encarcelado en sus dramas, en sus obsesiones, atrapado en un destino marcado por la incertidumbre, tratando de buscar la salida.

Acudí a una investigación realizada por Román Ricardo J, de la Revista de Arte y Humanidades de la Universidad Católica de Venezuela , sobre Javier Marías titulada  “Cuando el fantasma hace literatura “, cita una  frase del propio escritor:  «Cada vez me voy sintiendo más cercano a una de las figuras literarias predilectas, el fantasma: alguien a quien ya no le pasan de verdad las cosas, pero que se sigue preocupando por lo que ocurre allí donde solían pasarle y que –aun no estando del todo– trata de intervenir a favor o en contra de quienes quiere o desprecia”.

El investigador escudriña sobre los personajes de Marías, seres que parecen ratones encarcelados, en sus dramas, en sus obsesiones, tratando de buscar la salida, a través de laberintos. Cada personaje tiene algo de fantasma, la mezcla de personajes y situaciones estimulan la ronda.  

Al final del estudio realizado por la revista venezolana, el investigador Ricardo concluye, como este fantasma mira y murmura, ve fantasmas, fuma, se enfada o espanta, se disfraza, viaja y vuelve, hace crítica, recuerda, se retira, todo desde la concepción de sus textos, de su prosa, de su memoria y su lucidez.

Al concluir la lectura de la novela con los ojos cerrado, visualicé la figura de los personajes fantasmagóricos creados y dirigido, por el escritor, narrador, personaje y titiritero mayor Javier Marías. Todos llevan lanzas, y esperan la orden del acróbata y volantín, para arrojarlas sobre los lectores.

Desde el cielo de los escritores y poetas, el español seguirá escudriñando la mente humana, para continuar la tarea póstuma, darles luz a los fantasmas, porque es su alimento. Hasta siempre Marías.

La poeta Emily Dickinson, quien debe habitar también aquel espacio, ya había explorado el tema de los embrujos. Cito una estrofa de su poema “los espacios habitados”, como homenaje al escritor español.   

No hay que ser una alcoba para estar embrujada

no hay que ser una casa.

Los pasadizos del cerebro  exceden el lugar material.

 


1 comentario:

  1. Clemencia. Que ejercicio maravilloso haces al comentar un autor, sumergiéndote en su contexto y, como lo dices, poniendo a volar la imaginación. Cuanta riqueza extraes del autor en su complejidad. Te agradezco que hayas compartido tan bello texto, logrado con dedicación, pero también con el disfrute del lenguaje y la escritura. Un gran abrazo.

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