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miércoles, 18 de junio de 2025

Las mujeres en la historia del Socorro Santander

Jesús Rico Velasco

 Llegamos al aeropuerto internacional Palonegro de la ciudad de Bucaramanga, capital del Departamento de Santander, y nos quedamos en Girón que hace parte del área metropolitana  de Bucaramanga fundada en 1631. Visitamos la Basílica menor de San Juan Bautista ubicada en la plaza principal considerada monumento nacional desde 1959. La arquitectura colonial  heredada de los españoles:   calles empedradas, casas  con techo de barro de dos pisos con paredes pintadas de blanco, balcones y barandas en madera forjadas con portones amplios de color marrón o negro resaltan  la hermosura de Girón al paso de los visitantes.

 


San Juan de Girón es un patrimonio vivo. En sus calles es muy frecuente encontrar “gitanas” que adivinan la suerte  de visitantes leyendo la palma de la mano. En el atardecer visitamos  el Ecoparque Cerro del Santísimo ubicado en Floridablanca parte del área metropolitana. Al parque se accede por un sistema de teleférico de 1380 metros.  Dos ascensores panorámicos  permiten divisar como fotogramas a Floridablanca y parte de la ciudad de Bucaramanga.    Una colosal escultura   de Jesús de Nazareth de 35 metros de altura remata la punta del cerro.  La iluminación facilita a los  visitantes  jugar con la perspectiva de las luces para lograr una línea visual acercando un punto principal imaginario y tocar en el claro oscuro la mano alzada derecha  del Nazareno. Mariana en un ángulo perfecto logra “chocar” la mano con la del Santísimo entre los rayos de luz  y  sombras. La estatua fue realizada por el artista Juan José Cobos Roa escultor con formación en la arquitectura con más de 30 monumentos  alrededor del país.  El lugar cuenta con una extraordinaria función   de luces de colores sobre fuentes de agua.

 

Al siguiente día la visita fue al Parque Nacional Chicamocha con una parada en el mercado campesino “La Acuarela” ubicado en la Mesa de los Santos, región famosa por cultivar el café Umpala uno de los más selectos en Colombia. Y con un primer encuentro con la gastronomía santandereana:  un rico almuerzo para probar el tamal santandereano (tamal de maíz y garbanzo con cerdo o pollo), la carne oreada (técnica ancestral en que la carne se sala y se deja el sol para conservar pues no había neveras) y la arepa con mezcla de  choclo de gran sabor a maíz tierno y jugosos chicharrones de cerdo en “La criollita”. Las calles del pueblito son lindas se siente  orgullo de patria reflejado en avisos de gran tamaño hacia la carretera con  los colores de la bandera amarillo azul y rojo: “Colombia destino turístico de clase mundial”.

 El Parque Nacional Chicamocha  nos recibió con una entrada monumental.   Una construcción  arquitectónica de dos columnas soportando un aviso sugestivo  para los turistas. Es un parque temático dedicado al ecoturismo.  Se recorre por  teleférico sobre el cañón del río Chicamocha en una experiencia visual extraordinaria. Abierto al público en diciembre de 2006 cuenta con atracciones como tirolin, pista de patinaje y para Buggies, Jumping, parapente y canotaje. En un apartado se encuentra el parque de los avestruces, de las cabras y un mirador de 300º que  desciende la mirada por los peñascos montañosos y cae con una visual al fondo del rio Chicamocha.

 El monumento a la Santanderianidad es un verdadero atractivo turístico, cultural y artístico  de representación patriótica a la revolución de los comuneros. Construida en mitad de la montaña  por el maestro Luis Guillermo Vallejo escultor, pintor, arquitecto egresado de la Universidad de los Andes.  El monumento en homenaje  a los comuneros de 1781, constituido por un conjunto de 36 esculturas sobre una plataforma paraboloide de 55 metros de largo por 22 de ancho, la cual asemeja una hoja de tabaco orientada hacia el Socorro (cuna del Movimiento) en el mirador del cañón del río Chicamocha, llamado Ventanas, en el municipio de Aratoca entre Bucaramanga y San Gil.

 En el centro aparece una explosión de rocas sostenidas por rayos, simbolizando el estallido de la insurrección, y la figura de Manuela Beltrán rasgando el edicto real que establecía onerosos impuestos. La figura de José Antonio Galán encabeza la marcha hacia Santafé, en tanto que Juan Francisco Berbeo, aparece sentado en el piso llorando su traición y cubierto solo por un poncho.

En un extremo Fray Ciriaco de Archila, quien apoyó a los comuneros, aparece entregando el Manifiesto del Común, y en el extremo opuesto aparece el arzobispo Caballero y Góngora, tipificado como un traidor, quien cubre su rostro con una máscara y sostiene su báculo convertido en hacha. Cabe recordar que Caballero y Góngora ejercía simultáneamente las funciones de arzobispo y virrey, y se desplazó hasta Zipaquirá para disuadir a los Comuneros de su intento de ingresar a la capital, pero al regresar a Santafé anuló las capitulaciones argumentando que habían sido firmadas bajo presión, y el cuerpo de Galán, tras ser capturado y muerto, fue desmembrado para exponer como escarmiento sus miembros en diferentes pueblos.

Arciniegas calificó de traidor a Berbeo, pues a cambio del empleo de corregidor del Socorro ordenó la desmovilización de los comuneros y la captura de Galán. Aunque autores como Phelan defienden el papel de Berbeo y del arzobispo, el monumento expresa el sentir común de la tradición santandereana, que los culpa del fracaso del movimiento, aunque sembró la semilla de la independencia proclamada en 1810 (Martínez Garnica, Armando; 2006. Los nuevos movimientos de la Santanderianidad, revista Santander, edición 1).”

 Nos dirigimos por una trocha en muy malas condiciones que conducía a la población de  Guadalupe. La camioneta en que viajábamos tuvo problemas mecánicos y llegamos a altas horas de la noche.  En el hospedaje hicieron un esfuerzo y nos atendieron   a pesar del tiempo nocturno perdido. A la mañana siguiente salimos por un camino a campo abierto, pasamos por una finca pagando dos mil pesos para cruzar el cerco y llegamos a  la quebrada Las Gachas. Famosa por sus pozos rojizos en forma de jacuzzis resultado de la erosión al paso del agua  en contraste con  las rocas negras del piso en extremo liso y el óxido por el contacto con el agua. La piedra es muy resbalosa y se recomienda usar medias para evitar caídas. Los  pozos tienen diferentes tamaños, formas y profundidades para un día de juegos  deslizarse sobre la roca y caer de repente en el pozo de agua  en compañía de los amigos para regresar cansados al hotel, cenar y preparar maletas para salir temprano hacia el Socorro.

El Socorro es un municipio que tiene gran influencia en la historia de Colombia. En su entorno socio político ocurrieron hechos muy importantes que marcan la historia del país especialmente por el papel desempeñado por sus mujeres “berracas” en la lucha por la independencia. En 1781 con la Revolución comunera convirtieron al departamento de Santander y la población del Socorro en cuna de la libertad  con un protagonismo  representado en: Antonia Santos Plata, Manuela Bertrán, Eloísa Uzcátegui, Helenita Santos Rosillo, y muchas Marías, Margaritas, Rosas, Leonor, …  mujeres que con sus hombres empujaron la revolución. El recuerdo triste del asesinato del prócer José Antonio Galán cuyo cuerpo fue desmembrado   y repartido como escarmiento en varias veredas como muestra del poder colonial. Las mujeres con sus hombres  crearon la guerrilla de Coromoro y Cincelada para luchar contra la invasión española y tuvieron un papel importante en las batallas del Pantano de Vargas y en Boyacá. 

El Socorro de especial recordación personal por ser centro genealógico  de la familia de Antonio María Gómez Medina y Matilde Gómez (línea materna) padres entrañables de mi primera esposa.   Y cuna de la profesora Virginia Gutiérrez de Pineda docente en el Departamento de Sociología de la Universidad Nacional quien fue mi profesora durante varios años de 1961-1965. Virginia nació en el Socorro en 1921 y falleció en Bogotá el 21 de septiembre de 1999. Antropóloga  y Etnóloga licenciada en Ciencias Sociales y Económicas, con maestría y doctorado.    Muchas distinciones, títulos y reconocimientos sociales y académicos recibió en su quehacer profesional. Mujer tierna, amigable con sus alumnos y colegas, profunda en sus conocimientos y  escritos sobre los componentes de La Familia en Colombia. Una publicación en dos volúmenes en donde analiza magistralmente los tipos de familia, su composición, distribución regional y que en 1963 nos facilitó como lectura en nuestras clases. Escritora reconocida sobre el status de la mujer, el tradicionalismo en el país, el patriarcado, la fecundidad, y la estratificación social. Reconocida como figura pública en el billete de $ 10.000 pesos en Colombia en el año 2016.

Visitamos el “Museo Casa  de la Cultura, historia y antropología: Horacio Rodríguez Plata” creado en 1954. Especializado en Arqueología con muchas piezas de la Cultura Guane. La museografía se distribuye en las salas “El Oratorio”, “Comuneros”, “Independencia”, “Republica”, “Simón Bolívar”, “Francisco de Paula Santander”, “Antonia Santos” y “José Antonio Galán”. Hay una sala para conmemorar al maestro José A. Morales “El cantor de la Patria”. En sus jardines reposan los despojos mortales en un “rinconcito amable”. Nació en el Socorro  en 1913 y murió en Bogotá en 1978. Cómo no recordar  sus canciones famosas:

 Pueblito Viejo

https://youtu.be/g2dxLdFw_4c?si=GGLjb2MhUgZRY-DD

Cenizas al viento

https://youtu.be/yaSucdQR65k?si=PBUWQx0yjke8zesU

Doña Rosario.

https://youtu.be/UHo4wVWGgyU?si=8R22HEMda8-dj219

Soberbia.

https://youtu.be/yzmwrlk7PF4?si=gW3XGIiblpEk8hwq

 Tuvimos el privilegio de visitar  la Catedral Nuestra Señora del Socorro monumento histórico y religioso de gran belleza, significado cultural y patrimonial. Es la edificación en piedra más grande de Colombia, con pisos de mármol, vitrales y lámparas de cristal  reunidos en una arquitectura excelsa. Su construcción data de 1683 cuando fueron donados los terrenos para la edificación. La iglesia  construida en piedra labrada  es la única en el país cuyo altar mayor, pulpito e imágenes religiosas están hechas en mármol de “carrara”.

 Salimos de esta heroica ciudad para visitar el Parque Natural El Gallineral ubicado en una isla  que forman dos brazos de la quebrada Curití en la junta con el rio Fonce. Su nombre proviene del árbol que más abunda en la región llamado “Gallinero” también por la ocurrencia de las gallinas de subirse a los árboles a dormir y  evitar el agua  durante las inundaciones. Es un recorrido tranquilo bajo la sombra de grandiosos ejemplares arbóreos y en algunas de sus bases   letreros grabados  con mensajes muy santandereanos: “Mueva ese sieso que nos cogió la noche”; “Puerro zurrón de mierda”; “Suelte el tiesto de celular y párame bolas”;” Vaya que lo lamba un sapo”; “Chupe por pingo”. Hay un lugar amable con una escultura en honor a José Antonio Pereira Arenas, escultor, compositor y musico, inspirado poeta que le canto a su ciudad y a las riberas del río Fonce en un pasodoble:

 Fue tu gente valiente y altiva,

Generosa y de amor por la patria,

Que ofrendara en la lid comunera

sus bienes, su vida,

Todo ello en aras de la libertad ….

 

Hay algo que te hace muy hermosa

y  agiganta tu encanto y belleza,

que el mas lindo retazo del cielo

te cubre tu suelo,

preciosa, graciosa   y alegre  ciudad, ….

 Pasamos por un romántico puente de madera  con barandas torneadas y sobretecho. Al lado del río los enormes árboles  entre ceibas, anacos, y los grandes representativos “Gallineros” adornan el camino.   Animales pequeños como las ardillas se acercan a las manos para degustar  frutos que los turistas les brindan. En el “Puente del Amor” es obligatorio el beso de pareja y de familia para pedirle en un sólo abrazo al cielo la felicidad. Terminamos en un  almacén con el atractivo de degustar las “hormigas culonas” que abundan en la región. Su sabor salado y textura crujiente es una muestra de la gastronomía típica de Santander. Una guía hizo una charla corta sobre la cultura de la Tribu Guanes quienes criaban y utilizaban las hormigas como parte de su sustento.  Otra oportunidad para probar más platos típicos como la carne de cabrito y la pepitoria elaborada con arroz cocinando las vísceras y sangre del cabro.

 Al pasar sobre la carretera que lleva hacia Barichara en donde termina la excursión hicimos una parada  en la entrada al Municipio de Páramo para recorrer  el Santuario de Nuestra Señora de la Salud. Peregrinaciones de diversos lugares llegan para agradecer, suplicar bendiciones y curaciones a enfermedades poco conocidas. En el fondo  los creyentes  se aferran a su fe para pedir por alguna persona enferma, por  su sanación o  un “milagro” frente a las dolencias. En la quebrada que alegre pasa al pie del santuario los turistas  recogen agua para ser bendecida por el cura del pueblo que viene ocasionalmente.

 En la tradición y cultura Guane, Barichara significa “Lugar para el descanso”. Algunas personalidades reconocidas  en  el país han seleccionado esta población para construir sus residencias campestres entre ellas el expresidente Belisario Betancur quien fue presidente de la nación entre 1982 y 1986. Nació en Amaga Antioquia el 4 de febrero de 1923 y murió en Bogotá el 7 de diciembre de 2018 a la edad de 95 años. Contrajo matrimonio con Rosa Helena Álvarez y tuvo tres hijos Beatriz, Diego y María Clara. Durante su gobierno tuvo que confrontar momentos de incertidumbre con la toma y retoma del Palacio de Justicia y las 20.000 víctimas de la avalancha del nevado Ruiz sobre Armero dejando  una población de niños, hombres y mujeres con sus almas enterradas en el barro. La familia Betancur continúa vinculada a la población con los cultivos de fique y piña utilizados en la fabricación de papel. Visitamos el taller “Fundación San Lorenzo de Barichara” en donde mujeres cabeza de familia procesan el Fique y la Piña para producir papel, figuras de animales y accesorios en fique con colores naturales que se venden en su tienda local y en su almacén en Bogotá.

 Lugar de retiro voluntario para algunos artistas como el maestro colombiano  David Manzur Londoño, el pintor vivo más importante del país  que con 95 años de edad  reside en Barichara en plena actividad artística en su casa-estudio en algún lugar de la ciudad. Pintor de origen libanés, estudió en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá. Sus temas preferidos en la pintura son la figura humana, los caballos, y la naturaleza muerta. Otras personalidades se unen a los residentes locales y mantienen su privacidad lejos de las visitas permanentes de turistas provenientes de muchos lugares de Colombia.

 Barichara tiene “duende y encanto particular” es reconocido como “El pueblito más lindo de Colombia” y Monumento Nacional, sus calles adoquinadas le dan un sabor de arquitectura tradicional  colonial. El sector antiguo fue declarado patrimonio cultural colombiano, las construcciones están hechas en piedra amarilla con lajas procesadas en las canteras. Las casas de color blanco, ventanas y balcones de madera de volumen solido muestran casonas con decoraciones de piedra en sus zócalos hasta sus andenes.

 Visitamos la Catedral de la  Inmaculada Concepción con un altar, arcos y  columnas   recubiertas en láminas de pan de  oro. La fachada de la iglesia es de color amarillo que cambia al paso de la luz del sol  a ocre arcilloso. El comercio es robusto con arraigos lejanos  en  la Talabartería con  procesamiento del cuero, la cabuya, implementos  de  caballería como sillas de montar, lazos, frenillos, y productos decorativos. Una labor ancestral es la talla de piedra en productos para el hogar como sanitarios, lavamanos, mesas, y  decoraciones. Un recuerdo realizado mientras esperas en minutos un par de “jaboneras” en piedra amarilla para adornar el baño, que tienen peso, pero se acomodan en el espacio de un baño bonito. Barichara, pueblito  donde la piedra, el fique, el algodón, la madera, el hierro y el papel de colores son usados como expresiones de la cultura. Una última oportunidad para degustar las panuchas una especie de galleta con coco y fécula de maíz espolvoreada con lentos sorbos de una taza de café mientras la suave brisa de Barichara nos despeina, nos despide  y nuestro guía nos llama para iniciar nuestro viaje de regreso a la ciudad de Cali.

 

 

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