Jesús Rico Velasco            
                                                                                                                                            Bartolomé fue uno de los 12 apóstoles que acompañó a Jesús  en su vida pública cuando comenzaba a realizar sus predicaciones en Jerusalén. Fue parte de un grupo de jóvenes donde la mayoría había nacido en el mismo periodo que Jesús, entre finales del siglo I A.C. y el comienzo del siglo I D.C. Las figuras fueron magistralmente pintadas para la humanidad por Leonardo da Vinci (1452- 1519)  en su obra La última cena (1495-1496) en un mural de temple sobre yeso de 460 x 880 cm,   en el refectorio del convento dominico de Santa María delle Grazie, Milán. La composición, la perspectiva, los colores, las sombras, las dimensiones son logros de la perfección de un genio que abarcó todo el conocimiento de su época (arquitecto, escultor, ingeniero, inventor, pintor, filósofo, astrónomo, anatomista, músico, polímata, científico y escritor).
 Son doce apóstoles dispuestos en grupos de tres que forman cuatro conglomerados  que se juntan alrededor de Cristo en el centro del cuadro, para mostrar la reaccion ante las palabras: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará». Entristecidos, cada uno de los apóstoles pregunta: «¿Acaso soy yo, Señor?» (Mateo 26, 21-22). El mural estuvo abandonado en el convento de los dominicos, pero fue restaurado Pinim Branbilla en 1999.
 Juan el bautista fue el profeta precursor que no hay que confundir con Juan el apóstol hijo de Zebedeo uno de los doce y conocido como “el discípulo amado”. Juan el bautista es el que da testimonio   a los judíos de Jerusalén. Dijo,
 «Yo soy una vos que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor» (como dijo el profeta Isaías). Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es de quien yo dije: Después de mi viene uno que es superior  a mí, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía; pero si yo he venido a bautizar con agua es para que él se de a conocer a Israel» Y Juan atestiguó: «He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero él me envió a bautizar  con agua me dijo: Sobre el que veas descender y posarse el Espíritu, ése es el que bautiza en el Espíritu Santo. Yo lo he visto y doy testimonio de que éste es el hijo de Dios».
 Andrés el hermano de Simón Pedro, fue uno de los dos  que había oído  a Juan  y se había ido con Jesús. Andrés encontró a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al mesías» (que significa  el Cristo). Y se lo presentó  a Jesús. Jesús le miró y dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefast» (que significa piedra).
 Al día siguiente, Jesús decidió salir para Galilea; encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme». Felipe era de Betsaida, patria de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: «Hemos encontrado a aquel  de quien Moisés escribió en la ley y los profetas. Es Jesús de Nazareth, el hijo de José». Natanael respondió: «¿De Nazareth puede salir algo bueno?» Felipe contestó: «Ven y verás». Jesús vio a Natanael, que se le acercaba, y dijo de él: «Éste es un israelita autentico, en el que no hay engaño» Natanael le dijo: «¿De qué me conoces?» Jesús le contestó: «Antes que Felipe te llamase, te vi yo, cuando estabas debajo de la higuera». Natanael le respondió: «Rabí, tú eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Porque te he dicho que te vi  debajo de la higuera crees? Cosas mayores que éstas verás». Y añadió: «Os aseguro que veréis  el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el hijo del hombre».
 Natanael  es uno de los apóstoles  que fueron  testigos  de la  pasión  y muerte de Cristo.  Aparece también con el nombre de  Bartolomé y se le identifica como el apóstol nacido en Cana una población muy cerca de Nazareth de donde se construye la historia que relata Juan en su evangelio. El día de la crucifixión los apóstoles  regresaron del monte de los Olivos a una distancia corta de Jerusalén y se reunieron en una estancia donde se alojaban habitualmente.
 «Eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. Todos ellos hacían constantemente oración en común con las mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.» (Hechos 1, 12-14)
 Por supuesto, faltaba Judas Iscariote, no es claro si  se ahorcó o  con lo que le pagaron por entregar a Jesús “compró un terreno, en el que se tiró de cabeza desde lo alto se reventó por medio y se desparramaron todas sus entrañas”. Fue después reemplazado por Matías  agregado a los once apóstoles.  Seguir a Jesús tuvo un alto precio, todos los discípulos murieron de manera violenta con excepción de Juan apóstol que murió de causas naturales. Murieron  crucificados, decapitados, asesinados con hachas, lanzas, apedreados, o desollados  como San Bartolomé que es el centro de esta historia.
 Su proceso de evangelización se extiende por las regiones del oriente medio hasta llegar a la India en los alrededores de Monbay sin que exista evidencia de su labor en el lejano  oriente.  Con San Judas Tadeo fueron a Armenia  y Albania en donde sobresalieron por su predicación  en el siglo  I. Su muerte ocurre en Albanopolis (Armenia) por orden del rey Astiages por haber convertido a su hermano Polinio, rey de Armenia. (Parte de esta historia no tiene comprobación, el rey Astiages no existió en el Siglo I, se le menciona como  un rey Medo que reinó entre 585-550 a.C. y fue destituido por Ciro El grande). El lugar de defunción tradicional se menciona en “Armenia” en donde muere desgarrado vivo y muy probablemente decapitado posteriormente. La fecha de defunción es desconocida posiblemente con una edad cercana a los 70 años inferida de las obras por cantidad de maestros que lo han utilizado en sus composiciones a través de los siglos.
 La muerte de San Bartolomé fue de una crueldad aterradora   y  objeto de inspiración de obras de  pintores del Renacimiento (1350-1650) entre los cuales  sobresale Miguel Ángel Buonarotti con un fragmento de El Juicio Final pintado al fresco en el ábside frontal de la Capilla Sixtina.   Se muestra al santo  desnudo y sosteniendo en su mano  izquierda su propia piel. Es una combinación de la realidad corporal del Santo con su piel colgando de su mano izquierda que utiliza el pintor para dejar la imagen de un rostro en la piel despellejada del mártir  posiblemente  la cara del mismo pintor “como signo que él creía no merecer el cielo pues estaba atormentado”. Obra desgarradora y cruel con  un alcance pictórico grandioso de las manos de Miguel Ángel.
 Otros artista que dibujaró  su muerte fue Domenikos Theotokopoloulos (¿1541? -1614) llamado El Greco pintor procedente de la isla griega de Creta, quien  llegó a Venecia y posteriormente se estableció en Toledo, España. Con sus cuadros inacabados en sus formas, composiciones dramáticas, y  colores naturales muestra  obras “arrebatadas y sugestivas”. Pintó a San Bartolomé en un cuadro con un rostro relativamente joven, abundante barba, cubierto con una “túnica o abrigo de color blanco” que lo cubre totalmente dejando al descubierto la mano derecha que muestra un cuchillo utilizado para despellejar animales. Hacia el borde central en el cuadro incluye una figura diabólica. El cuadro en su composición es una figura alargada o en dimensiones desproporcionadas   una de las características  en las obras del Greco como lo muestra  en una de las más  famosas “el entierro del conde de Orgaz” que se encuentra en Toledo.
 Peter Paul Rubens (1577-1640)  artista nórdico quien llegó a Roma en el año 1600  cuando tenía 23 años. Prolífico pintor de más de 3000 obras entre las cuales muchas fueron pinturas de altar  edificantes para los fieles. Incluye a San Bartolomé en un apostolario con las figuras de cada uno de los doce apóstoles. Aparece en la obra (1610-1612) la imagen  de San Bartolomé en un óleo sobre tabla 107 x 82,5 cm. Museo del Prado. Madrid. El santo sujeta un raspador utilizado para cortar pieles o desollar ovejas en una de sus manos mientras lleva la otra al pecho. El escalpelo es sobresaliente en la obra mostrando su filo hacia el exterior y con la otra soportando una túnica verde oscuro que indica una protección o abrigo de la imaginación para pensar en la piel que está desaparecida. Resalta la composición y le da la oportunidad al pintor de concentrar el trabajo y resaltar   la anatomía del rostro del Santo. Un hombre con una sobresaliente alopecia que facilita presentar el rostro del santo adolorido y sobresaltado mirando al cielo.
 Caravaggio también realizó varias pinturas de San Bartolomé en composiciones diversas con la misma idea de los anteriores resaltando el hecho de que fue un mártir cristiano desollado mostrando la lanceta   que se usaba para realizar dicha labor en los animales. Lo muestra en algunas semidesnudo y en otros cuadros como un apóstol de avanzada edad que fue  martirizado cortándole su piel en vivo. En una de sus obras en 1615 lo pinta en un óleo sobre lienzo  de 130 x 97 cm con el cuchillo sobresaliente en toda su dimensión en su mano izquierda cubierto con una túnica roja y su mano derecha destacada  y colgando en actitud  desafiante. Es un hombre viejo con barba relativamente blanca por la edad. La figura del apóstol la tomó en varios cuadros en posiciones diferentes con gran esplendor y naturalidad casi siempre con un trasfondo  oscuro que fue muy notorio en sus obras reconocidas  como el claroscuro de Caravaggio.
 Otros pintores como José de Ribera  también tomó como centro de composición al Santo en un cuadro pintado en 1644 que se encuentra actualmente en el museo Nacional de Arte de Cataluña. En la edad moderna   Felipe Santiago Gutiérrez (1824-1904)  en su trabajo sobre “los discursos de la piel” presentó en el Museo Nacional de Arte de Méjico  un cuadro al óleo sobre lienzo de 134 x 97.0 cm con la imagen de San Bartolomé  con una  túnica colgada de un lazo al cuello y semidesnudo de la cintura para abajo con un instrumento de desollar en la mano derecha y con la otra sosteniendo la túnica por debajo de la cintura. Muestra al santo barbado en su edad adulta con los hombros y pecho descubiertos.
  Una cantidad importante de pintores en todos los tiempos han realizado obras con las figuras de los apóstoles en las diferentes etapas de sus vidas y especial en la variedad que sorprende de maneras de morir. Morir desollado vivo  es  cruel, inhumana y desalmada manera de morir porque se busca el sufrimiento. El rey quería que el santo adorara ídolos paganos y lo mandó a despellejar hasta que aceptara hacerlo o muriera. San Bartolomé escoge morir por su fe. Morir  decapitado, crucificado tradicional latino como la muerte de Jesús, o  la cruz petrina con la cabeza hacia abajo, diversas geometrías con los brazos y las piernas en  posiciones diversas, calcinado, devorado por fieras desafiantes, lanzas, flechas, son   causas crueles  de defunción.
 La evangelización que comenzó en la tercera década del Siglo I con los apóstoles después de la crucifixión y muerte de Jesucristo ha dejado una estela sobresaliente de mártires sacrificados  y una población de fieles que extendida por todo el mundo logra  una población cercana a los tres mil millones de personas.
 Las reliquias del santo se encuentran  en  Roma en la iglesia en la isla Tiberina. Es venerado como el santo de los “carniceros, peleteros, contadores y curtidores”.
 
 
 
 
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