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miércoles, 21 de julio de 2010

Disfrute

Fanny Granda M

Era luna llena, estaban extasiados mirándola, jugaban con las nubes que traviesas se movían y en algunos momentos ocultaban aquel gran reflector que iluminaba el cielo  y la tierra.

Evocaban momentos de alegría, de nostalgia, de indiferencia, momentos que habían vivido con el ser mas querido que tenían, hacían comentarios, en algunos momentos reían fogosamente, en otros lloraban y luego volvía la calma, pero siempre mirando esa gran luna.

Hacia frío y resolvieron calentarse, jugando escondidijo, recordando la niñez con ese juego que tanto los divertía; corrían, escudriñaban cada rincón que había alrededor de la casa, casa llena de jardín, rodeada de grama y pequeños árboles que servían de cerco a la propiedad.   La grama estaba húmeda por el rocío de la noche, se mojaron los zapatos algunos, otros los pies, pues se habían descalzado para sentir más directamente la naturaleza, se fueron quitando los sacos que los abrigaban y seguían corriendo tratando de encontrar al que estaba escondido.
Reían felices llenos de vigor y de entusiasmo.Después de varias horas de observación, conversación, juego y diversión, decidieron entrar a la casa, tomar algo refrescante e ir a dormir.
Cada uno se acomodó en su cama.  Algunos durmieron profundamente, pero Felipe no podía conciliar el sueño, después de meterse en la cama sintió un frío muy intenso y luego un calor que lo abrazaba; no quiso despertar a nadie, pero como la dormida fue a la madrugada, uno de ellos despertó a la hora que siempre lo hacía, 6 de la mañana, dio vuelta para ver como estaban todos y sintió que Felipe se quejaba, casi no podía respirar, corrió  a ver que le sucedía, lo tocó y se dio cuenta que tenía mucha fiebre, tenía los labios resecos, el rostro colorado, las gotas de sudor rodaban por su frente y casi no podía incorporarse de la cama.

Asustado despertó a los demás,  llamaron inmediatamente al médico, el cual después de media hora llegó, lo examinó y diagnosticó neumonía, por lo tanto había que internarlo en el hospital para que su salud no se fuera a complicar más.

Pasó allí ocho días, con muchos cuidados por parte de los médicos y enfermeras, en compañía de los seres que tanto amaba, porque ninguno lo abandonó ni un minuto, y salió muy recuperado.  Antes de irse para la casa, el médico le hizo algunas recomendaciones, pero le insistió: disfruta de la naturaleza con las personas que amas, gózate la luna, el sol y las estrellas, disfruta la grama, el agua y todo lo que tienes a tu alrededor, cuídalos para que tus descendientes también lo puedan disfrutar, pero ten en cuenta las recomendaciones que te hice para que no tengas que volver aquí, porque a tu edad puedes gozar de todo pero sin abusar.

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