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martes, 23 de abril de 2024

Cómo convertir el diagnostico de un cáncer en un cuento

 

Jesús Rico Velasco

 Hay cosas extrañas que te suceden cuando has avanzado en la supervivencia sobre la tierra por encima de las ocho décadas de vida y en un estado relativamente saludable. Yo había sostenido en un articulo reciente que sin salud no vale la pena envejecer.  La salud en la vejez es un determinante categórico, el proceso de perderla puede ser largo y doloroso. El bienestar es casi una virtud en los años avanzados, que resulta de una combinación del cuidado  biológico, psicológico y  social.

Qué pasa por tu mente cuando por algo aparentemente insignificante como un lipoma (grasa) de  menos de dos centímetros, que ni siquiera molesta, en la cercanías del ano, decides hacértelo operar y el medico cirujano muy alegre te dice: «Es insignificante, lo he palpado y  lo puedo eliminar en una cirugía de diez minutos». Sientes alegría al ver que no tienes nada, que la pequeña bolita de grasa te la pueden eliminar en un abrir y cerrar de ojos. Así que el cirujano te programa una entrevista con la anestesióloga,  que te dice: « No hay dificultad aparente  para realizar la operación independiente de la presencia de su marca pasos.  Preséntese  dentro de ochos días en la sala de cirugía».

Todo calculado y el día de la cirugía  ella no puede asistir.  Ya en el quirófano se enfrenta el paciente con un  cirujano asustado por la ausencia de la anestesióloga y la presencia de un  anestesiólogo cambiante que no conoce al paciente y se sobresalta por la presencia del marca pasos y decide realizar un procedimiento de anestesia raquídea que es mas adecuada  para sus  conocimientos y simplemente continua sin consultar al paciente. La anestesia programada era para una operación ambulatoria de corta duración.

  Independiente  de la actitud del cirujano y la inofensiva posición del paciente es operado con un  procedimiento raquídeo que traslada al paciente a una incomodidad de cuatro horas en la sala de recuperación. Uno como paciente se da cuenta que las cosas no van por el camino correcto. Hay indecisión, susto frente a las circunstancias, se siente  inquietud, no hay confianza en lo que está sucediendo.

 « Me sentía triste, molesto por las circunstancias, inhabilitado ante unos prepotentes profesionales que sentía que podían tomar decisiones en ese momento ». 

La operación se programó para las 11:30 de la mañana, el cirujano llegó después de la una de la tarde.  Felizmente salimos con mi mujer  para la casa reducido adolorido y derrotado hacia las 6 de la tarde. Disminuido  ante algo tan simple que parecía una cirugía de 10 minutos se convirtió en una pesadilla de mas de seis horas . Era un final del mes de enero precisamente un 25 con la proximidad del fin de semana  que se había escogido por decisiones  medicas. 

El diagnostico del lipoma de grasa había sido definido en una cita previa hacia mas de un año con el proctólogo que había considerado sin importancia la presencia del pequeño tumulto carnoso en las proximidades del ano. En mi corazón no pasaba nada , dejé que las cosas siguieran un transcurso normal durante un año.  

 Cuando las cosas van a ocurrir no las detiene  nadie. Tres días despues de la pequeña cirugía la herida se abrió y tuve que asistir de urgencias al consultorio del médico que se lamentó y me mando un procedimiento de lavado con agua y búsqueda de ayuda de una enfermera especializada en cierre de heridas por segunda opción.

 Conseguimos con la Universidad la ayuda de una enfermera especialista que logro con su expertismo la realización de un procedimiento de cierre de herida en citas periódicas dos por semana. Su dedicación mas el manejo del dolor por el paciente acongojado, reducido a una cama, produjo una transformación impresionante de nuestras vidas.

 En la ultima visita al medico proctólogo manejamos con mucha paciencia el proceso de diagnóstico  que salió  como resultados de la biopsia que realizó el medico el día de la cirugía .

 Que pasa por tu mente cuando recoges los resultados de tu biopsia y la lectura del informe de anatomía patológica dice:

 «Carcinoma escamo celular variante basaloide (cloacogénico). Compromete  toda la  biopsia».

 Lo leía varias veces y no lo podía creer. Algo tan pequeño, un lipoma de grasa en el ano que había esperado más de un año para eliminarlo, ahora estaba comprometido  en un proceso de origen canceroso. Que podría pasar, que sucede en la existencia  de tres personas cuando te das cuenta que empiezas a cambiar tu vida sobre la tierra y que el médico que te atiende simplemente te mira y te dice:

 « Lo siento pensé que el resultado sería positivo. De ahora en adelante tiene que buscar un oncólogo ».

 Rumbos diferentes, angustias para todos. No se esperaba asi tan de repente. No había alternativa y había que afrontar las cosas como van llegando.  Cuando algo sale mal empiezan a suceder eventos que desencadenan más angustias. Tres días después de la operación la herida se abrió  parece como si las cosas se unieran para confrontar tu fortaleza o tus debilidades frente al precipicio que se encuentra   ante tus pies.  

 Es un proceso que duró un mes con micro poro tapando casi todo el ano defecando con angustia sufrida todos los días  y ayuda dolorosa y permanente para tus familiares en  mi caso la mujer y una hija de 19 años asistiendo a la universidad  que participan por colateralidad del sufrimiento del otro. Dos veces por semana durante un mes  tuvimos citas con la enfermera especialista en la universidad  hasta lograr con la dedicación de todos para que la herida cerrara.

 Es fácil escribirlo pero muy doloroso vivirlo en el día a día cuando no te puedes sentar, duelen las nalgas que se queman con el roce leve de las sabanas, el calor sofocante del ambiente caliente desde tempranas horas de la mañana, y que a pesar del aire acondicionado y  los ventiladores prendidos  día y noche, mas el pensar en la incertidumbre de un futuro cercano con un  cáncer comiéndote, la mente empieza a convertir la vida en un rompecabezas insoportable.

 

 

 

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