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martes, 23 de abril de 2024

Viejos

 

Alexandra Correa

¡Esgar atisbe!, venga pues ayude a amarrar esta bestia. ¿Qué hace allí sentado, tomando tinto y rascándose el ombligo?, ¿Acaso vos pensás que del cielo te va a llover plata? Meni pacá, ayudáme a ensillar el caballo y después hacéte la aguamasa pa los marranos, dice Esneda.  Eh ave maría purísima dame paciencia con está vieja, apenas se levanta comienza a poner pereque, no puede dejar los santos quietos, piensa Esgar. 

Esneda se queja mientras prepara el almuerzo ¿Por qué tuve que escoger por marido a un tipo tan entelerido? ¡Viejo! venga a almorzar. Esgar escupe algunos frijoles duros a lo que ella le responde: con hambre no hay pan duro. 

En la hamaca Esgar se echa la siesta y reniega de su mujer. Esta jetona me tiene cansao con su cantaleta ¿Cuándo será que cuelga los guayos?

 


¡Esgar levántese viejo! Que le está entrando el sol por la boca, vos dormís más que gato con anemia, no se le olvide vaciar la mica. El viejo desperezándose le grita, no por mucho madrugar amanece más temprano, deje la azaradera.

 Esgar va al lavadero y se echa tres baldados con agua y una vez termina, pregunta, ¿Porque siempre me perdés las medias? Mirá que enestico tengo que salir, tampoco encuentro los calzoncillos, ¿A su merced no le enseñaron como atender al marido? Esneda responde: lávese más bien ese fundillo que lo tiene cagao.

 ¡Vieja! Voy a bajar al pueblo a hacerme motilar, y la vieja le dice: no se le olvide arrimar a la panadería del finado Salesiano, me compra cinco mil de parva y el cuchuco donde Don Nicanor para la sopa de mañana.

 En el pueblo Esgar se encuentra en la cantina con el viejo Nicanor y en medio de tragos le confiesa que desearía tener por mujer a Rosita la esposa de Ramón, dócil sumisa y agraciada y no esa vieja sonsa que le tocó, a lo que Nicanor responde: A burro negro no le busque pelo blanco, confórmese con la mujer que le toco compadrito, vuste sabe que Dios le da pan a quien no tiene dientes, por algo será. Llega Ramón y se le une a la conversación brindándoles una ronda. Cuando el reloj llega a la media noche, entra a la cantina Rosita y con escopeta en mano da un disparo al aire, y sacándolo a empellones le grita ¡Viejo atembao! eche pa la casa, no haga más que gastarse la plata en pola, ya nos dejó sin el estrene de diciembre.

 Esgar sale corriendo loma arriba.

 Esgar se mete en la cama, al lado de Esneda, y dándole un beso en la frente le dice:

 ¡Vieja querida con vuste hasta que la muerte nos separe!

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