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jueves, 3 de julio de 2025

Violencia

 


                                                                  Jesús Rico Velasco

  Miguel Uribe Turbay ha sido tocado por las fuerzas del mal. Un suceso que sacude la realidad y pone en evidencia que la violencia habita entre nosotros, ha germinado y se ha expandido en la población. Hay dolor de viudas, de niños llorando la muerte de sus padres, dolor de patria, asesinos por las calles sembrando el terror, sicarios, bombas que explotan, balas de  guerra, fuego, gritos, desesperación. 

El odio, la crueldad, la envidia, la rebelión y el asesinato  conducen a la venganza, la  barbarie y  la  estupidez, torbellinos ideológicos confundidos producen destrucción. Ira, dolor y tristeza acumulados causan pena y amargura en el corazón. Los dirigentes se vuelven satánicos y el país cae bajo el dominio del caudillo elegido por la mitad de la población Gustavo Petro quien triunfo en la segunda vuelta  es presidente desde agosto 7 de 2022.  No hay razonamiento lógico, se le tuerce el pescuezo  a la ética. El prevaricato es pervasivo y el enriquecimiento ilícito un fin en sí mismo.

 

El territorio antiguo del Sagrado Corazón es la Colombia de hoy, en donde muchas personas, grupos, y partidos políticos   hacen trampa, roban, calumnian, se comen los unos a los otros. Los principios democráticos  aprendidos de la antigua Grecia tambalean. La anhelada paz para unos es lejana, para otros ¿de qué paz están hablando? Un mecanismo singular: “El acuerdo de paz para acabar con el conflicto en el país” la Paz Total. En donde la mitad del territorio es para los malhechores, guerrilleros narco traficantes, contrabandistas, destructores del medio ambiente con la minería ilegal, y la otra mitad para el resto de  los colombianos. “Por ley natural todos los ciudadanos tienen derecho a resistir a la injusticia”.

 La violencia política ha sido una constante en la historia de Colombia. Desde niño me tocó sufrir el dolor de la guerra política cuando mi papá fue asesinado en una bronca entre líderes del partido conservador y liberal en 1948  unas semanas antes  de que ocurriera el Bogotazo que acompañó el asesinato del líder liberal  Jorge Eliecer Gaitán. En las cantinas del pueblo de Timba (Valle) se oía la música a puertas abiertas y una algarabía se mezclaba en el aire con el ir y venir de la gente. Era un sábado del mes de marzo en el granero de Carlos bebían  cerveza  y en medio de los asistentes se escucharon gritos de “hijo de puta” se prendió la bronca por las discusiones acaloradas  de la política partidista.  Carlos, conservador, alzó fuerte la voz diciendo:

   ¡Comunistas, hijueputas rojos, les vamos a quemar el culo para que no se puedan volver a sentar!

Cuentan que mi papá sentado en una de las mesas repletas de cerveza se levantó tiró el asiento hacia atrás, empujó a Carlos contra el mostrador y gritó:

   ¡Godos hijos de puta, los vamos a desaparecer de Timba! Soy liberal gaitanista, puto, liberal y macho. Paisa de Titiribí, Antioquia, donde nacen  muchos y se crían poquitos.

 Carlos no se aguantó salto por encima del mostrador abrió un cajón, sacó un revolver y disparó  sobre el cuerpo de Pablo Rico quien recibió una bala en el hombro derecho y cayó contra el suelo, en pocas semanas murió.  

 El 9 de abril de 1948 el líder liberal y candidato presidencial   Jorge Eliecer  Gaitán fue asesinado y se desató el “Bogotazo” que prende las alarmas de una violencia política que se estaba gestando en los pueblos rurales de Colombia. Pueblos enteros ardieron con la ira y el dolor de los partidos, conservadores  y liberales, amigos y enemigos se mataron. Las llamas del resentimiento se metieron en los corazones de los colombianos para envenenar sus mentes que le dio continuidad  a la violencia en Colombia cuyo componente de variabilidad tenían como raíces profundas estructurales la tenencia de la tierra construida en las desigualdades  producidas por las atrocidades de la conquista y el sistema feudal trasladado del sistema   español.

Otros parámetros explicativos van apareciendo con la presencia del narcotráfico y el exterminio de la unión patriótica en la década de 1980- 1990 con el  vil asesinato del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla  en el gobierno de Belisario Betancur  el 30 de abril de 1984. La presencia de Pablo Escobar en la política colombiana le puso una lápida al cuello.   La idea de que Lara Bonilla lo acusara por combinar  ideología con envío de droga hacia los Estados Unidos y  su  posible   extradición empujaron a un magnicidio absurdo  de un hombre valeroso que entrego su existencia por la patria.

La eliminación de la Unión Patriótica (UP) se muestra silencioso ante el asesinato de su líder Jaime Pardo Leal  ocurrido el  11 de octubre de 1987, en la zona rural de Patio Bonito, La Mesa, Cundinamarca. Miles de seguidores fueron perseguidos  y asesinados   sistemáticamente en el territorio nacional por la mano negra de narcotraficantes y funcionaros corruptos del estado.

Aparece en la escena política un hombre guerrero con un empuje del “nuevo liberalismo” como candidato a la presidencia Luis Carlos Galán Sarmiento. En una noche oscura fría en el municipio de Soacha, Cundinamarca el 18 de agosto de 1989, en uno de sus discursos públicos fue baleado a quemarropa. y Quedó tendido sobre la tarima a escasos metros de sus asesinos que desaparecieron en medio de una multitud que lo aplaudía.  Encabezaba las listas de preferencia para alcanzar la presidencia de la república.

El candidato presidencial por el partido de la Unión Patriótica Bernardo Jaramillo Ossa fue asesinado en el aeropuerto de Bogotá  por un sicario de 16 años el 22 de marzo de 1990 en medio de sus escoltas. La política de manejo oscuro combinada con narcotraficantes de los carteles de Medellín y Cali eran barreras fuertes para impedir el ascenso de los movimientos de izquierdas al poder del estado.

El excomandante del M-19 Carlos Pizarro Leongomez y candidato presidencial  llamado cariñosamente por la población, “comandante papito”, por su prestante figura masculina  fue asesinado en  el avión que lo conducía  a Barranquilla el 26 de abril de 1990 . Una mezcla de narcotráfico y funcionarios del DAS,  su director el General Miguel Maza Márquez se vió involucrado e investigado por variaciones en la vigilancia y protección del candidato.

El 30 de abril de 1991 el exministro de justicia Enrique Low Murtra  fue asesinado al salir de la universidad de la Salle en Bogotá. Economista y abogado liberal abanderado de la extradición de narcos hacia los Estados Unidos como  Pablo Escobar y los hermanos Ochoa del Cartel de Medellín.

Álvaro Gómez Hurtado líder del partido conservador y creador del movimiento de Salvación Nacional fue asesinado al salir de la Universidad Sergio Arboleda donde había dictado una clase el 2 de noviembre de 1995 en Bogotá. Brillante líder opositor del gobierno liberal señalaba peligrosamente en una de sus presentaciones televisivas: “el régimen hay que tumbarlo”. Actuación  política que le enredó la vida. La FARC-EP en algún momento en 2020 se adjudicó el crimen   declarado como de lesa humanidad en 2017. Cortinas de humo  hicieron que se desvaneciera la idea de buscar el origen verdadero  de los autores del crimen.

Para terminar este listado triste de personajes notables que han sido asesinados por la violencia es importante incluir el cruel magnicidio  de Guillermo Gaviria Correa, Gobernador de Antioquia  y Gilberto Echeverry  Mejía, asesor de Paz ,    el 5 de mayo de 2003 por el Frente 34 de las FARC-EP. Secuestrados  durante una marcha por la no violencia en frente de cientos de personas.  Un año después fueron asesinados con un tiro de gracia para aumentar la crueldad de los actos violentos en la cara de los ciudadanos  del país.

En estas circunstancias aparece la figura de una mujer Diana Turbay la madre de Miguel,  secuestrada por  los narcos de Pablo Escobar los Extraditables   y asesinada en una operación de rescate.  Los detalles de este rapto  se narran en el libro: “Noticia de un secuestro” de Gabriel García Márquez. En una extensa narrativa el nobel analiza una telaraña de la ocurrencia de diez secuestros que de alguna manera se interrelacionan para mostrar la mafia de los extraditables tratando de manejar las decisiones del gobierno para evitar ser enviados a los Estados Unidos. El primer secuestro narrado es el de Diana Turbay, directora del noticiero  de televisión Cripton y de la revista Hoy de Bogotá, hija del expresidente de la república Julio Cesar Turbay junto con ella fueron secuestrados cuatro miembros de su equipo. Una mujer fuerte, decidida a trabajar por la paz de Colombia fue engañada tratando de asistir a unas conversaciones con el cura Manuel Pérez,  jefe supremo del Ejército de liberación Nacional (ELN). La verdad se vio encerrada en una trampa  de secuestro manejada por los lugartenientes de Pablo Escobar . Una mujer intelectual con una capacidad de liderazgo y sentido   apasionado del poder. Había nacido el 8 de marzo de 1950 cuando su padre estaba en listas de espera la presidencia de la república. Diana fue una líder en donde quiera que estuvo. Termino su carrera de derecho en la universidad Santo Tomás de Aquino. Miguel su pequeño hijo tenía cuatro años cuando fue asesinada el 25 de enero de 1991 a la edad de 41 años en un movimiento de recuperación de su secuestro por el ejército nacional. Una bala de fusil  le destrozó el hígado y otras partes del cuerpo, murió desangrada.

Varios años pasaron entre asesinatos de personas que por no ser figuras públicas pasaban a engrosar con sus nombres y apellidos los listados de  muertes por la violencia: líderes sociales, indígenas y mediadores de secuestros; llorados sólo por sus madres, padres, familiares y amigos. Hasta que el 7 de junio de 2025 en medio de  un contexto cotidiano de guerra,  asesinatos  y desapariciones que se volvieron parte de nuestro paisaje, ocurre   el atentado contra el candidato presidencial del Centro Democrático Miguel Uribe Turbay a  las 5:25 de la tarde  en el parque El Golfito del barrio Modelia, localidad  de Fontibón, Bogotá. Miguel emocionado realizando sus actividades proselitistas en un espacio público rodeado de mucha gente, jóvenes y adultos cuando fue  baleado por un sicario menor de 15 años.   Se acercó entre la multitud y disparó varias veces impactándolo en la cabeza, el cuello y la pierna. Fue trasladado de urgencias inicialmente al Centro Médico Engativá y luego a la Fundación Santa Fe en donde médicos se esfuerzan por salvarlo, sostenido por algo que lo ata aún a la vida.

Que dolor y desesperanza originó este suceso en los colombianos que  creíamos que este capítulo de magnicidios había sido superado en el país.  Uno de los candidatos  sobresalientes en la política actual derribado por las armas asesinas de las oscuras mafias. ¿Hasta cuándo van a triunfar los criminales, los delincuentes, los narcotraficantes, guerrilleros, cortando las alas  a los buenos que son la mayoría en el país?   Los políticos corruptos que se han apoderado de  las cuentas del estado y manejan los dineros  del presupuesto nacional como cuentas   propias. “La marcha del silencio” del 15 junio demostró un rechazo absoluto para condenar el intento de asesinato de Miguel. “Para que Dios lo proteja, hay que prescindir de todo tipo de venganza, odio, rencor, miedo y violencia”.

 

 

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